Te Han Invitado
Enviado por ybette_15 • 14 de Agosto de 2014 • 739 Palabras (3 Páginas) • 173 Visitas
Lágrimas en el cielo
¿Sabrías mi nombre
si te viera en el cielo?
¿sería lo mismo
si te viera en el cielo?
debo ser fuerte
y seguir adelante
porque se que mi lugar no está
aquí en el cielo.
¿Me tomarías de la mano
si te viera aquí en el cielo?
¿me ayudarías a leventar
si te viera aquí en el cielo?
encontraré mi camino
a través de la noche y el día
porque sé que no puedo quedarme
aquí en el cielo.
El tiempo puede abatirte
el tiempo puede ponerte de rodillas
el tiempo puede romperte el corazón
implorando piedad.
Más allá de la puerta
hay paz estoy seguro
y sé
que no habrá más
lágrimas en el cielo.
¿Sabrías mi nombre
si te viera en el cielo?
¿sería lo mismo
si te viera en el cielo?
debo ser fuerte
y seguir adelante
porque se que mi lugar no está
aquí en el cielo.
Eric Clapton
Tears in heaven
MENTIRA
Es difícil vivir una mentira que se ha hecho realidad
una mentira que es más fuerte que la misma verdad
una mentira tan creíble que es difícil de negar
que comparada a la verdad siempre aparenta ganar
una mentira que hasta tú estas creyendo siendo tu el creador
una mentira que ha tomado el control
que ha sabido manipular la situación a su favor
y que ha tomado cartas en el asunto
para poner las pruebas a su favor
y esconder la verdad en un rincón,
donde nadie más que la mentira, sepa que no tiene la razón.
Jennifer E. Rosario Olio
Poema de René del Risco Bermúdez, publicados en el número 1 de la revista El Pan y La Palabra y posteriormente en la revista CULTURA, que publicaba El Nacional de Ahora, en fecha 12 de junio de 1983
Cuanta frustración arrastro
desde mi cruel nacimiento,
cuanto fracaso lamento
yo que pude ser un astro…,
Nací junto a los molinos
del central más moledor,
fuí chuchero, pesador,
mecánico, vagonero,
quise ser hasta listero
y hoy fuera administrador
pero un día, por amor,
me dio con ser pelotero.
Empecé siendo el primero
y más limpio fildeador,
magnífico corredor
y bateador de dinero;
Horacio mismo, tan fiero
como jugaba el beisbol,
reconoció mi labor
y en un acto justiciero
me hizo campocortero
y me puso de abridor.
Desde la Liga del Cine
hasta la Universidad
impuse mi calidad
igual que Aquiles Martínez;
y desde el día en que vine
del central a esta ciudad
en cada oportunidad
fui el Rey en todas los “Tines”.
Hasta que Paco Martínez
Me llevó a la adversidad.
Así llegué al Escogido
que jugaba en La Normal
poniéndome regular
junto a otros elegidos,
(no he dicho que en años idos
fui hasta La Habana a jugar,
y en verdad no lo hice tan mal
aunque una noche hice un tiro
que casi mata a un guajiro
que estaba en La Tropical).
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