Antecedentes De Lingüística En Hobbes Y Locke
Enviado por reugelith • 23 de Septiembre de 2012 • 1.991 Palabras (8 Páginas) • 891 Visitas
Antecedentes de lingüística en Hobbes y Locke
Para Hobbes el lenguaje es el medio para nombrar los objetos del pensamiento, y la relación de esos nombres, construye el conocimiento. Este proceso se realiza de la siguiente forma.
Un pensamiento es una representación de un rasgo de un objeto. Hay un tránsito de la forma exterior a su reflejo interno. Esto tiene como resultado una sensación. El efecto específico que se manifiesta en cada uno de los sentidos define a una sensación. Hobbes califica a las sensaciones de apariencias por no estar localizadas en el objeto, sino ser una proyección dirigida por el movimiento de los objetos y la percepción de los mismos. Su teoría difiere del punto de vista de tendencia aristotélica que postula que en los objetos está el aspecto que suscita las sensaciones y se implanta en los órganos de los sentidos.
Hobbes señala que al existir un distanciamiento en la percepción de un objeto, la memoria actúa para retener parte de él por la inducción de la vista. Las sensaciones atenuadas por el paso del tiempo, entre la visión y su permanencia, constituyen lo que se llama memoria, que es sustrato de la experiencia. La totalidad de un objeto percibido por los sentidos se denomina imaginación simple. En caso que se junten dos objetos de distinta naturaleza en un acto de visión, se forma la imaginación compuesta. La imaginación producida con palabras u otros signos es llamada entendimiento.
El movimiento que ocurre en la mente del hombre es el de las sensaciones y el pensamiento. Para fijar los pensamientos se otorgan nombres que permiten establecer relaciones entre ellos. En el uso general del lenguaje se convierte la secuencia de los pensamientos en discurso verbal, el cual tiene dos funciones:
− Ayudar a recordar los pensamientos en la medida que son convertidos en palabras, que de esta manera son marcas llamadas nombres.
− Permite comunicar los pensamientos a otras personas al combinar las palabras en el lenguaje, así las palabras actúan como signos.
Los usos especiales del lenguaje son: Registrar causas y efectos que detecte nuestro pensamiento; mostrar el conocimiento que se ha adquirido, lo cual implica poder enseñarlo; dar a conocer cual es la voluntad y el propósito de un individuo; complacer y deleitar. Asimismo identifica abusos del lenguaje: registrar erróneamente los pensamientos debido a una deficiente significación de las palabras; uso metafórico de las palabras o en un sentido diferente al que se pretende; declarar con las palabras que se comunica la voluntad cuando no es así; usar el lenguaje para ofender.
Los nombres son clasificados en propios (singulares) que se refieren a una sola cosa, y universales, los cuales se imponen a varias cosas por su similitud en cualidad o accidente. Lo universal sólo existe por el uso del nombre.
En el lenguaje reside la verdad y la falsedad, no en las cosas. De este principio surge la necesidad de designar el significado correspondiente a las palabras, el cual es llamado definición. Este es precedente para lograr la adquisición de conocimiento. Hobbes muestra su desconfianza hacia una completa observación del conocimiento contenido en los libros e insta a la autorreflexión. Esta acción se lleva a cabo por el logos; el razonamiento requiere del lenguaje para realizarse, y su enunciación sucede con el silogismo.
La diversidad de los nombres se integra en los siguientes grupos: (1) nombres de la materia o cuerpo; (2) nombres (abstractos) de cualidades de la materia; (2) nombres sobre percepciones sobre la materia; (4) nombres parar caracterizar el lenguaje.
Una vez establecidos los significados de las palabras, la conexión hecha con ellas en un discurso deriva en la comprensión del mismo. Sin embargo los nombres además de ser considerados de acuerdo a su propio significado, se les atribuye características surgidas de la percepción individual.
Empirismo: para Hobbes no puede haber un acto del intelecto que no esté mediado por las sensaciones, aunque las denomina “apariencias o fantasías” (I cap. I), son resultado de la mecánica de los objetos, de la presión que ejercen en los órganos de los sentidos. Así queda limitado el pensamiento al resultado de un movimiento externo, del cual no se especifica como es su transito, y cuyas evidencias, como ya se mencionó tienen un carácter volátil, y únicamente revisten al objeto real; es decir se debe asumir que el conocimiento producto de las sensaciones es irreal aun cuando es producto de lo real objetivo. Surgen entonces dos series: la causas y efectos en el mundo real de los objetos en movimiento y la serie de eventos en el mundo interno de la mente. El resultado no es una síntesis de ambos principios, ante esta imposibilidad Hobbes dirigirá su atención al lenguaje para tener otra aproximación hacia el conocimiento.
Nominalismo: Hay unas distinciones que Hobbes hace sobre el lenguaje, las cuales tienen repercusiones en el proceso de conocimiento. Hobbes es enfático en que los universales sólo son nombres comunes, no se refieren a esencias, ideas platónicas o formas. Nada universal corresponde en la naturaleza, se afirma que no existen entidades abstractas y que sólo existen entidades concretas. Los nombres entonces en su uso no son signos de cosas en sí mismas, lo que se denomina las cosas son los términos de la experiencia.
Los nombres son marcas arbitrarias con la cuales es posible hacerse entender, debido a ciertas convenciones que no necesitan ser establecidas, sino que pueden ser fundadas en la naturaleza de la mente. Los nombres son puntos de referencia en el constante fluir de los pensamientos.
La postura nominalista implica que no es necesaria otra facultad sino la imaginación para entender como se comporta el pensamiento. Lo anterior se infiere de los argumentos que presenta Hobbes en contra de la creencia de seres inmateriales. Se establece que hablar de cosas incorpóreas es “lenguaje insignificante” (I cap. IV), es una clase de uso de nombres postulados por la filosofía escolástica. Hobbes equipara los términos sustancia y cuerpo, y deriva una conclusión arbitraria tan sólo de una evidencia léxica (denotativa). Esto es, la afirmación “sustancia incorpórea” (I cap. IV) es insignificante porque una substancia es incorpórea. Además señala que la unión de esos dos términos necesariamente se convierte en otro término falso.
Hobbes
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