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Felipe oliva


Enviado por   •  6 de Octubre de 2014  •  Síntesis  •  2.171 Palabras (9 Páginas)  •  266 Visitas

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Arturo Tapia Mondragon

Literatura contemporánea

Profe. Felipe oliva

Los motivos del lobo.

Para comenzar este breve ensayo, me gustaría dar mi opinión personal sobre este ensayo, ya que lo considero de suma importancia para el entendimiento de mi postura.

Primero que nada, es fundamental saber que Ruben Darío es un gano, es uno de los poetas, novelistas y escritores que ha dado Latinoamérica, por su simplicidad en las letras, su consistente dificultad rítmica, su excesiva pero necesaria métrica que conlleva cada uno de sus textos y la simple característica de un cambio de roles repentinos a través de lo que pasa a lo largo de la obra.

Teniendo esto claro, comencemos. De una manera muy vana, podemos decir que este poema fue hecho en la madurez del autor, ya que se hizo aproximadamente 4 años antes de su muerte publicado en 1913.

Rubén Darío fue un bardo cosmopolita que supo amalgamar influencias propias y extrañas a tal grado que resulta vano tratar de establecer de donde proviene tal o cual idea. En toda su obra poética nunca deja de ser Rubén Darío.

Respecto al poema ya mencionado, es evidente que el nicaragüense se basó en uno de los milagros atribuidos a San Francisco de Asís. Se cuenta que una vez en la aldea de Gubbio (actualmente, territorio italiano) cuando transcurría el año de 1218, halló que un temible lobo tenía llenos de espanto a los humildes pastores de la comarca. El Santo Varón fue a platicar la bestia y le dijo así: “Hermano lobo, has hecho mucho mal en esta tierra; has destruido y matado criaturas de Dios sin su permiso. Merecerías por ello ser ahorcado como a un criminal. Todos los hombres claman contra ti, los perros te persiguen y los habitantes de las ciudad son tus enemigos; pero yo quiero hacer las paces entre tú y ellos.

Si renuncias a tus perversos apetitos, en vez de cazarte con perros, los hombres de Gubbio te darán de comer. Pero tienes que prometer que no volverás a ofenderlos”. A partir de entonces, el lobo se convirtió en el compañero de juegos de los niños de Gubbio, y nunca más causó perjuicios a nadie. Esto es lo que nos dice la leyenda, pero el modernista fue mas allá de los hechos marcados por la tradición y otorgó al lobo cualidades cuasi humanas. Bajo la pluma de Darío la bestia llega a ocupar el papel protagonista dentro de un guión extraordinario.

Un análisis de la estructura del poema arroja suficiente luz sobre las intenciones del bardo. Es indudable que éste se propuso modelar el pasaje ya descrito hasta dar origen a una composición verdaderamente portentosa, en la cual pueden distinguirse diversas escenas.

Inmediatamente podemos notar algunas partes clave dentro de este poema, mencionaremos algunas para así tener todo mucho más claro.

LA PRIMERA ENTREVISTA ENTRE SAN FRANCISCO Y EL LOBO

La introducción nos da la tónica de la obra que sigue un esquema comparable al de una sonata, en la música. Desde los primeros versos se muestra la originalidad del bardo nicaragüense quien tuvo el acierto de crear un poema monumental basándose en un pasaje histórico relativamente sencillo. La composición consta de 160 versos rimados perfectamente en diferentes combinaciones métricas. No obstante estar escrito en modo narrativo, posee una musicalidad y un vigor poco comunes. Las partes más emotivas corresponden a la actuación de los personajes.

Al comenzar a leer el texto, el tiempo retrocede más de setecientos años. En el espacio aparece una aldea italiana caracterizada por un ambiente pastoril y envuelta en una tragedia. El pueblo de Gubbio está amenazado por un despiadado lobo y como nadie es capaz de vencerlo por medio de las armas, pretenden llegar a un acuerdo para establecer una paz duradera. El hombre designado para cumplir esta misión es San Francisco de Asís, quien va a la montaña para platicar con la bestia. Desde el comienzo de la entrevista el cánido deja de ser el mítico lobo de Gubbio para transformarse en el lobo glorioso de Rubén Darío. Después de que el animal recibe a San Francisco de un modo agresivo, sorprendentemente se torna humilde y comprensivo. Es ya una bestia con actitudes de ser humano.

El Santo Varón lo acusa de sembrar la muerte, el dolor y el espanto entre las criaturas del Señor. El lobo es comparado con un criminal inspirado por fuerzas diabólicas. Pero también tiene razones muy poderosas para comportarse de esa manera. Responde a cada una de las acusaciones e inesperadamente asume la función de un fiscal y reprueba lo que considera inmoral en los actos humanos. El animal arguye la inclemencia del invierno y la escasez de alimentos en el bosque. El azote del hambre lo impulsa a devorar a cuanto animal se encuentre a su paso. La víctima puede ser el hombre mismo. Sólo respeta una norma: nunca ha derramado sangre si no es para satisfacer su apetito. En cambio, ha observado que los cazadores hieren y torturan animales del bosque por el único placer de cazar. San Francisco apoya el argumento del lobo haciendo una clara alusión al pecado original del hombre y a la ausencia de pecado en el interior de las bestias.

Por lo cual podemos inferir de la calidad de escrito y de psicología que manejaba el señor Darío.

El siguiente momento es uno de mis preferidos y también uno de los que mas detesto debido a que aquí comienza a verse la inclinación de Darío por la religión.

EL PACTO

Resulta muy interesante estimar el papel que desempeña el Santo de Asís. Por un lado, actúa como emisario de los pastores, y en el otro extremo, difunde su doctrina cristiana al predicar la hermandad entre los seres y las cosas. A veces fustiga enérgicamente al lobo en favor de los intereses del hombre, pero también acepta las razones de aquél. Situado en medio del conflicto, considera pertinente establecer un pacto de fraternidad, conforme a su prédica. Así, asumiendo una posición neutral, soluciona con aparente facilidad una situación delicada: ofrece comida al lobo a cambio de paz. Es los más justo para ambos bandos. La bestia acepta tal condición casi sin chistar. De este modo nace un pacto de no agresión.

La promesa en favor de la paz queda sellada legalmente cuando la mano del Varón estrecha una de las patas delanteras del cánido. Después del saludo ambos personajes caminan juntos con destino a Gubbio. Desde el momento en que hicieron las paces, el lobo se transformó en un animal manso y bueno. Al caminar mantuvo su postura cuadrúpeda. Acompaño al Santo de Asís adoptando una actitud sumisa, casi servil. Sin muchos

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