La eudaimonia aristotélica: ¿incluyente o intelectualista?
Enviado por Chascoortega • 5 de Julio de 2017 • Biografía • 2.125 Palabras (9 Páginas) • 163 Visitas
La eudaimonia aristotélica: ¿incluyente o intelectualista?
Resumen:
El trabajo realizado consiste en intentar medir de cierta forma si la eudaimonia que Aristóteles entendía como fin último se trata de una actividad incluyente o de una actividad intelectualista. Primero vamos a analizar el termino eudaimonia y vamos a reconstruir su definición como considero que Aristóteles hubiera considerado correcto reconstruir. En base a esa definición, se va a intentar defender la postura del intelectualismo basándome en la concepción de la naturaleza del hombre según Aristóteles y las similitudes que tienen la eudaimonia en sí y la búsqueda del conocimiento. Aunque existen algunos argumentos que hacen que se pueda interpretar a la eudaimonia como una actividad incluyente también los hay para creer lo contrario y estos argumentos van a ser presentados en el texto.
Introducción:
En el siguiente texto se va a hacer un análisis acerca de si la eudaimonia aristotélica es una actividad que involucra a la mayoría de las personas o si solo está restringida a aquellas que poseen sabiduría.
Existen numerosas razones para entender a la eudaimonia como una actividad que engrupe exclusivamente a aquellos que dedican su vida, o gran parte de ella, a la búsqueda de conocimiento y no así al hombre en general. Se entiende a la eudaimonia como una actividad del alma que es en sí misma el fin de esta, que a grandes rasgos se puede definir como vivir bien (se profundizara esta definición en el desarrollo).
Primero se va a realizar un abordaje a la problemática a tratar. En la segunda sección se va a elaborar una profundización del termino eudaimonia. Posteriormente a esto se expone mi postura intelectualista de la eudaimonia argumentando las razones de ella. Luego voy a presentar algunas objeciones que existen con respecto a esta postura e intentare refutar estas objeciones. Finalmente, se darán las conclusiones extraídas de este trabajo.
Desarrollo:
Cuando se trata de entender el lugar que toma la eudaimonia como fin último en la EN, hay que preguntarnos si esta engloba únicamente a la virtud ética para la realización de la buena vida o si el termino se trata de una articulación entre estas virtudes éticas y la vida contemplativa. Si se tratara del primer caso, la eudaimonia aristotélica poseería un tinte más inclusivo debido a que las virtudes éticas son las virtudes del prudente, quien adquiere todo este conocimiento en base a la experiencia y no se lo abarcaría desde un plano científico como propone Platón, plano que esta reducido a un grupo pequeño de personas. En cambio si se opta por la segunda opción, no hay más remedio que aceptar que esta actividad queda subordinada a un grupo pequeño de personas que dedican su vida a la sabiduría ya su vez la articulan con las virtudes de la prudencia. Entonces, al ser posturas incompatibles entre sí cabe preguntarse ¿Cuál de estas posturas es la que más se corresponde con los escritos de la EN?
Para abordar esta problemática es de vital importancia hacer hincapié en que significa para Aristóteles la palabra eudaimonia, comúnmente asociada con la felicidad. Aunque esté relacionada con ella, es insuficiente hacer mera sinonimia; según Guariglia “el griego eudaimon designa un modo permanente de vida” (La ética en Aristóteles o la moral de la virtud, p 321), por lo que no se relaciona con un momento particular sino con un modo de vida que se lleva a cabo en su plenitud. También Aristóteles la comprende como el fin último del ser humano, es decir que la realización de la actividad que comprende a la eudaimonia no es un medio para alcanzar un fin distinto, sino que es el fin en sí misma. Esta actividad se realiza conforme a las virtudes, las cuales le dan dignidad a la felicidad. Es por esto que Aristóteles rechaza la vida de los placeres (de índole corpóreos) como posibilidad de ser la vida más digna de ser vivida, ya que en esta no se involucra ningún tipo de virtud y no requiere, en la mayoría de los casos, ningún tipo de esfuerzo a nivel virtuoso o intelectual para realizarse. A su vez, el Estagirita destaca la vida contemplativa, que es la que se dedica al conocimiento y la sabiduría, como la más digna de ser vivida, poniéndola por encima de la vida virtuosa.
En la obra aristotélica la metafísica, Aristóteles enuncia que por naturaleza el hombre desea el conocimiento a causa de que es un ser que posee razonamiento, cualidad que lo distingue de los animales. Si vinculamos lo que se dice aquí con la noción de eudaimonia como fin último se entiende un poco más por qué considera que la vida del sabio es la más digna, porque es la que se logra corresponder con la naturaleza esencial del ser humano que por naturaleza desea conocer. Además a la búsqueda de conocimiento, el cual es el objeto de la vida contemplativa, Aristóteles le atribuye ciertas características que se relacionan con la naturalidad del deseo del conocimiento; “en efecto, esta actividad es la más excelente (…) también es la más continua pues somos más capaces de contemplar continuamente que de realizar cualquier otra actividad (…) la más agradable de nuestras actividades virtuosas es la actividad en concordancia con la sabiduría.” (EN, 1177a 20 – 25). El hecho de que seamos capaces de contemplar durante más tiempo del que le pudiéramos dedicar a otra actividad hace pensar que intrínsecamente nuestras capacidades están orientadas hacia esta actividad, constituyendo parte de nuestro fin como especie humana con esta habilidad que poseemos, a la vez que le atribuye las propiedades de excelencia y agrado, las cuales indicarían que somos más susceptibles a elegir este modo de vida y que por naturaleza nos inclinamos a esta.
Otro argumento que considero valido para esta postura son las similitudes de propiedades que poseen, si los consideramos por separado, la eudaimonia como fin último y la búsqueda de conocimiento. Aristóteles les confiere autosuficiencia a ambas cuestiones; en el caso de la eudaimonia, si volvemos a la definición que dimos anteriormente dijimos que el fin de la eudaimonia es ella misma, que no se realiza esta praxis como medio para cumplir otro fin. Si vamos a la EN, se puede apreciar que nuestro filosofo tiene una noción similar con la actividad que realiza el sabio.
“Esta actividad [la búsqueda de sabiduría] es la única que parece ser amada por si misma, pues nada se saca de ella excepto la contemplación, mientras que de las actividades prácticas obtenemos, más o menos, otras cosas, además de la acción misma.”(EN 1177b 1-5)
En este pasaje además se está haciendo una distinción del conocimiento con respecto al resto de las actividades: que ellas no son el fin en sí mismo de las acciones que realicemos, son realizadas con un fin que está relacionado con ellas, pero no son ellas. La sabiduría, en cambio, es realizada con el fin de la sabiduría misma, sin tener la necesidad de atribuírsele un fin práctico a esta. Por esta razón considero que la eudaimonia es intelectualista, el hecho de que se compartan estas cualidades implica que son la misma actividad, y Aristóteles no nos dejaría duda al respecto en este pasaje ya que el resto de las actividades prácticas tienen otra finalidad que no son ellas en si mismas.
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