Operaciones JUDAÍSMO

JUDAÍSMO

Según las tradiciones bíblicas, el Arca de Noé encalló en el monte Ararat, Armenia, y uno de los hijos de Noé, Sem, originó a los semitas del Oriente Próximo.

Abraham, padre de los judíos, recibió de Dios (Yahvé) la orden de dejar su ciudad Hur en Mesopotamia, de tierra fértil, para asentarse en la tierra de Canaán, país desconocido y desértico, futura tierra de Israel. Abraham fue padre de Isaac, que a su vez tuvo dos hijos, Jacob y Esaú. Los hijos de Jacob se llaman los doce patriarcas, de los cuales provienen las doce tribus de Israel.

Jacob se trasladó con sus hijos a Egipto para huir de la hambruna y allí sus descendientes terminaron convertidos en esclavos, hasta que fueron liberados y abandonaron Egipto guiados por Moisés hasta el monte Sinaí, donde realizaron un pacto eterno con Dios. En esta alianza, Dios constituyó a la descendencia de Abraham, Isaac y Jacob en su pueblo.

Es necesario recordar los términos sinónimos "hebreo", "judío" e "israelita", a los que cabe añadir con las debidas reservas el de "sionista". Hebreo se dice del miembro o descendiente del pueblo semita del Oriente Medio cuya historia es narrada por la tradición bíblica del Antiguo Testamento. Judío (de la tribu de Judá) se aplica asimismo a los descendientes de Abraham, desparramados por el mundo entero y más o menos fieles a la religión y tradiciones hebreas. Israelita o israelí se ha dicho asimismo del perteneciente al pueblo hebreo o judío.

Hoy prefieren algunos esta denominación de 'israelí' para evitar el matiz peyorativo que se atribuye no pocas veces al término 'judío'. Procede aclarar que después de la muerte de Salomón el pueblo hebreo quedó dividido en dos reinos: el de Judá al sur y el de Israel al norte. A la tribu de Judá se adhirió la de Benjamín que se mantuvo fiel a Roboam, rey de Judá. Las otras diez tribus constituyeron el reino de Israel. El nombre de Israel había sido dado a Jacob después de "luchar" con Dios en el paso del rio Yaboc, como puede leerse en Génesis 32.

Sionista no tiene connotaciones religiosas sino políticas, pues se aplica hoy a los partidarios del establecimiento y consolidación del estado judío en Palestina.

LA TORÁ

        En hebreo significa “enseñanza o instrucción”. Corresponde a los cinco libros de Moisés, conocido como el pentateuco en el cristianismo: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. Contiene la historia que va desde Abraham hasta la llegada a la tierra prometida hacia el año 1200 a.C.

El Antiguo Testamento, y en especial el Pentateuco, constituyen el fundamento de la religión judía. En el transcurso de los siglos las distintas escuelas rabínicas fueron haciendo sus comentarios a los diferentes textos bíblicos. Una primera recopilación de las enseñanzas y doctrinas de los grandes maestros rabínicos, en especial de los tanaítas fue llevada a cabo a finales del siglo II y principios del III, y es conocida con el nombre de mishná. Sin que se interrumpieran los comentarios a la Ley, durante los siglos III al VI se fueron haciendo además comentarios a distintos textos recogidos en la 'mishná', formándose lo que se ha llamado la guemará. El conjunto de 'mishná' y 'guemará' constituye lo que conocemos con el nombre de Talmud. La parte de contenido jurídico y ritual del Talmud recibe el nombre de halajá ojatakár, y en cambio la parte anecdótica, el de bagada (man), nombre con el que también se conoce el relato de la salida de Egipto. Se da el nombre de midrash (= investigar) al método de interpretación de la Torá, ampliándose el concepto hasta comprender la literatura rabínica más importante de los catorce primeros siglos de la era cristiana. Suele distinguirse entre 'midrash hagádico', el que recoge aspectos narrativos y homiléticos, y el 'midrash halájico', el que atiende principalmente a los aspectos jurídicos o legales.

Targum, se dice en primer lugar de la lengua aramea hablada por el pueblo en la antigua Palestina; y también de la traducción de la Biblia en esta lengua. En este sentido se emplea a veces el plural Targumim. Estas versiones veterotestamentarias al arameo fueron en un principio orales dentro de la sinagoga para que los fieles pudieran comprender el texto que en hebreo ya no les era accesible. Luego se fijaron por escrito, y se les consagró el nombre de Targumim en plural o el de Targum en singular. Es tal el respeto debido al texto sagrado que, una vez en desuso por cualquier causa, los documentos que lo contenían eran depositados en una pieza de la sinagoga. Lo mismo ocurría con cualquier texto en el que apareciera el nombre de Dios. Esa pieza recibe el nombre de guenizá. De esa pieza eran sacados después de un cierto tiempo para ser enterrados en tierra sagrada preservándolos así de toda profanación. Esta costumbre ha seguido viva en las comunidades sefardíes en cuyas sinagogas hay un armario para que cualquiera pueda depositar en él los textos sagrados inservibles. Cada año se llevan de allí en procesión hasta el cementerio con acompañamiento de música y cánticos. Merece la pena recordar que a mediados del siglo XIX en los restos de una antigua sinagoga El Cairo apareció una 'guenizá' llena de documentos de una importancia extraordinaria. Entre ellos, textos del Eclesiástico en hebreo que llegan a representar unos dos tercios del total.

LUGARES SAGRADOS

        Jerusalén es la ciudad más sagrada del mundo, no solo es santa para los judíos, sino también para cristianos y musulmanes. Las tres religiones monoteístas consideran que es el lugar donde Abraham demostró su fe en Dios.

El templo

Fue el rey David el que intentó por primera vez hacer de Jerusalén el centro religioso de Israel. Salomón, su hijo, construye el primer templo, entre los años 969 y 962 a.C., para alabar a Yahvé y guardar el arca de la alianza. Hacia el 586 a.C. fue destruido por los babilonios, liderados por Nabuconodosor. Tras este ataque, muchos israelitas fueron llevados como prisioneros a  Babilonia, hasta que Ciro II, rey de Persia, en el 538 a.C. permitió el regreso de los israelitas y comenzó la reconstrucción del segundo templo. Se terminó hacia el 515 a.C. Judea caerá bajo el dominio romano y hacia el año 70 de nuestra era es destruido en la primera guerra judía contra Roma.

Hoy solo queda parte de la muralla de contención que construyó Herodes el Grande en el año 20 a.C. para ampliar el recinto del templo. A este muro se lo conoce como el Muro de las Lamentaciones y se ha constituido como el más sagrado de los santos lugares del judaísmo, convirtiéndose en destino de peregrinación para los fieles que acuden a lamentarse de la destrucción del templo. Actualmente, los judíos dejan notas escritas en sus grietas suplicando a Dios el retorno de los exiliados judíos, la reconstrucción del templo y la llegada del mesías judío.

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