La fe de Blasillo

Christa Walters                                                                 23-5-14

AP Spanish Lit.

Blasillo

        ¿Un devoto con fe ó un bobo con fe ciega? En San Manuel bueno mártir, Unamuno nos presenta un personaje que a pesar de ser secundario, tiene un gran significado en el cuento. Blasillo, un “idiota de nacimiento, Blasillo el bobo,” como lo describe Unamuno, es el fiel seguidor de San Manuel. Blasillo representa el pueblo de Renada que solamente seguía firmemente lo que San Manuel les decía y las enseñanzas cristianas sin dudar nada; una critica por parte de Unamuno a las personas que se encasillan con una creencia sin buscar otras verdades, por lo tanto Blasillo tiene una fe ciega, lo cual es lo mismo a no comprender nada y no tener fe.

        En su ensayo, Mi Religión, Unamuno expresa que él no tiene religión, que a él no se le puede poner una etiqueta como esa o clasificarlo tan fácilmente. Es por esto, que Unamuno recurrió a la sátira, creando a Blasillo para burlarse de las personas que dicen ser devotas y creyentes, pero que en realidad solo son seguidores ciegos que no saben lo que están escuchando y luego repitiendo. Unamuno menciona en su ensayo que él “rechaza el eterno ignorabimus,” el cual esta claramente representado por Blasillo, quien no entendía nada de lo que se le enseñaba. Cuando Unamuno describe a este personaje dice que San Manuel hasta llegó a enseñarle cosas que parecía milagro que las hubiese podido aprender,” demostrando lo difícil que resulta que Blasillo pudiera claramente entender las enseñanzas de la iglesia y Dios. A Unamuno le repugnan las personas que se encierran en una sola religión y que piensan que cualquiera otra que no sea la suya esta mal, por lo que comenta que la relación con Dios debería ser una personal y no una forzada. Blasillo no conoce nada más allá de lo que se le ha indoctrinado por lo que no tiene decisión propia de escoger que tipo de relación quiere tener con Dios, hundiéndolo en su único recurso, repetir y repetir las palabras de la única persona que lo encamina a la “verdad” del cristianismo.          

        Para aclarar su religión, que es “la búsqueda de la verdad en la vida y la vida en la verdad,” Unamuno escribe otro ensayo titulado Verdad Vida. En este escrito, empieza explicándonos como aparece la verdad en la vida. En una parte comenta que muchas veces ocurre que alguien quiere imponer su verdad sobre nosotros, lo cual no debería de pasar ya que cada quien tiene su verdad. Este es el caso de San Manuel, quien no era creyente pero aun así proclamaba la verdad de otros y se la inculcaba a un pueblo que era ignorante del tema. Al explicar la búsqueda de la vida en la verdad, Unamuno expresa que “la verdad no puede morir ni estar muerta” y que “hay quienes reciben ciertas verdades como cosa muerta, puramente teórica y que en nada les vivifica el espíritu.” Claramente se ve el pensamiento de Unamuno y como lo plasmo en el personaje de Blasillo, quien recibió la verdad  de San Manuel sin cuestionarla por lo que no la entendió y nunca le causó una emoción de comprensión y  fe autentica en su espíritu. Blasillo nunca estuvo en la búsqueda de la verdad en la vida, a él se la daban y por ende no estimuló su fe y nunca tuvo contacto con el culto a la verdad misma. Unamuno repite que la verdad se debe buscar y eso es lo que eleva nuestras vidas espirituales, pero convertir la verdad en un dogma, que suele ser una cosa muerta, no puede ocurrir porque la verdad siempre debe estar viva. Blasillo seguía una dogma y no buscaba la verdad por voluntad propia, lo hacia a través de San Manuel quien le imponía una creencia.

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