Familiares

Pero esas relaciones interpersonales deben ser guiadas con sabiduría, ya que al no ser asi se corre un gran riesgo en la formación del individuo, Savater (El valor de educar, pág. 67): “La desaparición de toda forma de autoridad en la familia no prepara para una libertad responsable, sino que causa una caprichosa inseguridad, que con los años se refugiará en formas colectivas de autoritarismo”; por lo tanto debemos escuchar con interés los consejos bíblicos e inspirados para poder construir una buena familia.

Concluyendo con este ensayo, puedo afirmar, que la familia es el núcleo fundamental, donde se forman las generaciones, en consecuencia va influir mucho la calidad de vida que se conlleve en esta migro sociedad, y la mejor forma de que una familia cultive los más nobles valores es permitiendo que Dios viva en medio de ellos y no solo se le nombre sino que forma parte de toda actividad que realice la familia y cada uno de sus integrantes de manera individual.

Son los objetivos del desarrollo de la personalidad, sus posibilidades de mejora. El influjo que se ejerce en los hijos es mucho mayor y más profundo del que los padres creen, se educa por contagio. Esta dinámica presenta una serie de características: intencionalidad, la cual se basa en las facultades humanas, entendimiento y voluntad en donde se pueden conocer y apetecer lo que es bueno y lo que es válido para toda la vida; prudencia para aprender la realidad, captar el momento presente, ordenar y obrar consecuentemente; motivo conducto, es una recta motivación que conduce en la búsqueda del bien.

De esta afirmación podemos decir que los hijos son influenciados por el ejemplo continuo de los padres, pero no debemos olvidar que una gran parte del tiempo, de la vida los hijos pasan en los lugares de formación, es decir, en las escuelas es por eso que la afinidad de la escuela con la familia conforma todo un proceso, donde tanto los padres como la comunidad educativa, desempeñan un papel activo fundamental en el proceso de formación del niño.

Corresponde a la familia ante la exigencia del momento presente abrirse a nuevos campos educativos para aunar esfuerzos y lograr dar a los hijos elementos básicos en su educación integral.

Al analizar este aspecto el CELAM (Documento de Medellín, 1968) plantea:

La familia es la primera, pero no la única y exclusiva, comunidad educadora; la misma dimensión comunitaria, civil y eclesial del hombre exige y conduce a una acción más amplia y articulad, fruto de la colaboración ordenada de las diversas fuerzas educativas. Estas son necesarias, aunque cada una puede y debe intervenir con su competencia y su contribución propias. (p.246)

Desde mi perspectiva es en la familia donde se construirá los esquemas cognitivos de los valores que serán fruto de la transferencia afectiva y moral de los padres hacia los hijos y será una cadena se consecuencias eternas, González

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