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Egloga. Inicio.


Enviado por   •  3 de Noviembre de 2013  •  5.208 Palabras (21 Páginas)  •  352 Visitas

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"Égloga" deriva del griego y significa "seleccionado" o "escogido". Los griegos la empleaban para designar toda colección de poemas breves a modo de pequeña antología. Como muchas ediciones impresas de las Bucólicas de Virgilio, llevaban el título de "Églogas", esta palabra cambió de sentido y llegó a representar lo mismo que bucólicas, esto es, poesía pastoril.

Aunque las églogas de Virgilio son esencialmente líricas, hay en ellas elementos narrativos, ya que suelen relatar diferentes sucesos, así como aspectos dramáticos, pues cinco de ellas -las que llevan número impar- son dialogadas. La intensificación de uno u otro carácter ha transformado aquella antigua esencia lírica ya en novela, ya en teatro.

Éste es el género pastoril, que en el Renacimiento estaba integrado por un tipo especial de poesía lírica, de novela y de drama; sin alejarnos de la literatura española, podemos encontrar muchos representantes de estas tres direcciones, como por ejemplo, La Galatea de Cervantes en la novela pastoril y las églogas de Juan del Encina en la dramática. Pero en el aspecto fundamentalmente lírico, las tres églogas de Garcilaso quedan como las expresiones más grandes del género en nuestra lengua.

Si de las tres églogas la segunda es la que presenta los rasgos más dramáticos y narrativos, y la tercera es la más equilibrada y la más artísticamente perfecta, es la primera la que traduce una emoción lírica profunda, pura y auténtica.Análisis de la égloga I: características formales y elementos conceptuales.

Esta égloga fue compuesta algunos meses después de la muerte de Isabel Freyre, musa de Garcilaso, a fines de 1535. El poeta, que no ha dejado nunca de buscarse a sí mismo, alcanza en esta época su madurez espiritual y el dominio perfecto de su arte.

Como se señaló en la Introducción del presente trabajo, la égloga está dividida en treinta estancias y consta de cuatrocientos veintiún versos. Las estancias tienen catorce versos: diez endecasílabos (del 1o. al 6o., 10., 11o., 12o. y l4o.) y cuatro heptasílabos (7o., 8o., 9o. y 13o.) que riman según el esquema: ABCBACcddEEFeF. Sólo dos estrofas no cumplen con este esquema: la 19ª cuyo verso decimoprimero es heptasílabo en vez de endecasílabo y la 20ª, que tiene quince versos en lugar de catorce.

El amor es el tema de la égloga. El conflicto se expresa desde dos posturas diferentes mediante la exposición del diálogo de dos pastores. El primero, Salicio, se lamenta del desdén y la frialdad de la hermosa Galatea, que lo ha abandonado por otro; el segundo, Nemoroso, llora la muerte de su amada Elisa. Son dos formas de pérdida amorosa, dos situaciones que a pesar de que contrastan, tienen un fundamento común: dolor por la indeseada soledad.

El primer verso de la primera estancia nos adelanta, más que el tema, el tono del poema. En el dulce lamentar se funden dos sentimientos en cierto modo opuestos, ya que la amargura de dicha lamentación se dulcifica por el canto melodioso.

Asimismo, esta primera estancia ofrece un canto lírico apegado a la forma. Desde un principio se ubica la reiteración temática y la predilección por determinados adjetivos, como es el caso del término "dulce": "dulce primavera", "dulce agua", "dulce soledad", "dulce nido"; esta dulzura es la que da especial sabor al canto triste; por ella, las ovejas se olvidan de saborear el pasto, absortas en el "cantar sabroso".

La presentación del mundo bucólico es primordial para poder entender después las quejas de Salicio y Nemoroso.

Desde el punto de vista retórico la estancia inicial aparece cargada de elementos que anuncian al mismo tiempo una de las características de toda esta égloga:

El dulce lamentar de dos pastores,

Salicio juntamente y Nemoroso,

he de contar, sus quejas imitando;

cuyas ovejas al cantar sabroso

estaban muy atentas, los amores,

de pacer olvidadas, escuchando.

Tú, que ganaste obrando

un nombre en todo el mundo,

y un grado sin segundo,

agora estés atento, solo y dado

al ínclito gobierno del Estado,

Albano; agora vuelto a la otra parte,

resplandeciente, armado,

representando en tierra el fiero Marte; (p. 33)

Dichos elementos son enumerados a continuación:

1. Oxímoron: "El dulce lamentar"2

El oxímoron es una intensificación de la catacresis y consiste en unir dos ideas que en realidad se excluyen. En la lírica de los siglos XVI y XVII, y ya antes en la poesía florida de la Edad Media, se nos presentan continuamente expresiones como: la amarga dulzura (del amor), su dulce amargura, la muerte viva, la vida muerta, el sol sombrío.3

El oxímoron permite la reunión de dos conceptos que, separados del contexto, son contrarios, pero que en el marco del artificio retórico se complementan y dan mayor fuerza a la expresión.

2. Hipérbaton: El dulce lamentar de dos pastores,

Salicio juntamente y Nemoroso,

he de contar, sus quejas imitando,

cuyas ovejas al cantar sabroso

estaban muy atentas, los amores,

de pacer olvidadas, escuchando. (p. 33)

De acuerdo con Kayser:

hipérbaton. Se entiende por hipérbaton una colocación de las palabras diferente de la "usual". Mas, por un lado, resulta difícil determinar lo que es o no "usual". Por otro, esta noción de hipérbaton incluye tantos fenómenos que es poco práctica para la investigación estilística. [...]

Uno de los rasgos estilísticos sintácticos más fáciles de reconocer, y que se suele presentar con la designación de hipérbaton, es la inversión, es decir, la posición invertida del sujeto y del predicado.4

Sin dejar de lado el hecho de que los criterios para la designación del hipérbaton no son unánimes en los estudios literarios -ni siquiera podemos hablar de la existencia de conceptos delimitados satisfactoriamente en la estilística- la poesía de Garcilaso, lo mismo que la mayoría de los clásicos, es materia óptima para la identificación de este tropo. Si se reordenan los elementos sintácticos del período anteriormente citado tenemos:

'He de contar, imitando sus quejas, el dulce lamentar de dos pastores, Salicio y Nemoroso juntamente; cuyas ovejas estaban muy atentas al cantar sabroso, olvidadas de pacer, escuchando los amores'

La paráfrasis aquí presentada muestra claramente, por oposición con el original, la presencia y fuerza

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