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Enviado por   •  29 de Agosto de 2014  •  Tesis  •  2.395 Palabras (10 Páginas)  •  205 Visitas

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Establecer en la actualidad un término que identifique lo que comúnmente conocemos como viejo, anciano o persona de edad, nos remite necesariamente a los logros conceptuales que desde diversas disciplinas como las llamadas ciencias médicas y las ciencias sociales se han construido.

Los significados alrededor de la naturaleza de esta etapa de la vida humana y su consideración bajo los patrones de la ciencia en su conjunto, nos permiten hoy afirmar que existe en Occidente un consenso generalizado sobre su carácter histórico-social, fundamentalmente cambiante y asociado al avance mismo del conocimiento.

La vejez vista como cualidad, se aleja cada vez más de términos que la deshumanizaban. En tal sentido debemos diferenciar palabras que identifican diferentes aspectos, y representan diversas repercusiones; por ejemplo, senectud referida esencialmente a procesos biológicos y senilidad referida a procesos psicológicos o mentales. La determinación en relación con la edad, tiene diversos componentes que van desde consideraciones según el nivel de bienestar de la población, hasta los avances médicos y de participación social.

Con el proceso de especialización que caracteriza a la modernidad, se construye un campo específico y múltiple de conocimiento que desde los organismos mundiales, ubican a esta población entre los 60 o más años. No todos los seres humanos, sin embargo, envejecen de forma similar, ni en cuanto a morfología ni en cuanto a función se refiere. Sobre esta premisa se edifican una serie de concepciones que tratan de definir y expresar estos distintos modos de respuesta ante el paso de los años. Según esto se habla de: Edad cronológica, determinada en función del tiempo transcurrido desde el nacimiento, medido por los patrones al uso (años, meses, días). Edad biológica, corresponde al estado funcional de los órganos de nuestra economía comparados con patrones estándar establecidos para cada edad o grupo de edades. Edad funcional, expresa la capacidad de mantener los roles personales y la integración social del individuo en la comunidad.

La concepción actual es amplia en cuanto a definición. En abril de 1994 la Organización Panamericana de la Salud decidió emplear el término adulto mayor, que abarca una visión integral, interdisciplinaria y holística.

TERCERA EDAD ANALISIS

El envejecimiento de la población es un fenómeno mundial dado que las tasas de mortalidad y fecundidad decrecientes, sumadas a una mayor longevidad y a un mejor nivel de salud, han modificado la estructura de edad de la población. Según el censo del DANE 1993, en Colombia viven 2.973.000 personas entre 59 y 64 años y 1.496.408 son mayores de 65 años. Crea entonces gran aflicción encontrar que los ancianos han sido abandonados en sus condiciones de vida y sus derechos han sido relegados. "La actual sociedad de adultos jóvenes, exitosos, creadores de los avances tecnológicos, manipuladores de las actuales tendencias, del marketing y venta de servicios, ha dado en olvidar al anciano como el artífice de muchos de los conocimientos que hoy pregonan haciendo ver la dinamicidad de la juventud como uno de los únicos valores aceptables socialmente, profundizando cada vez más en la brecha intergeneracional." Los ancianos están supeditados a encontrarse en la mayoría de escenarios sociales, ya sea con conceptos errados sobre la ancianidad, ya sea con repudio y exclusión, sin olvidar la intolerancia e insensibilidad de buena parte de la sociedad frente a ellos, así, "ser viejo es sinónimo, para el común de la sociedad, de no-productividad, de enfermedad, de lentitud, de incapacidad, de dependencia, de carencias e incluso de discapacidades, sobre todo en países de occidente", poniendo estas condiciones en desventaja al viejo frente a la sociedad.

Una cultura de consumismo, ha hecho que ésta se centre en ofertas para la población económicamente activa, dejando de lado al anciano juzgándolo decadente o incapaz, al que no vale la pena hacerle ningún tipo de oferta, desconociendo que "el nuevo marketing económico despierta a una realidad cada día más palpable: la población mayor dentro de uno años será un sector que modificará más de un hábito de consumo."Por esto es necesario que la ayuda a la tercera edad no provenga sólo de entes estatales, sino de una posición de conocimiento, comprensión, tolerancia, de cada uno de los componentes de nuestra sociedad. Por ejemplo, los medios de comunicación, pueden jugar un papel de primordial importancia en la recuperación de la imagen del anciano en la sociedad, pues un producto que se ha venido vendiendo es el de miserabilismo, la incapacidad y, aun más grave, el de vergüenza por ser un anciano.

La precaria situación que vive el mayor adulto puede ser observada a través de la descripción de las diversas formas del maltrato al que suelen ser sometidos. Las principales categorías del maltrato agrupadas genéricamente son:

MALTRATO FISICO: Por su misma naturaleza visual, el maltrato físico es la modalidad mejor conocida, ya que si bien todos los maltratos llevan de una u otra forma a generar lagunas físicas, el impacto inmediato es el que más se resalta. De hecho, se suele dar mayor importancia al testimonio visual consecuencias de actos tales como las golpizas. Si bien el registro oficial que se conoce es mínimo por ser ese un fenómeno que disfruta de la llamada invisibilidad social. Casos particulares tal como los atracos, como una forma de abuso físico (y económico), nunca han sido sistematizados (al menos bajo ese rubro), aunque se sospecha que su incidencia es relativamente alta por los comentarios recogidos a través de la recepción de quejas y las visitas realizadas en la Procuraduría Delegada para la Defensa del Menor y de la Familia.

Los abusos médicos, como otra modalidad de maltrato físico, se pueden manifestar a nivel institucional (hogares geriátricos, nivel hospitalario). Los servicios suministrados resultan ser insuficientes, totalmente ausentes o descontextualizados; tampoco se consideran las motivaciones personales de soledad y de necesidad de atención que puedan llevar al anciano a acudir a un médico, sin que exista una real necesidad física para ello.

El abandono físico (el cual suele estar acompañado de un abandono emocional implícito), en su forma extremada, también debe ser considerado como un maltrato físico, cuando el anciano es dejado a su propia suerte en medio de un hospital, frente a una Estación de Policía, en la calle, cerca a una ancianato de caridad o de alguna comunidad religiosa; las implicaciones y los riesgos fisiológicos

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