El Arte de la Prudencia
Enviado por DiegoLeonRdz • 11 de Noviembre de 2019 • Ensayo • 1.669 Palabras (7 Páginas) • 137 Visitas
El Arte de la Prudencia
El arte de la prudencia es una lectura interesante, enriquecedora y necesaria. Baltasar Gracián, que escribió este libro a mediados del siglo XVII, habla de un sinfín de temas que nunca pasarán de moda y que tienen que ver con nuestra manera de ser y actuar. Gracián recomienda actuar con prudencia, mesura, decoro, moderación, no dejarse cegar por las pasiones que nos pierden, y más bien nos invita a ejercer el autocontrol, a no destacar o singularizarnos, no alardear de virtudes ni defectos, siendo la virtud el último párrafo que cierra el libro, el párrafo número 300. Algunos temas se repiten con escasas variaciones e incluso cae el autor en ciertas contradicciones al recomendar una actitud y luego la contraria (como en nuestro proceder respecto a los murmuradores, donde primero aconseja mantenerlos al margen de nuestras vidas, y luego seguirles la corriente, conscientes del daño que nos pueden hacer). En este sentido creo que se podían haber eliminado algunos párrafos y haber ofrecido los resultantes con una mayor extensión. Dejando de lado estos asuntos menores, esta obra de Gracián resulta valiosa como invitación a la templanza y en especial a conducirnos a pensar sobre nuestros actos y las consecuencias que se derivan de lo que hacemos y decimos. Nos dice el autor cómo hemos de ser en nuestro camino hacia la virtud, pero lo complicado, el cómo conseguirlo, el cómo llegar a ser virtuosos. Creo que esta lectura creo que propicia reflexiones sobre un montón de situaciones que todos experimentamos en el día a día ya sea en el ámbito laboral, familiar, académico, etc. A continuación, presento los párrafos que más llamaron mi atención y la manera que me parece prudente que se aplican en la vida cotidiana.
Estar en la cima de la perfección. No se nace hecho. Cada día uno se va perfeccionando en lo personal y en lo laboral, hasta llegar al punto más alto, a la plenitud de cualidades, a la eminencia. Algunos nunca llegan a ser cabales, siempre les falta algo; otros tardan en hacerse.
Esta frase la aplico todos los días porque mis acciones las hago con el fin de siempre mejorar. Soy consciente de que aún me falta mucho para llegar a la plena perfección, ya que yo sé que siempre puedo mejorar y por eso día con día intento dar mi mejor esfuerzo y lo mejor de mí.
Tratar con quien se pueda aprender. El trato amigable debe ser una escuela de erudición, es y la conversación una enseñanza culta. El prudente frecuenta las casas de los hombres eminentes. Hay que complementar lo útil del aprendizaje con lo gustoso de la conversación.
Yo siempre he tratado de convivir con personas que de verdad me aporten a mi crecimiento y, por ende, es algo que yo también intento ofrecer. Si yo exijo algo, también debo aportar ese algo. Hasta ahora estoy satisfecho de las personas que me rodean, ya que son amistades y relaciones que me aportan y me seguirán aportando de manera positiva a lo largo de mi vida. He tenido buen ojo y buenas maneras para saber relacionarme con ellas.
No comenzar con demasiada expectación. Es un chasco frecuente ver que todo lo que recibe muchos elogios antes de que ocurra no llegará después a la altura esperada. Lo real nunca puede alcanzar a lo imaginado, porque imaginarse las perfecciones es fácil, pero es muy difícil conseguirlas.
Es de sabios saber de qué punto se está partiendo y en donde se está parado. En mi caso creo que, gracias a la educación y crecimiento recibido desde mi familia, he sabido siempre tener en la tierra. Sabiendo en donde estás parado es más fácil saber hacia dónde ir y que expectativas tienes. Para esto, es muy importante saber que todo llega con tiempo, esfuerzo y trabajo, por lo que las altas expectativas deben verse a largo plazo, teniendo esto claro he podido llegar a donde estoy ahora y estoy satisfecho.
Saber retirarse cuando se está ganando. Es lo que hace los jugadores profesionales. Tan importante es una lúcida retirada como un ataque esforzado. Hay que poner a salvo los éxitos cuando hubiera bastantes, incluso cuando fueran muchos. Un éxito continuado fue siempre sospechoso; es más segura la buena fortuna alterna. La fortuna se cansa de llevar a uno a cuestas durante mucho tiempo.
Esto puede sonar a una frase dedicada a los jugadores, apostadores, etc. Sin embargo, elegí esta frase porque a partir de ella he tenido buenas lecciones a lo largo de mi vida. Es de sabios tener claro que el hecho de ir ganando no implica que se seguirá de la misma forma. Hay que aprender, en cualquier ámbito de la vida, que no todo es permanente, mucho menos las victorias (en cualquier sentido). Hay que saber disfrutar cuando se está ganando, pero, asimismo, es importante tener claro que no será permanente y hay que saber retirarse para después volver a aprovechar una oportunidad similar con la cabeza fría.
Nunca perderse el respeto a sí mismo. Es mejor que ni siquiera se familiarice consigo mismo a solas. Su misma entereza debe ser la norma propia de su rectitud.
Cada uno de nosotros tiene que tener claro quién es y cuánto vale. Esto ha sido muy difícil para mí a lo largo de mi vida, pero afortunadamente ahora lo tengo claro. Cada quien es diferente y tiene diferentes habilidades, esto no quiere decir que otras personas sean mejores a mí. Yo sé cuánto valgo y me respeto a mí mismo. Pienso que esta es una premisa muy importante de la cual se parte para buscar la plenitud y la felicidad.
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