Los Cuentos
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PREPROYECTO
“CUENTOS DE AMOR DE LOCURA Y DE MUERTE”
PRESENTADO POR: Karen Julieth Celemín Castellanos
INSTITUCION EDUCATIVA ANTONIO NARIÑO
“FE Y ALEGRIA”
IBAGUE-TOLIMA
2014
CUENTOS DE AMOR DE LOCURA Y DE MUERTE
*UNA ESTACION DE AMOR
“En la estación esperaron un rato y sin hablar, junto a la escalerilla del vagón,
Pues el tren no salía aún. Cuando la campana sonó, Lidia le tendió la mano, que
Nebel retuvo un momento en silencio. Luego, sin soltarla, recogió a Lidia de la
Cintura y la besó hondamente en la boca.
El tren partió. Inmóvil, Nebel siguió con la vista la ventanilla que se perdía.
Pero Lidia no se asomó.”
Quiroga, 1917, P.3
*LA MUERTE DE ISOLDA
“Hasta que una noche tropecé con ella. Sí, esa misma noche en el teatro...
Comprendí, al ver al opulento almacenero de su marido, que se había precipitado
En el matrimonio, Pero al verla otra vez, a veinte metros de
Mí, mirándome, sentí que en mi alma, dormida en paz, surgía sangrando la
Desolación de haberla perdido, como si no hubiera pasado un solo día de esos
Diez años. ¡Inés! Su hermosura, su mirada –única entre todas las mujeres–,
Habían sido mías, bien mías, porque me había sido entregada con adoración.” Quiroga, 1917, P.27.
*EL SOLITARIO
“Cuando se traspasa cierto límite de respeto al varón, la mujer puede llegar a
decir a su marido cosas increíbles.
La mujer de Kassim franqueó ese límite con una pasión igual por lo menos a
La que sentía por los brillantes.”
Quiroga, 1917, P.30
*LOS BUQUES SUICIDANTES
“Algo muy semejante ha pasado sin duda a los centinelas de aquella guardia célebre,
Que noche a noche se ahorcaban.
Como el comentario era bastante complicado, nadie respondió. Poco
Después el narrador se retiraba a su camarote. El capitán lo siguió un rato de
Reojo.
– ¡Farsante! –murmuró.
–Al contrario –dijo un pasajero enfermo, que iba a morir a su tierra–. Si fuera
Farsante no habría dejado de pensar en eso, y se hubiera tirado también al agua.”
Quiroga, 1917, P.38
*A LA DERIVA
“Allá abajo, sobre el río de oro, la canoa derivaba velozmente, girando a ratos
sobre sí misma ante el borbollón de un remolino. El hombre que iba en ella se
sentía cada vez mejor, y pensaba entretanto en el tiempo justo que había pasado
sin ver a su ex patrón Dougald. ¿Tres años? Tal vez no, no tanto. ¿Dos años y
nueve meses? Acaso. ¿Ocho meses y medio? Eso sí, seguramente.
De pronto sintió que estaba helado hasta el pecho. ¿Qué sería? Y la
respiración...
Al recibidor de maderas lo había conocido en Puerto Esperanza un viernes santo...
¿Viernes? Sí, o ju El hombre estiró lentamente los dedos de la mano.
–Un jueves...
Y cesó de respirar.”
Quiroga, 1917, P.42
*LA INSOLACIÓN
“Los fox–terriers volvieron al paso al rancho. El cachorro, erizado aún, se
adelantaba y retrocedía con cortos trotes nerviosos, y supo de la experiencia de
sus compañeros que cuando una cosa va a morir, aparece antes.
¡Luego la Muerte, y con ella el cambio de dueño, las miserias, las patadas,
estaba sobre ellos !”
Quiroga, 1917, P.45-46.
*EL ALAMBRE DE PÚA
“Los caballos entraron por el portón de su chacra, pues el muchacho, que
hacía sonar el cajoncito de maíz, había oído su ansioso trémulo. El viejo alazán
obtuvo el honor de que se le atribuyera la iniciativa de la aventura, viéndose
gratificado con una soga, a efectos de lo que pudiera pasar.”
Quiroga, 1917, P.57.
*LOS MENSU
“Podeley jamás había dejado de cumplir nada, única altanería que se permite
ante su patrón un mensú de talla.
–¡No me importa que hayas dejado o no de cumplir! –replicó el mayordomo–.
¡Pagá tu cuenta primero, y después hablaremos!
Esta injusticia para con él creó lógica y velozmente el deseo del desquite.
Fue a instalarse con Cayé, cuyo espíritu conocía bien, y ambos decidieron
escaparse el próximo domingo.” Quiroga, 1917, P.67.
*LA GALLINA DEGOLLADA
“Con estos sentimientos, no hubo ya para los cuatro hijos mayores afecto
posible. La sirvienta los vestía, les daba de comer, los acostaba, con visible
brutalidad. No los lavaban casi nunca. Pasaban casi todo el día sentados frente al
cerco, abandonados de toda remota caricia.
De este modo Bertita cumplió cuatro años, y esa noche, resultado de las
golosinas que era a los padres absolutamente imposible negarle, la criatura tuvo
algún escalofrío y fiebre. Y el temor a verla morir o quedar idiota, tornó a reabrir la
eterna llaga” Quiroga, 1917, P.75.
*EL ALMOHADÓN DE PLUMAS
“Sobre el fondo, entre las plumas,
moviendo lentamente las patas velludas, había un animal monstruoso, una bola
viviente y viscosa. Estaba tan hinchado que apenas se le pronunciaba la boca.
Noche a noche, desde que Alicia había caído en cama, había aplicado
sigilosamente su boca –su trompa, mejor dicho– a las sienes de aquélla,
chupándole la sangre.”
Quiroga, 1917, P.82.
*YAGUI
“Los peones que por a o b llegaban a la
siesta, admiraron siempre la obstinación del perro, resoplando en cuevitas bajo un
sol de fuego; si bien la admiración de aquéllos no pasaba del cuadro de caza.
–Eso –dijo uno un día, señalando al perro con una vuelta de cabeza–, no
sirve más que para bichitos...
El dueño de Yaguaí lo oyó:
–Tal vez –repuso–; pero ninguno de los famosos perros de ustedes sería
capaz de hacer lo que hace ése.”
Quiroga, 1917, P.84.
*LOS PESCADORES DE VIGAS
“Una viga, derivando con una gran creciente, lleva un impulso suficientemente
grande para que tres hombres titubeen antes de atreverse con ella. Pero Candiyú
unía a su gran aliento treinta años de piraterías en río bajo o alto, y deseaba,
además, ser dueño de un gramófono.”
Quiroga, 1917, P.98.
*LA MIEL SILVESTRE
“Al levantarse e intentar dar un paso, se había visto obligado a caer de
...