Realidad De La Vida Cotidiana
Enviado por tareas_creativas • 20 de Mayo de 2015 • 1.356 Palabras (6 Páginas) • 520 Visitas
LA REALIDAD DE LA VIDA COTIDIANA
El cometido, aunque de carácter teórico, engrana con la apreciación de una realidad que compone el objeto de la ciencia empírica de la sociología, vale decir, el mundo de la vida cotidiana.
La vida cotidiana se presenta como una realidad interpretada por los hombres y que para ellos tiene el significado subjetivo de un mundo coherente.
Es un mundo que se origina en sus pensamientos y acciones y que está sustentado como real para éstos.
El método que consideramos más conveniente para clarificar los fundamentos del conocimiento en la vida cotidiana es el del análisis fenomenológico, método puramente descriptivo y, como tal, “empírico”, pero no “científico”.
El análisis fenomenológico de la vida cotidiana, es un freno contra todas las hipótesis causales o genéticas, así como contra las aserciones acerca de la situación ontológica de los fenómenos analizados.
El sentido común encierra innumerables interpretaciones pre-científicas y cuasi-científicas sobre la realidad cotidiana, a la que da por establecida.
La conciencia es siempre intencional, siempre apunta o se dirige a objetos.
Esto es lo que ocurre, ya sea que el objeto de la conciencia se experimente como parte de un mundo físico exterior, o se aprehenda como elemento de una realidad subjetiva interior.
Mi conciencia, pues, es capaz de
moverse en diferentes esferas de realidad. Dicho de otra forma, tengo conciencia de que el mundo consiste en realidades múltiples.
Entre las múltiples realidades existe una que se presenta como la realidad por excelencia. Es la realidad de la vida cotidiana. Su ubicación privilegiada le da derecho a que se le llame realidad suprema.
La tensión de la conciencia llega a su apogeo en la vida cotidiana, es decir, ésta se impone sobre la conciencia de manera masiva, urgente e intensa en el más alto grado.
Este estado de plena vigilia con respecto a existir y aprehender la realidad de la vida cotidiana, constituye mi actitud natural.
La realidad de la vida cotidiana se presenta ya objetiva, o sea, constituida por un orden de objetos que han sido designados como objetos antes de que yo apareciese en escena.
El lenguaje marca las coordenadas de mi vida en la sociedad y llena esa vida e objetos significativos.
La realidad de la vida cotidiana se organiza alrededor del “aquí” de mi cuerpo y el “ahora” de mi presente.
Lo que “aquí y ahora” se me presenta en la vida cotidiana es lo realissimum de mi consciencia.
La realidad de la vida cotidiana no se agota por estas presencias inmediatas, sino que abarca fenómenos que no están presentes “aquí y ahora”.
Se experimenta la vida cotidiana en grados diferentes de proximidad y alejamiento, tanto espacial como temporal.
Mi atención en este mundo está determinada principalmente por lo que hago, lo que ya he hecho o lo que pienso hacer en él.
Típicamente, mi interés por las zonas alejadas es menos intenso y, por cierto, menos urgente.
Ese interés es cuestión de un gusto particular, de un “tiempo libre”, más que una necesidad urgente de mi vida cotidiana.
La realidad de la vida cotidiana se me presenta además como un mundo intersubjetivo, un mundo que comparto con otros.
Está intersubjetividad establece una señalada diferencia entre la vida cotidiana y otras realidades de las que tengo conciencia.
En realidad, no puedo existir en la vida cotidiana sin interactuar y comunicarme continuamente con otros.
Los otros tienen de este mundo común una perspectiva que no es idéntica a la mía.
Vivo con ellos en un mundo que nos es común; que compartimos un sentido común de la realidad de éste.
El conocimiento del sentido común es el que comparto con otros en las rutinas normales y auto-evidentes de la vida cotidiana.
La realidad de la vida cotidiana se da por establecida como realidad. No requiere verificaciones adicionales sobre su sola presencia y más allá de ella.
La vida cotidiana se divide en sectores, unos que se aprehenden por rutina y otros que se presentan problemas de diversas clases.
Pero el sector no problemático de la realidad cotidiana sigue siéndolo hasta nuevo aviso, es decir, hasta que su continuidad es interrumpida por la aparición de un problema.
Comparadas con la realidad de la vida cotidiana, otras realidades aparecen como zonas limitadas de significado, enclavadas dentro de la suprema realidad caracterizada
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