TAUROMAQUIA

Las corridas de toros ponen en escena una postura de vigor y audacia, arte y espectáculo; no obstante, deja atrás lo más importante: “el respeto a la vida”, todo con el propósito de saciar el morbo de sus espectadores.

Las corridas de toros, en su sentido moderno, nacen en España en el siglo XVIII y desde entonces han despertado críticas y desatado polémicas entre seguidores y detractores. Los argumentos han ido cambiando a lo largo del tiempo, según el momento histórico, y ha tenido para uno y otro bando justificaciones muy variadas: religiosas, morales, económicas, estéticas, políticas y culturales entre otras.

Las fiestas de toros son la fiesta nacional , son el símbolo de la cultura española.

Actuar en contra de los toros es actuar en contra de España, pero es absurdo identificar a España con una sola tradición. Muchos de los mismos españoles están en contra de los toros ya que no se identifican con el maltrato animal que se vive en las corridas ni con los elementos destructivos de esta tradición. (Bert Stoop)

Los toros son sometidos a una intensa tortura, esto empieza desde el transporte, el encierro (golpes con costales de arena, drogas, tortura excesiva, vaselina en ojos,taponeo en las fosas nasales), los 20 minutos oficiales de arponazos, lanzasos, cuchilladas y por si fuera poco, en muchos de los casos, se les arrastra vivos y conscientes a donde se les abandona en espera de ser matados en público.

Actualmente y lamentablemente las corridas tienen el agravante de convertir en espectáculo a la crueldad, así como en presentar como héroes o valientes, a los toreros lo cual muestra un mal ejemplo para los menores, que aprenden a simular ante el abuso de un indefenso, a ser peor que indiferentes, pues se convierten en aplaudidores de la brutalidad explotando el morbo y la ignorancia sobre los derechos de los animales.

Un aporte importante es el que proviene de la Asociación Defensora de Animales (ADA), la cual hace constantes campañas anti-taurinas, llamados a los ciudadanos para tomar conciencia por la vida de los animales, y, más recientemente, presentó una demanda frente al Tribunal Administrativo de Cundinamarca, criticando en una primer punto el hecho de que niños menores de 7 años podrían entrar a estos sangrientos espectáculos, causando en los niños traumas relacionados con la muerte, el dolor, la repulsión a la que se ven expuestos, así como pueden desarrollarse traumas psicológicos que dañen o influyan en sus conductas en el futuro; critica además la tortura y sufrimiento al cual se somete el animal sin causa justa o válida, la muerte violenta que se inflige al toro, además la forma en la cual las personas se regocijan con el dolor de otro ser viviente, la insensibilidad hacia la sangre y el peligro.

¿Es entonces la tauromaquia este acto repulsivo una expresión de arte y cultura?

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