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NUEVE REGLAS PARA ESCOGER PALABRAS


Enviado por   •  30 de Noviembre de 2015  •  Apuntes  •  2.010 Palabras (9 Páginas)  •  244 Visitas

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10- NUEVE REGLAS PARA ESCOGER PALABRAS

Estas reglas son:  

1. No repetir

La repetición reiterada de un nombre, verbo, adjetivo, etc., en un período breve provoca            monotonía y aburrimiento. Aunque la palabra sea bonita, de información básica o la central de un tema; o que la causa de la repetición sea una anáfora o bien la dificultad de encontrar sinónimos, los efectos perniciosos son los mismos y no se puede excusar.

Ejemplo: En muchas partes del cuerpo como en las manos, las orejas o los pies, están representados todos los órganos y partes del cuerpo. Incidiendo sobre estas zonas se pueden crear actos reflejos que actúen directamente sobre cualquier órgano del cuerpo y que solucionen cualquier anomalía que exista.

 

En las manos, las orejas o los pies, se representan todos los órganos del cuerpo. Incidiendo sobre estas zonas se pueden crear actos reflejos que actúan directamente sobre cualquier punto del organismo y que solucionen la anomalía que exista.

               

La preceptiva escolar de redacción considera una falta repetir la misma palabra en solo cinco         o seis líneas y ordenaba sustituirlas por pronombres, sinónimos, un circunloquio o una elipsis.

2. Evitar muletillas

A menudo algunas expresiones pueden actuar como muletillas o clichés lingüísticos para llenar vacíos o articular una frase coja, pero demasiadas veces se abusa de ellas sin motivo. He aquí algunas (las que llevan asterisco no se consideran correctas ).

 

           

*A nivel de                                   A través de

*A raíz de                                     Como muy

*Bajo el punto de vista                  Como mínimo

*En base a                                    De alguna manera          

                                                    El acto de

                                                    El proceso de

                                                    El hecho de que

La lista se podría ampliar con comodines, palabras abstractas o expresiones innecesarias que prácticamente no aportan ningún valor, recargan las sintaxis y terminan convirtiéndose en tics repetitivos. Se usan para dar una falsa categoría culta en la prosa o por parecer que están de moda o que quedan bien. Aquí tenemos como ejemplo una redacción de un aprendiz:

  • 'Un tema por el cual estoy interesada es el relacionado con los efectos que provoca la droga a nivel deportivo.'

'Estoy interesada en los efectos que provoca la droga en el deporte.'

 

Como vemos, la versión mejorada suprime lo vacío y destaca lo que estaba escondido.

3. Eliminar los comodines

La palabra-comodín es aquel nombre, verbo o adjetivo, de sentido bastante genérico, que utilizamos cuando no se nos ocurre algo más específico. Son estas las que sirven para todo, que se pueden utilizar siempre, pero que precisan poco o nada el significado de la frase. Si se abusa de ellas, empobrecen la prosa y la vacían de contenido. Algunos ejemplos son:

Nombres: aspecto, cosa, elemento, hecho, información, problema, tema...        

Verbos: decir, hacer, poner, tener...

Adjetivos: bueno, interesante, positiva...

Ejemplo práctico: Lo mejor desde el punto de vista de la escultura ha sido la cantidad de esculturas que se han colocado en Barcelona, cuya obra más interesante ha sido 'La caja de cerillas', y las excelentes esculturas que se han colocado en Vic con motivo del 92: todas ellas muy interesantes.

Este es un buen ejemplo de abundancia de repeticiones (escultura) y del comodín (interesante), que no aporta matiz significativo al texto.

Además de los comodines profesionales, cualquier palabra genérica puede sustituir ocasionalmente a otra más concreta. El amplio uso de hiperónimos, vocabulario básico y de palabras que tienen correspondencia formal con otra lengua de contacto (interferencias léxicas y semánticas), hacen que los términos más específicos, más cultos o sin equivalencia en la otra lengua pierdan vitalidad.

Un ejemplo:

Subió al árbol para ver el nido de pájaros.

Trepó a la encina para ver el nido de gorriones.

4. Preferir palabras concretas a palabras abstractas

Es preferible el uso de palabras concretas frente al de abstractas, puesto que las primeras se refieren a objetos o sujetos tangibles que el lector puede asociar fácilmente a la realidad; mientras que las segundas designan conceptos o cualidades más difusas. El lector necesita más tiempo y esfuerzo para captar su sentido puesto que no hay referencias reales y necesita buscar el contexto –que no siempre es suficiente para concretar su significado− en el que la palabra fue escrita.

5. Preferir palabras cortas y sencillas

En ocasiones la lengua nos da a escoger entre una palabra común y una equivalente culta, más rebuscada. La palabra usual es a menudo más corta y fácil de leer. (Las palabras más frecuentes suelen coincidir con las más cortas).

También es mejor evitar arcaísmos ‘Elemento lingüístico cuya forma o significado, o ambos a la vez, resultan anticuados en relación con un momento determinado.’ como antaño, ergo, al pronto y muchos otros que confieren al texto un tono anticuado.

6. Preferir las formas más populares

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