ARTE Y EDUCACIÓN: EN BUSCADEL NEXO PERDIDO

Como es normal, en el amplio campo del conocimiento las disciplinas desarrollan sus actividades por terrenos separados, con suerte unas con otras llegarán a tocarse cuando por algún momento de suerte, se den cuenta de que el diálogo interdisciplinar es más que necesario para encontrar diferentes maneras de abordar la realidad.

Y en realidad son muy pocos los profesionales y especialistas que deciden ir más allá de los presuntos límites de su área y experimentar. Ello hace que las disciplinas se encajen en rígidos parámetros y que siempre obtengan los mismos resultados. Pero como en todo, siempre hay quien decide tinturar su pelaje de negro y exiliarse del resto del rebaño. En este caso, es el artista uruguayo Luis Camnitzer que a lo largo de su vida profesional ha vivido inquietamente en pro de la búsqueda del parentesco sanguíneo-profesional entre arte y educación.

Este artista me ha prestado su tintura negra con la que también me he pintado y ha sido él casi, el motor mental que me motiva a buscar una nueva perspectiva de las cosas. En diferentes entrevistas afirma que el “el arte y la educación deberían funcionar juntas. Deberían ser un núcleo indivisible desde el principio en lugar de dejar el arte para después (…) debería ser una forma de cuestionamiento y proceso constructivo” generando una subversión frente a la lógica del mercado actual artístico donde el arte se establece como un simple mecanismo de producción de objetos y no de adquisición de conocimientos.

La problemática del arte y mercado, cada vez toma más fuerza, que se ha visto también reforzada por la incorrecta pedagogía que en las escuelas de arte en general se lleva. En líneas generales se comienza este ciclo con la fabricación artesanal, la técnica, pero frente a esto se van yendo por el caño, múltiples preguntas como qué es lo que quiero hacer, por qué lo quiero hacer, ¿es correcta esta formalización? Quedando un proceso hueco y de simple producto comercial, artilugios que dependiendo del renombre aumenten los ceros en los precios.

Ahora bien, explicaré a continuación qué relación tiene el trabajo de Camnitzer con mi trabajo de grado. Como vimos, para él, el arte debe ser una herramienta de conocimiento, y no una simple técnica al servicio de la mercadotecnia. Esta es la necesid ad que está padeciendo la educación artística en general, pero con mayor énfasis en las instituciones educativas de bachillerato. El caso particular que estoy tratando es el del colegio Claretiano Santa Dorotea, una institución católica y con fuerte tendencia a seguir la lógica de la técnica. Este procedimiento responde a la cantidad de estudiantes que demandan por clase, por lo que resulta un poco más sencillo dar un ejercicio técnico y calificar por buen manejo de materiales.

El reto consiste en que esa técnica, ese ejercicio se acerque a la

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