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La Logica


Enviado por   •  18 de Septiembre de 2014  •  3.797 Palabras (16 Páginas)  •  193 Visitas

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En "Pizarro, el Rey de la baraja", Alan García pretende comprobar dos cosas: la independencia o autonomía de la política respecto al proceso económico social, y reivindicar a Pizarro como sabio, impregnado de los adelantos de la cultura europea de esa época, de las artes a la religión, de la ciencia a la política y a la estrategia militar. Sobre los primero, la autonomía de la política, García a menudo se contradice, porque es imposible apartar la política del conjunto del proceso social donde todo está concatenado. Diferente es reconocer la autonomía relativa de todas las cosas respecto al conjunto del que siempre forman parte, incluyendo los peores desvaríos y disparates. Sobre lo segundo, Pizarro no fue ningún adelantado de la cultura, sino todo lo contrario, sus actos fueron legitimados por las peores lacras de épocas premodernas y modernas de Europa, dentro de ello, las tendencias más oscurantistas de las religiones y por una ideología moderna que se pretende científica: el racismo.

Preámbulo

El tema central de este libro, escribe García, es demostrar que "la acción política como instinto de poder, voluntad de dirección o conflicto de grupos y elites, es independiente de factores económicos, religiosos o tecnológicos"

Critica la explicación de los "hechos políticos y los procesos sociales" desde el "punto de vista providencial" (Dios, religión) y a la "explicación economicista", que lo presenta como un "aporte" del marxismo. "Pero esta tesis reductiva –se refiere al marxismo- dejaba de lado los factores básicos como la

dimensión psicológica, el afán por el prestigio y el instinto por la dirección social, así como la habilidad desplegada por el actor para tales objetivos. Por ello, en los últimos años, la acción política y la ciencia del poder han comenzado a ganar independencia respecto a otros factores y ya no son definidas como un efecto necesario, un epifenómeno o, como peyorativamente se le llamó, una "superestructura" de la economía1"

Pero al finalizar la página, demostrando incoherencia en sus planteamientos, García se contradice al señalar la importancia de la tecnología y el conocimiento económico: "La tecnología militar, la riqueza europea y el conocimiento con valor económico eran importante en el siglo XVI, pero hubiera sido imposible cumplir la conquista solo con ellas o lo hubiera sido con un mayor costo humano y en un plazo mucho más largo2".

Primero debemos aclarar que "La tecnología militar, la riqueza europea y el conocimiento con valor económico" son importantes en todo el devenir humano, en todos los pueblos y no sólo "en el siglo XV" europeo. En segundo lugar, García luego de valorizar "La tecnología militar, la riqueza europea y el conocimiento con valor económico", dice que una hipotética conquista sin Pizarro (sin política) se hubiese cumplido debido a esos factores, "con un mayor costo humano y en un plazo mucho más largo". Es decir la conquista hubiese sido una extensión "mecánica" de esos factores.

En páginas posteriores García repite que la conquista "no puede explicarse solamente por factores tecnológicos, como la pólvora

o el hierro que los indígenas no conocieron ni utilizaron como metal", por la cultura europea, por su escritura o sus "descubrimientos científicos, astronómicos y anatómicos". Tampoco por el caballo o el arcabuz, "Todos esos factores fueron importantes, pero esencialmente mecánicos3". Y más adelante: "la superioridad tecnológica, la conquista bacteriana y los conflictos indígenas fueron para Pizarro tres instrumentos fundamentales, pero los tres con menor trascendencia que su gran habilidad política". Todo esto, contradice a la primera cita donde presenta a la política ajena a la economía y tecnología.

Marxismo

La reducción del marxismo a un "economicismo" por parte de Alan García, puede ser fruto de su ignorancia, de su poco bagaje cultural en la interpretación del devenir humano, a lo que se suma el propósito malévolo de desprestigiar a una teoría libertaria, si recordamos que Haya de la Torre en su juventud reivindicaba al marxismo creador, ajeno al "marxismo congelado" de Moscú, -conforme exponemos en páginas anteriores- lo que Alan García no puede desconocer.

Para los fundadores del socialismo científico, el ser humano es el más activo de la naturaleza, cuya esencia es la lucha por la libertad, o, en otras palabras, en la lucha por una vida más digna, en comunión con sus semejantes, con la naturaleza y el cosmos, gracias a su capacidad o praxis innata de imaginación y creación de instrumentos materiales y espirituales, con los que extiende sus facultades mentales y corporales. Hasta hoy, el devenir es una constante subversión

de todo lo existente con la finalidad de mejorar la condición humana.

Este proceso no es automático, no es mecánico, tampoco inexorable, porque, además de las fuerzas de la naturaleza, pugnan fuerzas sociales regresivas y libertarias. A las fuerzas sociales conservadoras y reaccionarias nosotros las denominamos clases sin historia o al margen de la historia, y a las fuerzas libertarias las denominamos clases con historia, en tanto luchan por dignificar la condición humana.

Los intereses particulares de una clase social pueden coincidir con el interés general, con la lucha por la libertad y en tal caso son clases con historia, pero llega el momento que esos intereses se constituyen en una barrera para el devenir, tornándose en clase sin historia, como el caso de los esclavistas, señores feudales, y actualmente la burguesía. Cuando se pierda ese don de luchar por la libertad, cuando triunfen en forma definitiva las clases al margen de la historia, se llegará a la degradación y hasta extinción de la especie humana, como ya vemos en algunas partes del planeta4.

Debemos hacer la distinción entre los procesos naturales y los procesos sociales. Los primeros se rigen por la evolución automática, "mecánica", mientras los segundos por la acción y voluntad humana a través de las contradicciones entre clases sociales conservadoras y libertarias, cuya máxima expresión son las revoluciones, consistentes en el desplazamiento de la clase dominante que ha devenido al margen de la historia, por una clase cuyos intereses coincidan por lo menos en

parte con el interés general, encarnando la lucha por la libertad, como fue el caso de la burguesía que, de libertaria en siglos pasados, a devenido en nuestros días en clase social al margen de la historia.

El marxismo es ajeno a todo reduccionismo, a todo "economicismo". Marx alabó al régimen

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