Ensayo Desigualdad.

Desigualdad en Países Latinoamericanos

En los últimos años, en los países con economías en transición se ha percibido un creciente aumento en las desigualdades, a causa de múltiples factores que pueden influir día a día en el desarrollo de la sociedad. En este sentido, el objetivo de este ensayo es responder a las preguntas ¿cuál es la problemática en el ámbito urbano?, y ¿cuál ha sido el papel de las instituciones en las alternativas de solución de estas problemáticas? Específicamente en países de América Latina. De esta manera se presentará en primer lugar una contextualización de la situación actual de esta problemática en países latinoamericanos, refiriéndose a la primera pregunta planteada. En segundo lugar, se expone el papel de las instituciones para intervenir y mitigar esta problemática. Finalmente, las conclusiones pertinentes.

Se ha demostrado que existe una relación directa entre el crecimiento de un país y la desigualdad, aunque la ONU Hábitat (2008) ha afirmado que no necesariamente se relaciona el crecimiento económico con la producción de desigualdades. “Algunos estudios han demostrado que los índices de desigualdad no solo pueden ser más altos, sino que crecen más rápido de lo que reporta” (Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, ONU Hábitat, CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, 2014, pp. 34). De esta manera se percibe que las desigualdades varían de acuerdo a la región del mundo a la que se refiera. Por ejemplo, en el continente asiático es evidente la influencia que han tenido los factores que promueven el crecimiento económico, como el constante cambio tecnológico, diferentes reformas de mercado, el proceso de globalización, etc. en la generación de inequidades. Sin embargo, es una de las regiones que ha experimentado mayores tasas de crecimiento en el mundo. (Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, ONU Hábitat, CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, 2014, pp. 35).

Por otro lado, al enfocarse en América Latina se observa que “es la única región en el mundo cuyo coeficiente Gini, en promedio, se encuentra alrededor del 0.5, lo que la coloca en el rango de Muy Alta Desigualdad”, solo superada por África Subsahariana. Es así como se puede afirmar que las sociedades latinoamericanas se caracterizan por tener las mayores tasas de desigualdad en el mundo, reportadas no sólo en términos de ingreso y patrimonio, sino que también se reflejan en una inequidad relacionada con el  acceso a la tierra y a bienes públicos esenciales como la educación, la salud o la seguridad social. Esto puede deberse a diferentes factores, dentro de los cuales se destaca la excesiva concentración del ingreso en el sector de la población que tiene más recursos y mayores ganancias. “Estudios muestran la alta concentración del ingreso que existe en los estratos más ricos de los países de la región” (Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, ONU Hábitat, CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, 2014, pp. 42).

En este sentido, esta desigualdad caracterizada por la convergencia entre la democracia y alta desigualdad social, es atribuida hasta hoy por muchos analistas a los déficits y a la precariedad política e institucional, así como también a la insuficiente dotación de recursos destinados a un bienestar en la sociedad. En este sentido, el papel de las instituciones en generar políticas públicas, proyectos y nuevas propuestas para promover la redistribución del ingreso y de la riqueza en general es parte fundamental en la disminución de la desigualdad. Es importante resaltar que a pesar de los altos índices de desigualdad, América Latina ha crecido a un ritmo moderado, y así mismo ha disminuido esta problemática de inequidad paulatinamente.

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