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Discurso


Enviado por   •  14 de Mayo de 2013  •  Tesis  •  614 Palabras (3 Páginas)  •  318 Visitas

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1.- El cuervo y el zorro por Samaniego En la rama de un árbol, bien ufano y contento, con un queso en el pico, estaba un señor Cuervo. Del olor atraído, un Zorro muy maestro le dijo estas palabras un poco más o menos: “¡Tenga usted buenos días, señor Cuervo, mi dueño! ¡Vaya que estáis donosos, mono, lindo en extremo! Yo no gasto lisonjas, y digo lo que siento; que si a tu bella traza corresponde el gorjeo, juro a la diosa Ceres, siendo testigo el cielo, que tu serás el Fénix de sus vastos imperios”. Al oír un discurso tan dulce y halagüeño, de vanidad llevado, quiso cantar el Cuervo. Abrió su negro pico, dejó caer el queso. El muy astuto Zorro, después de haberle preso, le dijo: “Señor bobo, pues sin otro alimento, quedáis con alabanzas tan hinchado y repleto, digerid las lisonjas mientras yo digiero el queso” (Moraleja) Quien oye aduladores nunca espere otro premio. 2.- La zorra y el leñador por Esopo Una zorra estaba siendo perseguida por unos cazadores cuando llegó al sitio de un leñador y le suplicó que la escondiera. El hombre le aconsejó que ingresara a su cabaña. Casi de inmediato llegaron los cazadores, y le preguntaron al leñador si había visto a la zorra. El leñador, con la voz les dijo que no, pero con su mano disimuladamente señalaba la cabaña donde se había escondido. Los cazadores no comprendieron las señas de la mano y se confiaron únicamente en lo dicho con la palabra. La zorra al verlos marcharse, salió sin decir nada. Le reprochó el leñador por qué a pesar de haberla salvado, no le daba las gracias, a lo que la zorra respondió: --Te hubiera dado las gracias si tus manos y tu boca hubieran dicho lo mismo. (Moraleja) No niegues con tus actos, lo que pregonas con tus palabras. 3.- La gallina de los huevos de oro por Samaniego: Érase una gallina que ponía un huevo de oro al dueño cada día. Aun con tanta ganancia, mal contento, quiso el rico avariento descubrir de una vez la mina de oro, y hallar en menos tiempo más tesoro. Matóla; abrióla el vientre de contado; pero después de haberla registrado ¿qué sucedió? Que, muerta la gallina perdió su huevo de oro, y no halló la mina. (Moraleja) ¡Cuántos hay que teniendo lo bastante, enriquecerse quieren al instante, abrazando proyectos a veces de tan rápidos efectos, que solo en pocos meses, cuando se contemplaban ya marqueses, contando sus millones, se vieron en la calle sin calzones! 4.- La zorra y la liebre por Esopo: La zorra y la liebre Dijo un día una liebre a una zorra: --¿Podrías decirme si realmente es cierto que tienes muchas ganancias, y por qué te llaman la “ganadora”? Si quieres saberlo –contestó la zorra--, te invito a cenar conmigo. Aceptó la liebre y la siguió; pero al llegar a casa de doña zorra, vio que no había más cena que la misma liebre. Entonces dijo la liebre: ¡Al fin comprendo para mi desgracia de donde viene tu nombre: no es de tus trabajos, sino de tus engaños! (Moraleja) Nunca le

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