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Aristotélica


Enviado por   •  11 de Marzo de 2012  •  3.149 Palabras (13 Páginas)  •  688 Visitas

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ARISTOTËLICA ÉTICA DE LA VIRTUD

En la teoría de la virtud se echa de ver en seguida de un modo especial que Aristóteles es un hombre de la experiencia. Define, divide y describe la virtud con un asombroso sentido práctico y la mirada abierta a los más variados detalles, y señala asimismo las vías prácticas que llevan a ella. Lo que aquí nos da Aristóteles puede considerarse como la primera fenomenología de los valores y a la vez como la fundamentación filosófica de una fenomenología del carácter humano. La virtud es para Aristóteles “aquella actitud de nuestro querer que se decide por el justo medio, y determina este medio tal como suele entenderlo el hombre inteligente y juicioso”. (Ética a Nicómaco, 1106b).

La ética de Aristóteles, es, en primer lugar, una ética de la felicidad... pero también es una ética de la virtud ya que ésta es el medio por excelencia para alcanzar la felicidad, se aleja del intelectualismo socrático que vincula a la virtud con el conocimiento. Para él, la virtud será la disposición del alma, es decir, la capacidad y la aptitud de esta para comportarse de un modo determinado:

"No basta que la acción tenga un carácter determinado para que la conducta sea justa o buena; es preciso también que el hombre actúe de un modo determinado ante todo, que actúe a sabiendas; en segundo lugar, que proceda en razón de una decisión consciente y que prefiera esa acción por si misma; finalmente, que actué desde una posición firme e inquebrantable" Aristóteles, la virtud entonces, se adquiere a través del ejercicio y el hábito, es decir que para que un hombre se haga justo, es menester que practique la justicia. Aristóteles considera que nadie se hace justo por "naturaleza" (aunque una predisposición natural sea importante) ni tampoco resulta suficiente la enseñanza.

Para Aristóteles, la virtud consiste en un término medio, lo cual no significa mediocridad sino un equilibrio entre los vicios de los extremos. El "valor" es un justo medio entre la "temeridad" y el "miedo".

Para ser bueno, dice Aristóteles, se necesita desarrollar un buen carácter, el cual se desarrolla por medio del accionar virtuoso, ya que el hombre tiene ya una predisposición habitual hacia la virtud, el accionar virtuoso crea un hábito y a medida que avanza la educación el hombre se puede dar cuenta que esa actitud le reporta únicamente beneficio, por lo tanto la adopta para siempre y así de esa manera se convertirá en un virtuoso moral. La virtud tiene que encontrar su justo medio, ni caer en excesos ni en defectos.

La virtud es la disposición a elegir en base a las reglas del hombre virtuoso, con capacidad de discernimiento moral al tomar decisiones, o sea que posea la sabiduría práctica esencial para saber que es lo que tiene que hacer según las circunstancias.

Para Aristóteles, el hombre prudente es aquel que pueda ver el bien del hombre en todas las circunstancias. La virtud no es extremista, constituye una síntesis entre los opuestos. Ni tan malo ni tan bueno. Es en la síntesis donde disminuye la parte peligrosa de los valores absolutos.

Puede intuirse en esta concepción cierto resto de simetría pitagórica también adoptada por Platón y así mismo del concepto de "medida", dominante en la medicina griega contemporánea de Aristóteles. Al igual que los medios, para Aristóteles, el punto medio no es una abstracción en general sino que se aplica de acuerdo a las circunstancias de cada caso. EL hombre prudente, sabrá elegir el justo medio.

Se puede decir que existe una sola virtud de la cual derivan todas las demás y ésta es la prudencia. Sócrates también sostenía que no existe ninguna virtud sin prudencia. Conocer las virtudes no significa ser justo, sólo los actos determinan las virtudes.

. En las acciones cabe también exceso y defecto y el término medio, y la virtud tiene que ver con pasiones y acciones en las cuales el exceso y el defecto son erróneos, mientras que el término medio es elogiado y acierta. Además se puede errar de muchas maneras, pero acertar solo de una, y por estas razones también es propio del vicio el exceso y el defecto, y de la virtud el término medio. Solo hay una manera de ser bueno y muchas de ser malo. Es por tanto, la virtud un hábito selectivo consistente en un término medio relativo a nosotros determinado por la razón

En una visión enteramente realista asienta Aristóteles que el más seguro camino para la virtud viene a ser prácticamente la ley, que encauza la conducta del hombre por ciertas vías. Una tal legalidad no es ciertamente la moralidad ideal, pero es, material y objetivamente considerada, algo digno y valioso, habida cuenta de que el hombre medio y corriente no suele conducirse por ideales filosóficos o éticos, sino que más bien conforma su obrar con la ley y la costumbre.

Más breve, virtud es el natural obrar del hombre en su perfección. Y puesto que la naturaleza específica del hombre consiste en su ser racional Y humano.

Ética de la felicidad aséptica

La felicidad, consiste en el ejercicio perfecto de la actividad propia del hombre. Tal actividad no es otra que la actividad del alma que para que sea perfecta debe ser acompañada por todas las virtudes.

Hacia el final de la Ética a Nicómaco, Aristóteles afirmará que la actividad más propia del hombre y la que mayor felicidad le proporciona es la contemplación teórica: es decir, la sabiduría. Así es como el empirismo ético lo lleva a un a posición ecléctica: la felicidad consiste en equilibrar virtud, contemplación y bienes exteriores

Para Aristóteles la felicidad es el fin al que aspira todo hombre, relacionada con la actividad virtuosa no transitoria sino durante toda la vida, entendiendo por virtudes la moral y el intelecto, reconociendo que para lograrlo es necesario contar con medios externos.

Aristóteles identifica la virtud con la felicidad ya que considera que sin virtud moral la felicidad verdadera es imposible y que para poseer visión moral y saber lo que es bueno, pone énfasis en el acto del entendimiento más que en la acción de la voluntad

La felicidad como proyecto: la aspiración más completa del hombre.

Como ya he comentado la felicidad es lo más importante para el hombre, su objetivo es la realización personal, que se ramifica en dos segmentos:

Haberse encontrado a si mismo.

Tener un proyecto de vida personal. Aquí hay que distinguir entre:

Desear. Lo sentimental, emocional.

Querer. Empeño, lucha.

Esto responde a unas aspiraciones particulares y con un sentido a la trayectoria

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