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Historia De Vida


Enviado por   •  16 de Junio de 2015  •  5.070 Palabras (21 Páginas)  •  152 Visitas

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CUADERNOS DE MASS CULTURA

Número 6. 1997

Universidad Iberoamericana de León, México

LAS HISTORIAS DE VIDA:

Un balcón para leer lo social.

Jaime Ochoa A.

Escrito en homenaje a las mujeres y a las palabras que siempre hay que descifrarlas.

Introducción.

"La ciencia social trata del problema de biografía, de historia y de sus intersecciones dentro de estructuras sociales y esas tres cosas, biografía, historia y sociedad, son los puntos coordenados del estudio propio del hombre"

Wright Mills (1)

La Escuela de Chicago fue un escenario privilegiado para el desarrollo de la sociología en el mundo, y en ella tuvo un lugar relevante la investigación cualitativa, aunque no es este propiamente su origen. Allí la sociología y la antropología tenían un desiderátum, no podían ser simplemente pensamiento especulativo, ello se reflejaba en su curriculum donde pocas asignaturas eran obligatorias; una era de trabajo de campo. Lo demás no es que no fuera importante, lo era, pero siempre la teoría debería estar fundamentada en la realidad y sería objeto de constante debate, clima intelectual propio de la institución.

Su segunda característica: las ciencias sociales eran humanistas y críticas. Rescataban una actitud ética en la profesión que se traducía, cuando era necesario, en denuncia conceptual y empíricamente fundamentada de los males sociales como lo hace Goffman en Internados en cuyo estudio, las instituciones psiquiátricas, los manicomios, son explicadas como instituciones totalitarias que metabolizan en su maquinaria social a los hombres que allí llegan. (2)

Esta posición humanista de la Escuela de Chicago implicó otra característica: la ciencia social no se hace desde el exterior de los actores, independientemente de ellos. Es necesario rescatar su propia perspectiva: su palabra, su vida subjetiva individual si es actor particular, la vida del grupo, si es un actor plural o colectivo.

Sujetos individuales y colectivos son sociales y mueven lo social, lo que hay de social en la vida interesa a nuestra mirada. Un ejemplo que planteó Ray Birwhistell, maestro de Goffman, es ilustrativo: la instancia mediadora entre la cultura y la personalidad

-temas centrales de la época- en el cuerpo. (3) . El problema es reiterativo en la versión moderna de las Historias de Vida: las imágenes sociales del "sí mismo" son un puente entre la cultura y la personalidad.

De estas premisas se desprende un hilo conductor en los procesos de investigación: la centralidad del trabajo etnográfico, de observar y de penetrar la vida de los actores en su medio y desde allí, como son tan importantes desde otra posición, la confiabilidad de la información y la representatividad estadística de la muestra.

Se hace necesaria la observación participante para poder recoger con lujo de detalles la vida social de los actores, los grupos y las instituciones que va acompañada de fuentes de información como son los documentos personales; los estudios de caso; la información biográfica en razón de que son escritura de lo social, como marca, como grafía que sociólogos y antropólogos, "etnólogos de la vida contemporánea", deben leer, además de comunicadores e historiadores.

Pero como los otros también leen, son habitantes reflexivos de escenario sociales, transeúntes de la cultura, forjadores de mundos, constructores, artesanos de estructuras de vida, se impone una actitud de ética ciudadana. Si penetramos en sus escenarios, en sus vidas, en sus pensamientos, en sus ilusiones, deseos y palabras, es para rescatarlos y si es posible para mover lo social hacia una condición más digna. Quien entra a un lugar de la cultura o de la intimidad no debe ser para corromperlo, para ultrajarlo, sino para hacerlo más humano, mínimamente para entenderlo en sus motivos y motores como lo instaura la perspectiva weberiana.

Hoy las Historias de Vida han sido repensadas en las disciplinas sociales y humanas modernas, después de su abandono temporal por varias décadas, luego de que el dogma positivista ha sufrido resquebrajamientos, mostrado sus baches y limitaciones, pero no pueden convertirse en instrumento panacea, en el "ábrete sésamo" que ilumina la caverna misteriosa de lo social; hay que saber de ellas, lo que iluminan y lo que desfiguran y oscurecen, sus posibilidades y sus límites, como sus características intrínsecas, su uso y sus riesgos.

Qué investigar con historias de vida

Hemos dicho: las historias de vida no pueden convertirse en panacea instrumental, por no decir metodológica, de las ciencias sociales. Sirven utilizadas con sumo cuidado y no en su versión de chiva periodística y superficial para abordar con ventajas ciertos objetos de investigación; vida de grupos, movimientos sociales alternativos en particular, estudios de cultura local, comportamientos críticos en todo el sentido de la palabra, como son los de los estigmatizados o de los llamados desviados. En general son útiles allí, donde el tiempo y la historia del comportamiento de los actores, es significativo para la reconstrucción de lo social y no tienen ningún lugar en los estudios en los cuales el viejo dios Cronos está encadenado al olvido y a la indiferencia.

Si uno erradica al sujeto, lo piensa como un estorbo para entender lo social como la desviación hacia el mundo de las tinieblas, y sólo ve en lo social estructuras sin sujetos y por tanto, éste no puede ser estudiado más que como un apéndice, un punto de la muestra que a lo sumo es un dato, cuya significación es dudosa: las historias de vida tampoco tienen lugar, no son recomendables en términos estadísticos y económicos.

Pero si la perspectiva es la de pensar que hay objetos sociales que están atravesados por la subjetividad que somos, y que ello puede ser captado mediante el recurso del lenguaje, en la dialéctica entrevistador - entrevistado, las historias de vida tienen sentido en la búsqueda de los sentidos de lo social y valga la pena el juego del lenguaje. Por ellas encontramos caminos para ubicar lo que queda al margen, cuando el punto de partida es lo macro y los conceptos de lo macro y el paso a la realidad trivial y perecedera, que es lo cotidiano que nos agobia, está instaurado como un abismo que no sabemos cómo atravesar. Pero si el camino es el inverso y partimos del polvo de lo social, de los pequeños objetos, de los microactos que constituyen la vida cotidiana del cuerpo del actor, de sus formas de presentación, de su etiqueta, de los

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