El Sujeto Y Su Formacion
Enviado por 21011996 • 3 de Enero de 2015 • 1.796 Palabras (8 Páginas) • 221 Visitas
ESCUELA NORMAL 31DNP0005P
TICUL, YUCATÁN.
CURSO: EL SUJETO Y SU FORMACIÓN PROFESIONAL COMO DOCENTE.
MTRA. MARICRUZ PERALTA SANTOS.
CURSO ESCOLAR: 2014-2015.
TEMA: “Nuevos tiempo y nuevos docentes”
-Juan Carlos Tedesco.
-Emilio Tenti Fanfani.
NOMBRE: INÉS ALEJANDRA SOSA VELA.
FECHA: 03.11.14.
TAREA: RESUMEN.
GRADO: PRIMERO GRUPO: “A”
Introducción.
Si alguien quisiera hacer un listado de los que se consideran “las características deseables” del “nuevo docente” la lista sería interminable y la compresión de los diversos sentidos que va adquiriendo el oficio en el tiempo presente sería un tanto dificultosa. No puede hablarse de los docentes de hoy y del futuro mediato sin reconocer que se trata de una categoría social que tiene una larga historia y el peso de la historia está en los agentes, es decir en la mentalidades de los maestros, sus identidades y sus prácticas, si se quiere efectivamente captar que hay de nuevo en el oficio de enseñar, no puede dejar de referirse de los momentos fuertes de su trayectoria en el tiempo. Cada uno de los tipos ideales de docente responde a un conjunto de determinaciones sociales de orden general. Hoy en día existen múltiples configuraciones del oficio de enseñar, es preciso encontrar algunos factores sociales que favorecen la emergencia de diversos principios estructuradores que organizan la construcción social de la docencia como actividad.
Tres principios históricos que estructuran el oficio del maestro.
El momento del origen es fundamental porque constituye la base sobre la que se asientan las construcciones siguientes. En periodo fundacional se caracteriza por una tención muy particular entre dos paradigmas: el de la vocación y el apostolado vs El del oficio aprendió. La ciencia racional y la escuela eran el equivalente funcional de la religión y la iglesia en las sociedades occidentales precapitalistas. La terea del maestro era el resultado de una vocación, su tarea se asimila a un “sacerdocio” o “apostolado” y la escuela es “el templo del saber”. La enseñanza más de una profesión, es una “misión” desde el origen, exigencia de una serie de conocimientos racionales. Pase a su antigüedad, esta representación “vocacional” todavía está presente en las propias autorepresentaciones de maestros y alumnos de los institutos del profesorado. En la década de los años 60 y 70 las presentaciones del maestro como sacerdote ya no ocupan un lugar dominante en la sociedad. La sindicalización del magisterio contribuirá a imponer una imagen social del maestro como trabajador que se asumió por porciones significativas de docentes. Durante la década de los años 70´s las luchas por las condiciones del trabajo y salario docente se desenvuelven en un contexto de reformas que buscaban avanzar en el proceso de modernización del sistema educativo. En la actualidad la lucha por la definición del oficio el enseñar todavía supone combinaciones variables de estos tres elementos: vocación-apostolado, trabajo asalariado y profesionalidad. Para ser un buen maestro no basta del dominio de competencias cientifico-tecnicas específicas, por el contrario, en la definición de la excelencia docente el compromiso ético moral, la condición de profesional docente deviene del hecho de que el desempeño de su actividad requiere el dominio de competencias racionales y técnicas que son exclusivas de su oficio. Las polémicas actuales por la definición del oficio del maestro no trascurren en el vacío y no se resuelven únicamente en el plano de lo simbólico-discursivo.
Transformaciones actuales.
Se distingue una serie de factores que operan como elementos transformadores del oficio del oficio decente, constituyen desafíos que favorecen el proceso de profesionalización, pueden tener efectos contrarios y constituirse en obstáculos.
1. Cambios en la familia, los medios de comunicación de masas y otras instrucciones de socialización.
La escuela está sometida a un nuevo conjunto de demandas sociales. En algunos casos se llega a pedir a la escuela lo que las familias ya no están en condiciones de dar, estos nuevos desafíos se traducen en nuevas exigencias para el perfil de competencias del docente. Los valores que circulan en la escuela, la familia y los medios de comunicación de masas no siempre nos coincidentes o complementarios, que con frecuencia pueden ser contradictorios. Si se decide que le maestros simplemente “sustituya” a la familia esto es un retroceso en el perfil profesional de la actividad.
2. Las nuevas demandad de la producción y el mercado de trabajo modernos.
Se espera que la escuela y el maestro no formen sujetos en sentido genéricos, si no que contribuyan a la producción de capital humano o fuerza de trabajo entrenada. Esta demanda introduce nuevos desafíos a la institución educativa y sus agentes. El maestro debe ser también un orientado vocacional y como tal debe tener un conocimiento del comportamiento del mercado de trabajo. La aceleración de los cambios sociales en la ciencia, la tecnología y producción social obliga una actualización permanente de los docentes, están sometidos a una exigencia de cambio rápido.
3. Los fenómenos de exclusión social y los nuevos desafíos de la educabilidad.
La expansión del fenómeno de la pobreza extrema, la vulnerabilidad y exclusión de grandes grupos de familias, niños y adolescentes del sistema productivo y del consumo, tiene efectos directos sobre el trabajo e identidad profesional de los docentes de educación básica. En muchos casos los docentes están obligados a desempeñar tareas asistenciales socialmente consideradas como urgencias (alimentación, contención afectiva, moralización).
4. La evolución de las tecnologías de la comunicación y la información.
Algunas personas creen que estas innovaciones potencialmente tiene un carácter sustitutivo del docente, hay el temor
...