Lenguas Del Tiempo
Enviado por Adav • 12 de Marzo de 2013 • 14.043 Palabras (57 Páginas) • 418 Visitas
“Quinto libro de Galatea (Miguel de Cervantes - 1585)” Era tanto el deseo que el enamorado Timbrio y las dos hermosas hermanas Nísida y Blanca llevaban de llegar a la ermita de Silerio, que la ligereza de los pasos, aunque era mucha, no era posible que a la de la voluntad llegase; y, por conoscer esto, no quisieron Tirsi y Damón importunar a Timbrio cumpliese la palabra que había dado de contarles en el camino todo lo por él sucedido después que se apartó de Silerio. Pero todavía, llevados del deseo que tenían de saberlo, se lo iban ya a preguntar, si en aquel punto no hiriera en los oídos de todos una voz de un pastor que, un poco apartado del camino, entre unos verdes árboles, cantando estaba, que luego, en el son no muy concertado de la voz y en lo que cantaba, fue de los más que allí venían conoscido, principalmente de su amigo Damón, porque era el pastor Lauso el que, al son de un pequeño rabel, unos versos decía; y, por ser el pastor tan conoscido y saber ya todos la mudanza que de su libre voluntad había hecho, de común parecer recogieron el paso y se pararon a escuchar lo que Lauso cantaba, que era esto: Lauso
¿Quién mi libre pensamiento me le vino a sujetar? ¿Quién pudo en flaco cimiento sin ventura fabricar tan altas torres de viento? ¿Quién rindió mi libertad, estando en seguridad de mi vida satisfecho? ¿Quién abrió y rompió mi pecho, y robó mi voluntad? ¿Dónde está la fantasía de mi esquiva condición? ¿Dó el alma que ya fue mía, y dónde mi corazón, que no está donde solía? Mas, yo todo, ¿dónde estoy, dónde vengo, o adónde voy? A dicha, ¿sé yo de mí? ¿Soy, por ventura, el que fui, o nunca he sido el que soy? Estrecha cuenta me pido, sin poder averigualla, pues a tal punto he venido, que aquello que en mí se halla, es sombra de lo que he sido. No me entiendo de entenderme, ni me valgo por valerme, y en tan ciega confusión,
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