Ensayo sobre Filosofia

Carolina Spinelli

INTRODUCCION

Mediante este ensayo vamos a demostrar que la experiencia filosófica es la esencia de la razón del ser humano en la búsqueda del porqué, del para qué; tal como el niño curioso y asombrado ante las cosas. Es desear comprender, dar sentido a nuestras vidas, querer saber sobre lo que nos rodea e ir más allá de lo que vemos y llegar al origen de las cosas; nos dirige hacia un objetivo que es descifrar todos aquellos interrogantes que nacen en nosotros. El filosofar no solamente es útil sino que también es inevitable.

DESARROLLO

La actividad filosófica siempre ha sido vista de dos maneras; como una pérdida de tiempo o como una gran admiración, dado que de ella se revelan cosas extraordinarias. Jaspers habla al respecto cuando dice que “Se la mira con respeto, como el importante quehacer de unos hombres insólitos o bien se la desprecia como el superfluo cavilar de unos soñadores.” (Jaspers, 1975: 7)

Las preguntas filosóficas que nos hacemos desde pequeños, y las respuestas que vamos encontrando forman parte de nuestra existencia. En este sentido, la filosofía no es una actividad exclusiva de algunos, sino una actividad del ser humano que todos nosotros estamos llamados a practicar. Una vida sin ella resultaría pobre, sin sentido. La filosofía puede fomentar esta actividad humana y mejorar su calidad. Y esta es quizá la principal utilidad de la filosofía, que se pone, así, al servicio nuestro. A partir de la experiencia cotidiana y de la opinión, de la natural actitud filosófica de todo ser. Tratando de elevar el conocimiento, desde ahí, hacia una mayor claridad. Partimos, por así decirlo, del sentido común, lo revisamos y reformamos, lo mejoramos y cuestionamos.

Tal como formula Jaspers, el sujeto tiene ésta necesidad en cuanto a la libertad absoluta de ir en camino para llegar a conocer aquello último e indeterminado. Y citamos: “Filosofía quiere decir: ir de camino. Sus preguntas son más esenciales que sus respuestas, y toda respuesta se convierte en una nueva pregunta. Pero este ir de camino…alberga en su seno la posibilidad de una honda satisfacción, más aun, la plenitud en algunos levantados momentos. Esta plenitud no estriba nunca en una certeza enunciable, no en proposiciones ni confesiones, sino en la realización histórica del ser del hombre, al que se le abre el ser mismo.” (Jaspers, 1975: 11) Entonces debemos tener conciencia, ya que es en nosotros en donde se da la filosofía y el acto de filosofar. Esta percatación de nuestra libertad es porque somos concientes de que todo el tiempo se nos presentan inquietudes que nos permiten ejercer la capacidad lúdica de elegir. Esto es el llamado del dasein, de la libertad para sí mismo; la llamada a ser fiel y autentico, a elegir. Para ello, tenemos que despertar. En su mayoría se observa a seres adormecidos, en una gran maquinaria social en donde nos hicieron creer que tenemos que estar automatizados a pensar todos por igual, ya que lo diferente a veces genera miedos.

Es tal la importancia de la utilidad de la filosofía, que pasa a formar parte de nuestros pensamientos, de nuestros razonamientos, de nuestras dudas y nuestras preguntas. La filosofía impresiona como un libro de pensamientos interminables sobre la vida, ya que nosotros, siendo mayormente curiosos por naturaleza; deseamos siempre saber el qué y el porqué  de las cosas. ¿Qué hacemos acá? es una de las muchas preguntas que nos formulamos para saber la verdad que en realidad: ¿será esa la verdad? Entonces si ninguna es la verdad y todas al mismo tiempo lo son: ¿Cuál es la verdad verdadera? La filosofía induce a que nuestra mente quede “invadida” de cuestionamientos, y al mismo tiempo a rechazar cualquier posibilidad de tener la razón absoluta. Desde nuestro punto de vista, te “condena” a estar en constante razonamiento, sobre lo que haces y sobre la vida misma.

Ahora, ¿estamos todos preparados para querer llegar a saber? Si pensamos esto, podríamos decir que no todos quieren saber que es el saber. Mantenerse en la ignorancia los ¿preserva? de lo desconocido (reiteramos lo mencionado anteriormente en donde decíamos que lo diferente es en cuanto genera miedos). Dado que como las respuestas son finitas, nunca satisfacen ninguna respuesta a infinitud de la pregunta, que en realidad es la búsqueda de ese anhelo por lo infinito. Podríamos preguntarnos: ¿Qué es el sol?, y algunos dirán que es una estrella con luz propia y que alrededor de ella gira la Tierra; y esto es válido. Pero también es válido si otros dicen que el sol es el fulgor que nos recuerda el calor del hogar. Entonces, ¿Qué es el sol? Lo que vemos, lo que sentimos cuando lo vemos; y si, son ambas cosas pero también es otra cosa. Cada uno de nosotros tenemos nuestra propia percepción de lo que es algo, y todas son válidas. ¿Cómo es esto? Cada uno de nosotros vemos y percibimos lo que está a nuestro alcance. No podemos negar lo que el otro ve, pues es su percepción. Así como no podemos permitir que otros digan que estamos en lo incorrecto, si no ven desde nuestra mirada, desde nosotros mismos con nuestras vivencias y experiencias. Estamos apelando a la subjetividad ineludible en la condición humana. Entonces podríamos decir que saber es pensar, a su vez pensar es saber. Si pensamos estamos queriendo derribar muros de ignorancia, acercándonos al resultado, a las respuestas.

Los resultados a los que llega la filosofía no tienen que ver con el descubrimiento de una objetividad a partir de la cual es posible un único saber. El hombre conoce objetividades, pero es en el contexto de la actividad filosófica donde entra en acción la esencia completa del ser humano. Es entonces un cerciorarse, un asegurarse de algo, un darse cuenta, lo que lo diferencia del resto de los seres vivientes. La filosofía busca más la coherencia de los argumentos y la comprensión de la realidad, que la verdad absoluta. Es más bien una actitud frente a la vida en donde se nos presentan incógnitas permanentemente. Porque cuando sentimos que tenemos toda la razón y que hicimos lo mejor que ha sido posible para llegar a tal punto, nos derrumbamos justamente al encontrar el fin, porque queremos más, deseamos más, necesitamos más; en función de la existencia insondable. Y nos llenamos de preguntas y de hipótesis, quizás incluso lleguemos a un resultado pero no podemos saber si eso es lo bueno o si en realidad no es bueno. En definitiva, la filosofía cumple una gran función: liberar al pensamiento y al ser humano mismo. El pensar nos hace libres.

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