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No era un sofista


Enviado por   •  27 de Abril de 2012  •  Informe  •  3.393 Palabras (14 Páginas)  •  492 Visitas

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Los primeros acusadores (son aquellos que ya desde hace mucho tiempo le acusaban ante la gente de Atenas)

Los últimos acusadores (y estos son los que le han acusado recientemente, o aquellos que han sido convencidos por los primeros acusadores).

La defensa comienza con la acusación legal de los primeros acusadores que decía:

Sócrates comete delito y se mete en lo que no debe al investigar las cosas subterráneas y celestes, al hacer más fuerte el argumento más débil y al enseñar estas mismas cosas a otros.

Para defenderse de esta acusación hace dos refutaciones:

La primera refutación, la hace presentando como testigos a la mayor parte de la gente que se encontraba en el juicio, y pidiéndoles que se informasen unos con otros de si alguno de ellos le había oído hablar acerca de esos temas.

*La segunda* refutación, la hace al negar que él cobraba dinero para educar a los hombres ya que:

No era un sofista

Podría presumir si supiese tanto como para formar a una persona pero él argumenta que no sabe esas cosas.

Se dirigió a una persona que parecía ser sabia pero se dio cuenta de que no lo era al pensar que sabía todo de todos los temas. Sócrates intentó hacerle entender que no era un sabio, es más, se lo demostró por lo que se ganó una enemistad, y así con un conjunto de sabios (políticos) por lo que se ganó un gran conjunto de enemigos.

Después le pareció que otros que parecían inferiores estaban mejor dotados por lo que se encaminó hacia los poetas y…obtuvo el mismo resultado (los poetas no hacían lo que hacían por sabiduría sino por una habilidad especial contrastado con un momento de inspiración).

Al ver que los poetas no respondían a sus requisitos se encaminó hacia los artesanos y, si, hacían cosas que él no sabía hacer pero al igual que poetas y políticos creían saber, además, mucho de otros campos que no fuesen los suyos y ere error velaba su sabiduría. Llegó a la conclusión de que él se encontraba bien como estaba.

Los “enemigos sin querer” que se había ganado creían saber la verdad, y Sócrates únicamente sabía lo que no era verdad.

Explicado esto demostraba como se había ganado un gran nº de enemigos por ir simplemente a intentar encontrar la verdad o por lo menos asegurar lo que no lo era.

Además de todo ello los jóvenes que le escuchaban cuando examinaba a los hombres se divertían y, claro intentaban examinar a otros y estos otros enojados acudían a reprocharle a Sócrates y, además, se dedicaban a calumniarle por las calles.

Debido a ello le acusaron:

Meleto- en nombre de los poetas

Ánito- en nombre de los políticos

Licón- en nombre de los oradores

De aquí ya pasa a defenderse ante los argumentos de los segundos acusadores que le acusaban de:

Delinquir corrompiendo a los jóvenes y no creyendo en los dioses en los que la ciudad cree sino en otras divinidades nuevas.

Aquí Sócrates mediante un grandioso juego de palabras logra demostrar que Meleto es el que delinque ya que bromea con asuntos serios, sometiendo a juicio a las personas y simular inquietarse por cosas que jamás le han preocupado.

Para ello:

Llama al estrado a Meleto y le pregunta si no es cierto que considera muy importante que los jóvenes sean lo mejor posible, a lo que Melero, claro, responde afirmativamente. Sócrates le hace una segunda pregunta ¿qué hace mejor a los jóvenes?.

Mediante un juego de palabras o, mejor dicho, mediante un conjunto de preguntas falsas para llegar a la verdad se llega a la conclusión de que para Meleto los hacen mejores (a los jóvenes) todos los atenienses excepto Sócrates (ya que jueces, miembros de la asamblea y jurado eran ciudadanos atenienses elegidos al azar). Entonces Sócrates primero le dice que jamás se ha interesado por los jóvenes y después le pide que explique si es mejor vivir entre ciudadanos buenos o malos sabiendo que los malvados hacen daño a los que les rodean y los buenos hacen el bien.

Meleto responde, claro está, afirmativamente.

Y claro está también que nadie preferiría recibir daño de los que están con él a recibir ayuda. Además, Melero acusa a Sócrates de realizar todos los actos voluntariamente.

A lo que Sócrates responde que si nadie quiere el mal, como iba a hacer él a alguien malvado voluntariamente sabiendo que va a recibir daño de éste.

Refuta la segunda acusación de que les enseña a los jóvenes a creer no en los dioses en los que cree la ciudad sino en otros.

Esta acusación la refuta de una manera parecida a la anterior (es decir, con una lógica de preguntas).

Meleto le acusa de no creer en los dioses ya que dice que Sócrates afirma que el sol es una piedra y la luna, tierra a lo que Sócrates le responde que todo ello ya está escrito y que él no difunde eso porque esas ideas no han salido de él sino que al estar escrito cualquier joven puede coger el libro en el que se encuentran esos datos.

Finalmente Meleto yerra al afirmar que no hay nadie que crea en cosas propias de divinidades y que no crea en divinidades ya que si Sócrates enseña cosas acerca de divinidades como no va a creer en las divinidades y las divinidades son dioses...... por lo que cree en los dioses, es decir, según el mismo Meleto según sus últimas afirmaciones, Sócrates tiene que creer en los dioses.

La acusación de Meleto queda refutada totalmente

Sócrates sigue argumentando y deja ver cómo le da más importancia a la rectitud moral que a la vida ya que dice que “ellos” creerán que quitar la vida o desterrar son grandes males pero peor mal es intentar condenar a muerte a un hombre injustamente. Sócrates da bases de que las acusaciones recibidas son obsoletas, como por ejemplo: su pobreza. Si cobrase por enseñar algo de dinero tendría pero el mismo admite que no lo tiene además de su dejadez por los bienes materiales. Insiste en que los bienes como la riqueza no tienen comparación con la inteligencia, sabiduría........

Se puede observar también su oposición a la política. Según él, debido a algo divino y demónico que está con él desde niño, y que cuando se manifiesta le disuade de lo que va a hacer.

Privadamente podría dar consejos y meterse en muchas cosas pero en público, para mover masas, es decir, dar consejos a la ciudad, jamás lo habría hecho debido concretamente a su rechazo hacia la política.

Además, que si hubiera entrado en actos políticos habría muerto hace tiempo ya que ante cualquier injusticia se habría opuesto, cosa que a los altos cargos no les hubiera gustado.

Como bien dice, si hubiese

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