INTERMITENCIAS DE LA MUERTE

INTERMITENCIAS DE LA MUERTE

Los medios de comunicación vituperaron contra el yerno y sus otros familiares quienes habían enterrado al abuelo y al nieto, ahora las personas decentes eran criticadas por hacer la misma práctica. Presionado por el gobierno de los tres países limítrofes y por la política, el jefe de gobierno anuncio de inmediato que las fuerzas armadas tomarían posición a lo largo de la frontera para impedir el paso a cualquier ciudadano en mal estado físico, ya sea por decisión propia, aunque el gobierno no veía con malos ojos el éxodo ya que ayudaba a bajar una presión demográfica en un aumento continuo.

El jefe del gobierno se había reunido con el primer ministro con el objetivo de planear la colocación de vigilantes, espías en todas las localidades del país con la intención de comunicar cualquier actividad sospechosa con relación a las personas que tenían la muerte parada, durante dos semanas funciono, pero luego de eso los vigilantes comenzaron a quejarse diciendo que estaban siendo amenazados y que si querían vivir tranquilamente, se tenían que hacer los de la vista gorda ante el trafico clandestino de los pacientes terminales, no eran palabras vanas cuando la familia de cuatro vigilantes fueron llamados y que los deberían recoger en un lugar determinado, tal como se encontraban, no estaban vivos, ni muertos. El ministerio decidió mostrarle su poder al enemigo desconocido, la respuesta fue inmediata es decir otros cuatro vigilantes tuvieron la misma suerte que los anteriores, en este caso solo hubo una llamada telefónica dirigida al ministerio del interior, como quien diciendo nosotros existimos, el mensaje traía un acuerdo entre caballeros, diciendo que se retiraran los vigilantes para que ellos puedan transportar a los pacientes, cuando el ministro le pregunto cómo se hacían llamar el dijo   que la maphia con ph para que se distingan de la otra, el gobierno tenía cuarenta y ocho horas para estudiar la propuesta, avise a su jerarquía de que habrán nueva vigilantes en coma si la respuesta no es la que esperamos y que lo volverían a llamar para conocer la decisión, cuando el director la cinta de la grabadora fue a hablar con la jerarquía, el ministro escucho la cinta una y otra vez, cuando termino la quemo, el trato fue que los vigilantes no se retirarían del lugar y que solo iban a ser desactivados ya que era la única manera, de parecer de que no cedían ante la maphia, aunque en realidad habían cedido, por el hecho de que todos acabaríamos ganando, ya que nos quitaremos un peso de encima, los vigilantes no serán lastimados y que las personas en estado de muerte suspendida morían, la maphia cobraba por el trabajo era un arreglo perfecto, en la medida de lo posible y utilizando para tal sus armas preferidas corrupción, soborno, aprovechando los servicios de la gigantesca red ya montada por el gobierno.

La estrategia del ministro del interior patino con grave daño, las cosas habían ido demasiado lejos, como para que ahora se pudiera dar marcha atrás, la única salida el conflicto fue proponer una nueva negociación, el cual era que el veinticinco por ciento total de vigilantes en actividad pasaría a trabajar para la otra parte, el jefe del gobierno y el ministro del interior confiaban en que el acuerdo sería homologado sin firmas un acuerdo entre caballeros, sin tener la menor idea de lo retorcido y maligno que es el espíritu de los maphiosos, no tenían ninguna conclusión acerca de si la plataforma seria tolerablemente conciliatoria para ellos, la respuesta del gobierno de dividió en dos puntos, punto a, que ya no seria de veinticinco por ciento sino de treinta y cinco, punto b que fuera reconocido el derecho a traspasar vigilantes para su propio servicio, en los lugares en los lugares que se encontraban desactivados.

El jefe de gobierno y el ministro buscaban una manera de acabar con todo, vieron como una nueva solución hacer una campaña publicitaria para concientizar a las personas es decir de cuidar a sus familiares en estado lamentable, pero eso no se iba a dar de la noche a la mañana, la única que les quedo fue en aceptar las condiciones de la maphia. Se podrá pensar que tras tantas y tan vergonzosas capitulaciones, que llegarían al extremo de consentir que humildes y honestos funcionarios públicos pasarían a trabajar para la organización criminal, se pensaba que ya mayores bajezas no eran posibles.

A través del ministerio llegaron instrucciones para que el ejercito se limitara a vigilar las carreteras principales, las cuales conducían a los pauses vecinos, como no se podía hacer de otra manera esto significo el regreso a los cuarteles de la mayor parte de esas fuerzas, lo fue motivo de alegría para las tropas razas, incluso cabos, lo que causo un disgusto en el nivel de los sargentos y capitanes, claro que ninguno de ellos se atrevería a pronunciar en voz alta la palabra maphia, cuando debatían unos con otros, no podían evitar el hecho de que numerosas furgonetas transportaban enfermos terminales, en los que viajaban al lado del conductor un vigilante oficialmente acreditado, incluso antes de que se lo pidiesen exhibía con todas las firmas y sellos en un papel, en el que por motivo nacional, el se transportaban a un destino no especificado y que las fuerzas armadas estaban obligadas a colaborar. El nerviosismo de los vigilantes dio claras muestras unos mas que otros, que parecían estar lanzando al mar una botella con un papel dentro de ella diciendo socorro. Después llego una inexplicable orden de regresar a los cuarteles, se insinuaba que eso podría nacer del propio ministro del interior, se empezaron a sacar rumores de un posible golpe de militar, paso a hacer segundo plano el tema de los enfermos que no morían, pero de una cosa estaban seguros y es que por mas tiroteo nadie iba a morir.

Irritados por la continua invasión de sus territorios por las maphias, los tres países decidieron avanzar sus tropas a la frontera, con orden específicas de que al tercer aviso dispararían, la muerte de unos cuantos maphiosos, sirvió como pretextos para que subiesen los precios por los servicios prestados, hubo una protesta en las calles pues se exigía el regreso inmediato de las tropas al frente de batalla, un hubo ni gloria, ni ataque, lo que dichos países pretendían era tan solo que no fuesen a enterrar sin autorización.

Mudemos de asunto, acerca de la maphia en el transporte de los pacientes hasta la frontera, habíamos adelantado que esa desconfianza se venia reforzando por unos cuantos sucesos, siguiendo el ejemplo de los que hizo la familia de pequeños agricultores, lo que la maphia hace es atravesar simplemente la frontera y enterrar a los muertos cobrando por eso un dineral y sin tener en cuenta el área geográfica. Aunque este lado oscuro de las negociaciones, no haya llegado transpirar, a no ser por los rumores de siempre, presunciones de que los mandos intermedios de los ejércitos, de los países limítrofes se han dejado convencer, solo Dios sabe a que precio, por la argumentación de los portavoces de las maphias locales.

...