DISCURSO Innagural

Queremos empezar este 3er Seminario, expresando primeramente nuestra motivaciones e intencionalidades. En primer lugar, si alguien nos pregunta quien fue Gladys Armijo, solo podemos decir que fue una persona que practico la coherencia entre el discurso y la praxis, siendo su principal motor, la integridad, incorruptibilidad, transparencia y templanza de ideales, generando en quienes la rodeamos, una marca de fuego que llevaremos por siempre, respecto de la necesidad de ser protagonistas de una historia que aun no se termina de construir.

Convocarnos hoy en este lugar, es el resultado de la herencia dejada por la maestra, la cual dejo las coordenadas valóricas y coherencia entre el discurso y nuestras acciones. Al rememorar su figura, se impone su vocación docente en propagar un pensamiento libertario, entendiendo los procesos educativos no como una profesionalización disciplinar, reproductora de una sociedad desigual, sino como una actitud de vida transformadora, en donde prevalece el ser humano con su contenido cultural identitario, capaz de modificar el paisaje y de establecer las bases de una nueva construcción de un modelo de sociedad, donde prime parámetros no economicistas, donde se releve al ser humano desde su condición subjetiva de construcción espacial, donde hombres y mujeres, sean capaces de aportar desde los conocimientos locales.

Entender de esta forma los procesos educativos, nos permite derribar los muros de concreto e imaginarios desde donde tradicionalmente se ha construido la educación, apoyada por una ciencia servil y legitimadora al discurso hegemónico, con un conocimiento descontextualizado e impuesto como una verdad absoluta e inamovible, la cual se sintetiza simbólicamente, en las salas de clases de las escuelas que tradicionalmente a invisibilizado el territorio y sus constantes transformaciones.

Es a partir de lo anterior, que se ha pretendido denominar con el nombre de Gladys Armijo a este seminario, que ensaya la posibilidad de fundarse en una producción de ideas, conocimientos y amplificación de un discurso revolucionario, capaz de constituir un modelo de sociedad distinto al que en la actualidad se nos ofrece.

En segundo lugar, y a partir de estas enseñanzas heredadas, vamos adquiriendo nuevas perspectivas y sentidos, que orientan nuevos conocimientos e ideas que permitan aglutinar un pensamiento critico y transformador, una resignificación de la labor académica, que debe orientarse a las necesidades de construcción de una nueva sociedad, capaz de sintonizar con las demandas sociales y no las del mercado, mejorando así, las condiciones de vida de un pueblo explotado y desarraigado, desmitificando el discurso que el desarrollo de un país radica solo en su nivel de crecimiento económico.

En este lugar hay en su mayoría profesores y estudiantes de pedagogía, pero también educadores comunitarios que hacen su labor educativa en la calle, en sindicatos, en

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