Cuento

El día feliz de Toñito.

Llegaba noviembre y todas las personas de ciudad del Carmen estaban emocionadas, ¡se acercaba el día de muertos! Pero en especial había un niño muy feliz por ello, y ese era Toñito; un niño muy lindo y amable de 8 años, de ojos verdes, cabello castaño lacio, delgado, con piel clara y usaba unos lentes graciosos; era un día muy importante para él porque iba a celebrar a su madre que había muerto cuando él apenas era un bebe, su madre era una mujer muy bondadosa de nombre María, era bajita y delgada, con cabello corto y negro, ojos grandes y de color café claro, y de piel clara. A Toñito siempre le daba un poco de tristeza acordarse de ella porque la extrañaba mucho, sin embargo, su padre siempre le decía que no se sintiera mal porque ella lo quería mucho y lo protegía y veía desde donde estaba; su padre era un hombre muy sincero y generosos llamado Josué de 34 años de edad, alto, de ojos rasgados y verdes, de buen porte ya que trabajaba en un campo que tenía afuera de ciudad del Carmen.

Al día siguiente era viernes 1 de noviembre y Toñito tenía que ir a la escuela, la cual no le gustaba porque muchos niños le hacían maldades porque usaba lentes y su papa trabajaba en un rancho, pero había un niño en especial que lo molestaba mucho, y ese era Juan, un niño muy egoísta que siempre decía cosas muy hirientes a los demás ya que él era de Estados Unidos y se creía mejor que los demás. Pasaron las clases y Toñito por fin se podía ir a su casa, su padre lo fue a buscar y juntos se fueron al rancho, que por cierto, también vivía ahí su abuelita y abuelito, a los que Toñito quería mucho.

Llego el 2 de noviembre y la ciudad entera se puso a preparar los altares de sus familiares difuntos y algunos los fueron a poner en el cementerio, y entre ellos estaba la familia de Toñito, pero, también Juan fue a poner el altar de un familiar difunto al cementerio y como vio a Toñito decidió ir a molestarlo.

• ¿Qué haces Toñito? – le pregunto con un tono nada amigable.
• Estoy preparando el altar de mi mama – respondió Toñito.
• Jajajajajaja tu mama está muerta – se empezó a reír Juan.
• No te burles – le dijo un Toñito triste y algo enojado.
• Por eso eres tan tonto porque no tienes mama – y Juan se fue corriendo.

Toñito se puso tan triste por ese comentario que se fue a llorar a la tumba de su mama para buscar un poco de consuelo. Pasado un tiempo una señora muy anciana pero de rostro agradable se acercó y le pregunto:

• ¿Qué tienes, hijito? – le pregunto dulcemente.
• Es que un niño se acaba de burlar de mi mama – dijo Toñito sollozando.
• ¿Y se puede saber por qué?
• Porque ella ya no está aquí con nosotros, está en el cielo – dijo viendo al cielo triste, y pensando en su mama.
• ¿Hace cuánto tiempo es que se fue?
• Cuando yo era un bebe.
• ¿Y tú la quieres?
• Claro, no la conocí muy bien pero aun así la quiero demasiado.
• ¿Te gustaría verla otra vez?
• ¿Qué…?  - dijo un Toñito extrañado.

Pero de pronto esa ancianita se convirtió en una mujer muy hermosa y joven, como de 24 años, cabello largo, castaño y rizado, piel blanca y ojos muy expresivos.

• Hola Toñito, te he observado estos días y he visto que tienes un corazón bondadoso, no como Juan, y por eso te voy a dar la oportunidad de que hables con tu madre un rato.  Yo soy Catrina y te doy esta oportunidad, espero que sepas apreciarle, y déjame decirte que no a todos les doy esta oportunidad, solo se las doy a personas buenas y bondadosas como tú y a los que se portan mal, como Juan, no se las doy. Por eso te voy a pedir que sigas siendo un niño bueno y que no dejes que los demás hagan que tu corazón se vuelva egoísta. Espero que ya no estés triste en este día tan importante y que te pongas feliz… ahí viene tu mama, yo ya me voy, espero verte algún día y que sigas siendo una persona generosa.

Toñito estaba muy sorprendido por todo esto pero cuando vio a su mama se puso muy alegre y salió corriendo hacia ella, la abrazo y le dijo cuanto la quería y la extrañaba, y también le dio que todos en la casa la extrañaba y que si quería ir a verlos, y juntos fueron a ver a los demás.

Sin duda fue el mejor día de Toñito.

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