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Discurso


Enviado por   •  20 de Mayo de 2013  •  Informe  •  3.089 Palabras (13 Páginas)  •  323 Visitas

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Guadalajara, Jal., 28 de febrero de 2013

Versión estenográfica del discurso del Profesor Juan Díaz de la Torre, Presidente del Consejo General Sindical para el Fortalecimiento de la Educación Pública, al concluir la XXXVI Sesión Extraordinaria del Consejo Nacional del SNTE.

Con el permiso de los integrantes de las mesas de los debates y de todos y cada uno de los integrantes de nuestro Consejo Nacional.

He repetido en algunas otras ocasiones que nadie puede querer lo que no conoce. Quienes nos hemos forjado a partir de nuestra incorporación al Sistema de Educación Pública de este país y que independientemente de que con ese hecho pasamos a ser parte de nuestra organización sindical, asumimos con responsabilidad ese extraordinario privilegio, el privilegio primero de lo que hoy muchos nos critican, el que por ser quienes somos, por nuestro origen social requerimos de la organización para en el colectivo asumir nuestras causas, nuestras reivindicaciones por la dignificación de la educación pública y de los trabajadores que entregan la vida todos los días al servicio de la patria, atendiendo lo que es más sagrado e importante para todos los padres de familia: sus niños, sus jóvenes.

Este proceso de lo colectivo está siendo o intentando ponerse en el banquillo de los acusados, por aquellos que nunca han tenido necesidad de que alguien los represente, porque en muchos casos su origen social les ha dado condición económica que no requieren de eso.

La clase trabajadora de este país a la que orgullosamente pertenecemos los trabajadores de la educación, asume con transparencia y con claridad que reconocer a los viejos sindicalistas que le dieron contenido en 1943 al nacimiento del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, merecen con nuestra conducta ser honrados y rendir honor a aquellos que nos dieron esta organización sindical que representa los intereses de los trabajadores y sus causas por el mejoramiento de nuestras condiciones de vida y de nuestras familias, aspiración a la que no vamos a renunciar; por el contrario, preservar en la unidad esa posibilidad.

Pero al mismo tiempo no hemos sido egoístas y desde hace muchos años, particularmente desde nuestro Congreso en Tonatico, Estado de México, asumimos visionariamente que no sólo deberíamos consolidar el carácter nacional y unitario de nuestro sindicato, preservar y consolidar el carácter democrático, el reconocimiento al Frente Amplio con el que nació nuestro sindicato en el 43.

28 de febrero de 2013

Entender que como los dedos de una mano, y como en toda familia, tenemos diferencias por geografía, por formación profesional y por muchos otros factores, pero la conciencia sindical prevalece en todos y cada uno de nosotros y por eso, además de consolidar ese carácter y fortalecer su democracia, decidimos en Tonatico, Estado de México, que teníamos que ir a la siguiente etapa de la lucha de nuestra organización sindical y su vinculación con las causas de los mexicanos, y esa fue acreditar en los hechos nuestro derecho a presentar alternativas y propuestas para el mejoramiento de la calidad de la educación del sistema de educación pública.

Y lo hemos asumido con responsabilidad, quienes tenemos el privilegio de tener un puesto transitorio en la dirigencia, dando la pelea por las causas y los derechos y las conquistas de los trabajadores, de nuestros compañeros, y los que no tienen un cargo de dirección sindical, dando la pelea todos los días en las aulas, al lado de nuestras comunidades, al lado de los padres de familia, y fundamentalmente teniendo claridad de que, para quienes tenemos el privilegio de ser maestros, y en miles de casos, me atrevo a decir en cientos de miles de casos, que por nuestra propia decisión y con nuestros propios recursos, cientos de miles de maestros han ido a su profesionalización, y son miles que con sus recursos se incorporan a los diplomados, a las maestrías, a los doctorados, a las especializaciones, pagándolo, porque sabemos que el reclamo y el imperativo de la sociedad es que seamos mejores, y simplemente, si solo fuera esa la razón, es por la que la dirigencia asumió desde entonces que nuestra capacidad de propuesta para la mejora de la educación debía dinamizarse y asumirse como un reto de la misma dimensión y calado que la defensa de nuestros derechos.

Eso lamentablemente no gustó a muchos, no gustó a muchos y han querido desde entonces arrinconarnos en un gremio y en una organización que sólo se sujete desde una visión gremialista a no comprometernos y a escindirnos de nuestra responsabilidad frente a nuestros niños y jóvenes. No lo han conseguido, pero sí han conseguido en una campaña sistemática, descarada, desacreditar a los maestros, desde hace cuando menos tres o cuatro años. Desacreditando a los maestros, denigrándolos, estigmatizándolos y, en ocasiones, linchándolos moralmente.

No hay, desde mi formación profesional y desde mi experiencia pedagógica y educativa, ningún país en la historia de la humanidad que haya alcanzado los objetivos de desarrollo a partir de la denigración de sus maestros. Es un crimen lo que están haciendo.

Hoy, en este momento histórico para la vida del sindicato, que pone en el centro de nuestras decisiones no protagonismos personales, ni satisfacción de egos de ninguno de nosotros, sino en la necesidad de asumir con claridad y con responsabilidad de que es necesario para México y para el Magisterio preservar a nuestra organización sindical, manteniéndolo en el rango de lo que somos, una organización legal y legítimamente constituida, que es lo más alejado que pueda existir de ser un poder fáctico, como se nos ha querido señalar.

28 de febrero de 2013

Nuestra responsabilidad frente a la Nación ha sido ahí siempre, cuidando a nuestras escuelas, llegar hasta el punto de tener que hasta diferenciarnos, públicamente, de algunos de nuestros compañeros que, en una estrategia diferente a la de la inmensa mayoría de los trabajadores, transitan por una ruta que afecta, que lesiona, no sólo la imagen de los maestros, sino el servicio educativo que en un país como el nuestro es inaceptable que se haga.

Pero al final de cuentas también maestros somos todos, independientemente de nuestras diferencias y hoy aquí ha quedado expresado en el desarrollo todo del Consejo y en esta última parte, de que la premisa sustantiva de nuestra organización y de la que hemos dado una muestra una vez más, es la unidad, la unidad no como una frase retórica del discurso sindicalista desde el siglo XIX, sino la unidad en la acción que nos plantea el imperativo, de que al reconocernos de esa manera podemos servirle mejor a la Nación, podemos servirle a nuestro Sindicato y podemos decirlo también y no podemos ni tendríamos por qué avergonzarnos para mejorar

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