Lectura.

el verbo leer no soporta el imperativo”, dice Daniel Pennac en su libro Como una novela, conjunto de ensayos que se pueden leer por separado o al ritmo de una narración novelada. No lo soporta porque leer tiene que ver con una cuestión anímica, de sincero estremecimiento y de contacto real con el mundo de las ideas. Guillermo Fadanelli dice que “el ensayo es también una ficción, sólo que en vez de personajes encuentras referencias, conceptos y divagaciones.”

Las ideas se dispersan y se entrometen en los resquicios de lo concreto, así los personajes se utilizan para mostrar verdades a medias y mentiras absolutas. Por eso la novela se convierte en ensayo: los personajes especulan y teorizan.

En Como una novela, Pennac realiza una reflexión sobre la lectura desde la vivencia personal, en este caso desde la paternidad. ¿Cómo motivas a tu hijo a la lectura?

¿Ustedes, cómo entraron al mundo de las letras y quién los motivó? Si cada uno pudiera contarnos la historia de su iniciación, tendríamos un conjunto de datos que nos servirían para medir la falta de lectores, por ejemplo. Muchos fueron instruidos por personas que jamás tuvieron el verdadero gusto por la lectura. Los castigaban enviándoles a leer.

Está sentado ante a la ventana, la puerta cerrada a su espalda. Página 48. No se atreve a contar las horas pasadas a la espera de esta página cuarenta y ocho. El libro tiene exactamente cuatrocientas cuarenta y seis. O sea quinientas. ¡500 páginas! Si tuviera diálogos, pase. ¡Qué va! Páginas llenas de renglones comprimidos entre márgenes minúsculos, párrafos negros amontonados entre sí, y, aquí y allí, el favor de un diálogo: un guion, como un oasis, que indica que un personaje habla con otro personaje. Pero el otro no le contesta. ¡Sigue un bloque de doce páginas! ¡Doce páginas de tinta negra! ¡Te ahogas!”

Cuánta paja hay en los libros, cuántos párrafos sin sentido pululan en nuestras lecturas. ¿Cómo abordamos un libro si somos incipientes lectores? Existen novelas que por su tamaño y contenido son de difícil digestión. Libros extensos que nos sumen en una idea nefanda y aburrida de lo que es la lectura, y nos hacen partícipes de una carga. Motivo por el cual, muchos se alejan de los libros.

Daniel Pennac pone toda su visión en las lecciones que le da a su hijo, y muestra los errores y aciertos cometidos en el aprendizaje de la lectura. Dentro de sus ensayos, narra conversaciones, estudia autores, da ejemplos, todo esto para proporcionar una serie de derechos que tiene cada lector. Porque de nada hay que preocuparse, cuando se tiene el derecho a saltarse las páginas.

Si tienen ganas de leer a Moby Dick pero se desaniman ante las disquisiciones de Melville sobre el material y las técnicas de la caza de ballena, no es preciso que renuncien a su lectura sino que se las salten,

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