LA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO
Enviado por lvzadanger • 7 de Abril de 2013 • 632 Palabras (3 Páginas) • 431 Visitas
LA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO. HACIA UN NUEVO ORDEN MUNDIAL EN EL SIGLO XXI
Francis Fukuyama
Hace diez años la principal cura que los expertos recetaban a los Estados en dificultades era la del adelgazamiento, mientras que hoy la preocupación se centra en la debilidad de esos Estados. En su último y muy interesante libro Francis Fukuyama explica por qué.
Fue tras las crisis de finales de los años noventa cuando se impuso la percepción de que los problemas del desarrollo eran más complejos de lo que parecían creer los partidarios del “consenso de Washington”, llamados neoliberales por sus críticos. A partir de entonces la opinión dominante sostiene que es bueno adelgazar... pero sin perder musculatura. Es decir que el mercado no impulsa por si solo el desarrollo si no existe un Estado de derecho que garantice la libertad económica, propor- cione las infraestructuras necesarias y fomente la educación. El propio Milton Friedman ha reconocido recientemente que, para la transición a la economía de mercado, el Estado de derecho es más importante que la privatización.
Este es el tema que Fukuyama, catedrático de Economía Política Internacional en la Universidad Johns Hopkins, analiza en la primera parte de La construcción del Estado. Su tesis es que, al analizar las funciones del Estado, es necesario tener en cuenta dos dimensiones. Por un lado su alcance, es decir, si un Estado se limita a realizar tareas básicas como defensa, ley y orden y salud pública, o aborda también otras más ambiciosas, y por otro su eficacia en realizarlas, que depende de la calidad de su administración pública. Respecto a lo primero, un exceso de alcance puede resultar perjudicial si se traduce en una restricción de la libertad económica, pero no hay un consenso respecto a los límites óptimos y los europeos prefieren un Estado de más alcance que los norteamericanos. Ahora bien, según Fukuyama, lo más importante para el desarrollo es lo segundo, la eficacia del Estado.
Un Estado eficaz ha de basarse en una administración honesta y competente pero, como explica el catedrático norteamericano en la segunda parte de su libro, no resulta fácil transpasar a los países en desarrollo el modelo administrativo de una Dinamarca, por ejemplo. Porque no se trata tan sólo de buenas prácticas que se pueden copiar, sino de todo un sustrato cultural que sólo se modifica lentamente y hace difícil que la ética profesional de la burocracia arraigue en países habituados a prácticas clientelares.
En la parte final del libro Fukuyama analiza los gravísimos problemas que los Estados débiles o fracasados plantean a la comunidad internacional: violaciones de los derechos humanos, conflictos internos y externos, migraciones masivas y promoción del terrorismo internacional. Ello dio lugar a las “intervenciones humanitarias” de los años noventa, en las que
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