La Tia Julia

LA TÍA JULIA Y EL ESCRIBIDOR

“Ama hasta que te duela.

Si te duele es buena señal”.

Madre Teresa de Calcuta .

Es complicado establecer con claridad hasta qué punto los sentimientos como la compasión, el respeto, la gentileza, y más aún el amor determinan la vida de los seres humanos. Este comportamiento se explica debido a que somos seres sociales; entre múltiples sentimientos que presentamos durante nuestras interacciones amor es el más importante de todos, porque no hace distinción de edad o clase social además se presenta libre, espontáneo, sincero y es capaz de superar toda barrera que se le presente. Hay quienes piensan con el corazón, y todo lo resuelven a corazonadas, es decir se dejan llevar por sus sentimientos, por esas pasiones y sentimientos que lo son todo en su vida. En este contexto el amor no hace diferencia entre la edad de sus actores, esta situación se debe, a que no hay momento en el cual podamos decir que estamos listos para amar, este un hecho que sucede y nada más. Otra razón la ubicamos dentro del contexto moral, pues la sociedad impone toda clase de cánones, normas las cuales deben ser respetadas, más cuando existe sentimiento verdadero no existe barrera o impedimento que no permita amar a pesar de las diferencias, pues una diferencia permite un crecimiento personal y complementa nuestras falencias. Ese el amor, ese amor que me recuerda al que tenía Marito hacia su amada Tía Julia, aquel que fue más fuerte que los prejuicios sociales y la edad como lo presenta Mario Vargas Llosa en la novela La Tía Julia y el Escribidor .

En cuento a las personas quienes piensan con el corazón, y todo lo resuelven a corazonadas, es decir se dejan llevar por sus sentimientos, por esas pasiones y sentimientos que lo son todo en su vida, demuestran un valor humano, aunque como cualquier decisión en la vida nos acarrea sus beneficios y también sus pérdidas irreparables e incluso irremplazables y solo con el tiempo podemos hacer nuestros juicio de valor positivo o negativo. Pues como mencionamos el amor es el sentimiento que determina la vida en muchas personas, en otras palabras ocupa un lugar primordial en la existencia de estos seres. Es el sentimiento, el amor, ese amor que nos hace no tomar conciencia de nuestros actos al que se refiere Vargas a lo largo de los capítulos impares en los cuales narra el amor de Marito hacia Julia. Clara mente se muestra en esta línea que corresponde al inicio del capítulo VII (Vargas, 1977)“los amores con la tía Julia continuaban viento en popa, pero la, cosas se iban complicando porque resultaba difícil mantener la clandestinidad”(p.69); en otras palabras el sentimiento que muestra Marito es consciente de todas las dificultades por las que tiene que atravesar, pero siente que continua el avance en su romance con su Tía, pues como esas corazonadas no sigue los razonamientos lógicos, sino esos impulsos que nos llevan a actuar y no pensar.

Desde mi punto de vista el amor no hace diferencia entre la edad, esta situación se debe, a que no hay momento en el cual podamos decir que estamos listos para amar, debido a que no siempre atravesamos por las mismas circunstancias. En algunos casos pueden ser más felices o en otros casos pueden ser de desamor y tristeza pero jamás son las mismas para todos, por esta razón no existe un punto común como sucede en los otros ámbitos de la vida (estudios, deporte, trabajo), en los cuales a pesar de las diferencias que traigamos a priori tenemos un nivel similar pero en los sentimientos así como en los radio teatros del “famoso” Pedro Camacho cada una de nuestras historias de amor al igual que fuésemos artistas o actores en nuestras vidas son (Vargas, 1977)“entretenidos, tristes o fuertes, porque las distraían y hacían soñar, vivir cosas imposibles en la vida real, porque enseñaban algunas verdades o porque una tenía siempre su poquito de espíritu romántico”(p.). De esta manera hay cierto tipo de amores que por la edad de quienes aman, han preferido mantenerlo en lo más secreto debido a las dificultades y problemas que les trae, sin embargo el sentimiento del miedo a ser descubiertos o el soñar que van cumplir un sueño casi imposible; vivir un sueño o una utopía que enfrenta al ser a la situación, y que incita a imponerse sobre ella pues para algunas personas “el infierno de los vivos” no es algo por venir; hay uno, el que ya existe aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Hay dos maneras de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte

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