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No era un espectáculo edificante


Enviado por   •  4 de Diciembre de 2012  •  Monografía  •  12.706 Palabras (51 Páginas)  •  304 Visitas

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• Otro miembro no entendía de números y trataba de disimular esa falla sacudien¬do mucho la cabeza de arriba abajo. Este continuo movimiento de la cabeza moles¬taba a otros miembros del grupo, lo que podía producir mal humor y altercados.

• Por lo menos otros dos miembros del Con¬sejo hacían ver muy claramente que no les gustaba que nadie LES DIJERA nada que ellos no supieran; ellos eran los que LES DE¬CÍAN a los demás lo que ocurría.

Después de mucho pensarlo, Fico eligió para la reunión una táctica enteramente distinta de su plan original.

Construyó un modelo del témpano. Medía 1,50 m de alto por 1,20 m de ancho y estaba hecho de hielo de verdad. La construcción le dio bastante trabajo (sobre todo porque Fico no tenía manos ni dedos ni pulgares que se contraponen).

Cuando terminó, comprendió que no le había quedado perfecto, pero a Alicia le pareció una idea muy creativa y sin duda suficientemente buena para ayudar a los líderes a iniciarse en el conocimiento del problema.

La víspera de la reunión al atardecer Fico y sus amigos llevaron el modelo al lugar don¬de iba a reunirse el Consejo Directivo, que infortunadamente era el monte más alto del témpano. A medio camino cuesta arriba co¬ menzaron las murmuraciones. `Recuérdenme por qué estoy haciendo esto" fue uno de los comentarios más suaves de sus amigos.

Si los pingüinos pudieran refunfuñar y mur¬murar, ambas cosas se habrían oído en abun¬dancia.

A la mañana siguiente cuando llegó Fico los líderes ya se habían congregado en torno al modelo. Unos se habían enfrascado en un vivo debate. Otros parecían desconcertados.

Alicia presentó a Fico al grupo.

Luis abrió la sesión como jefe principal de los pingüinos. Tico, quisiéramos oír qué es lo que has descubierto". Fico hizo una respetuo¬sa reverencia. Veía una disposición abierta en Luis y algunos otros miembros. Otros pare¬cían neutrales. Unos pocos no hacían ningún esfuerzo por disimular su incredulidad.

Fico hizo acopio de sus pensamientos -y de valor -y en seguida les contó la historia de su descubrimiento. Explicó los métodos de que se había servido para estudiar el témpano, describió cómo había encontrado el deterio¬ro, los canales abiertos, las grandes cavernas expuestas llenas de agua - todo lo cual tenía que ser consecuencia del derretimiento.

Usó constantemente el modelo para orientar a su auditorio e ilustrar sus tesis. Todos los pin¬güinos que constituían el Consejo Directivo, menos uno, se acercaron más al modelo.

Cuando Fico separó la parte superior de su modelo para mostrar la gran caverna y expli¬car su desastroso impacto, se habría oído caer un copo de nieve al suelo.

Al terminarla demostración se hizo silencio.

Alicia inició la discusión diciendo: "Todo esto lo he visto yo con mis propios ojos. La gruta llena de agua es enorme. Da miedo. Vi todos los demás síntomas de destrucción que tiene que ser causada por el derretimiento. Ya no podemos seguir cerrando los ojos"

Unos pocos hicieron señales de asentimiento.

Uno de los miembros del Consejo Directivo era un pingüino gordo, ya entrado en años, que se llamaba NoNo. Era el encargado de hacer los pronósticos del tiempo. Sobre el origen de su nombre había dos teorías: la una era que su bisabuelo tenía ese nombre; y la otra, que las primeras palabras que dijo sien¬do aún un bebé pingüino, no fueron "mamá" ni "papá" sino `No, no".

NoNo tenía la fama de equivocarse siempre en sus pronósticos meteorológicos, pero este asunto del témpano de hielo que se estaba de¬rritiendo era demasiado para él. Haciendo un gran esfuerzo por sobreponerse a sus emocio¬nes, habló de esta suerte: "Yo he venido in¬formando con regularidad a este grupo sobre mis observaciones del clima y sus efectos en nuestro témpano de hielo. Como les he dicho otras veces, hay períodos de derretimiento que son comunes en los veranos cálidos. Du¬rante el invierno todo vuelve a la normalidad. Lo que Fico vio, o cree que vio, no es nada nuevo. ¡No hay por qué preocuparse! El tém¬pano es sólido y fuerte y puede resistir esas fluctuaciones".

Cada frase que pronunciaba salía en un tono más alto que la anterior. Si los pingüinos se pudieran poner colorados, lo cual no es posi¬ble, su rostro estaría encarnado.

Cuando NoNo vio que el apoyo de algunos se estaba volviendo en favor suyo, señaló a Fico y con gran dramatismo agregó:

"Este jovencito dice que el hielo al derretirse ha abierto ese canal. ¡Pero tal vez no lo baya abierto! Dice que el canal se va a congelar este invier¬no y va a atrapar el agua en una gran caverna. ¡Pero tal vez eso no suceda! Dice que el agua de la caverna se congelará. ¡Pero tal vez no se congele! Dice que el agua al congelarse siempre au¬menta de volumen. ¡Pero tal vez esté equivocado! Y aun cuando todo lo que dice resultara exacto, ¿es tan frágil el témpano de hielo que el agua al congelarse en una cueva lo pueda despeda¬zar en mil fragmentos peligrosamente peque¬ños? ¿Cómo sabemos si todo eso que nos dice no es más que... pura teoría? ¿Loca especulación?... ¿Una manera de difundirel miedo?`

NoNo hizo una pausa, echó un vistazo en tor¬no, y en seguida lanzó lo que él consideraba el golpe de gracia:

11 ¿Puede estejoven garantizarnos que sus datos y con¬clusiones son ciento porciento correctos?"

Cuatro de los pájaros hicieron señales de aprobación con la cabeza. Uno parecía que estaba tan furioso como NoNo.

Alicia le lanzó a Fico una discreta mirada para darle ánimo, que era como diciéndole: todo va bien (lo cual ella sabía que no era cierto), tú puedes manejar esta situación (lo que no era seguro, ni mucho menos), sigue adelante y contéstale con calma (lo que para ella habría sido difícil puesto que lo que ella quería era gritar: ¡NoNo, eres un necio!").

Fico no dijo una palabra. Alicia le echó otra mirada de aliento.

Fico vaciló, luego dijo: "Honradamente, no. Yo no puedo dar garantías. No, no estoy cien¬to por ciento seguro. Pero si el témpano de hielo se rompe en muchos pedazos, eso suce¬derá en invierno, cuando está oscuro de día y de noche, cuando las terribles tempestades y los vientos nos hacen más vulnerables. ¿No morirían muchos pingüinos?"

Dos de los que estaban más cerca de él pare¬cían horrorizados. Fico se volvió hacia ellos y agregó: "¿No sucedería eso?"

Observando que

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