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Multinacionales


Enviado por   •  21 de Julio de 2014  •  1.610 Palabras (7 Páginas)  •  154 Visitas

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El Sr. Morris, nuestro personaje principal se encuentra apaciblemente escribiendo un libro en su balcón. Parece un hombre de mucha lectura, pues lo rodean pilas y pilas de libros de los mas diversos tamaños y colores. Y aquí tenemos nuestra primer puntada en el bordado del tema de este ensayo: CUALQUIERA PUEDE LEER, CUALQUIERA PUEDE ESCRIBIR, PERO SE LEE Y SE ESCRIBE MUY DIFERENTE CUANDO TENEMOS UNA VISION DISTINTA Y PROFUNDA DE LAS REALIDADES.

Pareciera que entendiera qué escribe, pareciera saber lo que hace. Su "hacer" es aquél que se relaja y descansa en la teoría, en lo conocido, en lo inamovible. Pero hay un "de pronto". Y lo primero que llama mi atención es que lo que prosigue a un viento feroz mientras el esta en este "hacer" que cree normal y correcto se cruza un televisor volando que este viento arroja y nos lo cruza en la escena...el dibujo que se encuentra en la hoja aledaña a su escrito torna su alegre cara por una de angustia y desesperación. Dos cosas. El objeto que se cruza no es uno cualquiera...es un objeto tecnológico que ha venido ha desplazar un poco nuestro tiempo de lectura y de contacto con lo humano, lo tangible y lo valuable. El libro ha sufrido, con el tiempo y sus avances tecnológicos, un poco de su valor y necesidad en el ser humano. El sujeto encuentra su identidad en "apropiarse de aspectos que lo rodean. Pero qué sucede, ese otro son o debieran ser esas palabras plasmadas en las hojas de una novela de amor, de un poema desesperado, de una descripción alegre, de una reflexión alentadora, o de una ficción que nos devuelve a la realidad con otro sentido de la vida, al habernos expuestos a tantas emociones diversas, a tantas realidades inventadas, que siempre traen consigo un poco de vida. Cada palabra leída de un libro es una pulsación, que da vida cómo se nos mostrará mas tarde al intento de "transmitir" (y qué gran tema hay en ese concepto) del remitente al destinatario, quién muy pocas veces, casi nunca se conoce o se imagina.

Así es que nuestro personaje comienza a ver con desesperación estos cambios, las palabras se le escapan, esas ideas que brotaron de su propia mente y corazón, eso que siente suyo, propio...eso que ha escrito. Y se aferra. Entonces cree que puede salvarse de lo desconocido aferrándose a un farol, a una columna...mientras sus ojos no se desvían de lo suyo, su libro. Hasta que se da cuenta que debe soltarse ... dejarse llevar hacia eso desconocido : la "experiencia", para poder apropiarse nuevamente de lo suyo. La experiencia (escenas que seguirán en otra realidad hasta entonces desconocida) lo interiorizará consigo mismo, sus conceptos, sus teorías, su conocimiento hasta ese momento.

Morris cae en otra realidad, donde todo esta "patas para arriba", la gente vaga desolada, y todo se encuentra en blanco y negro. La caída es dura, y junto a él cae abierto el libro, cuyas paginas ahora están vacías. Tose y salen letras sueltas y un signo de preguntas, ya no sabe cómo decir, ni cómo ordenar esas letras para armar una palabra, todo lo conocido se revuelve, la experiencia cancela esa frontera entre lo que sabe y lo que es, lo que le pasa, le esta pasando y pasa a su alrededor.

"La experiencia tiene historicidad", nos dice Gabriela Diker en "Los sentidos de las nociones y las prácticas". Morris comienza a caminar intrigado por conocer su presente social, ya que su presente individual acaba de ser tristemente actuado en una escena lastimera, donde sentado frente a su libro en blanco hojea resignado lo que "ya no es".

"no hay experiencia sin la presencia mirada y significación de los demás"(Cornu), y allí esta nuestro joven escritor recorriendo un camino que parece no acabar, en su nueva realidad, cuando aparece una nueva figura en la historia. A modo de ángel, o de todo lo sobrenatural que nos dan aquellos momentos grises en la vida, cuando algo nos sorprende irrumpiendo lo cotidiano, una joven en el aire acarreando con hilos cual globos, libros flotantes.

Morris dispuesto a sorprenderse, a manejarse en la incertidumbre de lo otro, y sobre todo, a someter a juicio sus saberes. Su libro no vuela. Su libro es gris y está muerto, sus hojas están en blanco y nadie las lee. No tiene identidad, no tiene relación con el otro. Su libro es su alma, y refleja lo que el es. Sin embargo es loable que pruebe las teorías, sus saberes, lanzando su libro hacia arriba para ver si es como los que lleva la joven.

La joven le da otra mirada de su realidad, hay otros libros, hay color, hay vida. Hay hojas escritas y dibujos dinámicos. Le deja un libro flotante, de esos que ella "pastorea"

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