Aristoteles. “Política. Libro I, 1-2-3”

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La comunidad perfecta de varias aldeas es la ciudad, que tiene, por así decirlo, el extremo de toda suficiencia, y que surgió por causas de la necesidad de la vida, pero existe ahora para vivir bien. De modo que toda ciudad es por naturaleza, si lo son las comunidades primeras; porque la ciudades el fin de ellas, y la naturaleza es fin. En efecto, llamamos naturaleza es fin. En efecto, llamamos naturaleza de cada cosa lo que cada una es, una vez acabada la generación, ya hablaremos  del hombre, del caballo o de la casa. Además, aquello para lo cual existe algo y el fin él lo mejor y la suficiencia es un fin y lo mejor.

De todo esto resulta, pues, manifiesto que la ciudad es una de las cosas naturales, y que el hombre es por naturaleza un animal social, y que el insocial por naturaleza y no por azar o es mal hombre o más que hombre, como aquel al que Homero increpa:

“sin tribu, sin ley, sin hogar”

Por qué el que es tal por naturaleza es además amante de la guerra, como una pieza aislada en los juegos.

La razón por la cual el hombre es más que la abeja o animal gregario un animal social es evidente: la naturaleza, como solemos decir, no hace nada en vano, y el hombre es el único animal que tiene palabra. La voz es signo del dolor y del placer, y por eso la tienes también los demás animales, pues su naturaleza llega a tener sensación de dolor y de placer y significársela una a otros; pero la palabra es para manifestar lo conveniente y lo dañoso, lo justo y lo injusto, y es inclusivo del hombre, frente a los demás animales, el tener, él solo, el sentido del bien y del mal, de lo justo y de lo injusto, etc., y la comunidad de estas cosas es lo que constituye la casa y la ciudad.

La ciudad es por naturaleza anterior a la casa y a cada uno de nosotros y porque el todo es necesariamente anterior a la parte; en efecto, destruido el todo no habrá pie ni mano, o no ser equivocadamente, como se puede llamar mano a una piedra una mano muerta será algo semejante. Todas la cosas se defienden por su función y sus facultades y cuando estas dejan de ser lo que eran no se debe decir que las cosas son las mismas, sino del hombre. Es evidente, pues, que la ciudad es por naturaleza y anterior al individuo, porque si el individuo separado no se vasta así mismo será semejante a las demás partes en relación con el todo y el que no puede vivir en sociedad, y que no necesita nada por su propia insuficiencia, no es miembro de la ciudad sino una bestia o un Dios.

Es natural en todos la tendencia a una comunidad tal, pero el primero que la estableció fue causa de los mayores bienes; porque así como el hombre es el mejor de los animales apartado de la ley y la justicia es el peor de todos: la peor injusticia es la que tiene armas, y el hombre esta naturalmente dotado de armas para servir a la prudencia y a la virtud pero puede usarla para las cosas más opuestas. Por eso sin virtud es el más impío y salvaje de los animales y el más lascivo y glotón. La justicia, en cambio, es cosa de la ciudad ya que la justicia es el orden de la comunidad civil, y consiste en el discernimiento de lo que es justo.

Aristóteles “Política. Libro I, 1-2-3”

Introducción

La idea principal del texto es la ciudad o polis la cual se trata de manera incisiva y muy cuidada. La primera cosas que trata es el origen, como bien dice fue un origen necesario, ya que se realizó para la supervivencia de la especie. Esto solo se pudo dar ya que era instintivo y va en el ser humano como por ejemplo, el poder hablar, ya que es lo que nos diferencia de los animales, eso y el razonamiento. El poder hablar nos da capacidad de comunicación la cual no dio la ventaja de mejorar en todos los aspecto y de poder jerarquizarnos para un mayor desarrollo, para esto desarrollamos la justicia, es una parte del ser humano la cual desarrolla más en comunidad que de manera solitaria. Por todo esto el hombre solitario que no quiere regirse por ninguna ley solo se le puede considerar animal.

“el hombre es por naturaleza un animal social”

 El hombre solamente puede llevar una vida humana dentro de la Polis. Su naturaleza le marca como un ser social y comunitario. Por  consiguiente, dejara de ser humano cuando no cumpla esto por desgana, animal, o por falta de necesidad, dios. Es, precisamente, el estado el que le permite desarrollarse como humano, alcanzar su meta o fin natural.

Si el hombre está fuera del estado, ya no será propiamente humano, deja de serlo porque o bien pasa a ser “Menos que un hombre” (animal) o bien pasa “a ser más que un hombre” (Dios), como ya hemos dicho antes. La autosuficiencia, como se ha expuesto, es una de las maneras primordiales de realización de la vida humana y ella no puede alcanzarse en solitario, pues nadie es autosuficiente de antemano sino que su fin al lograr con “otros”, en otras palabras, un ser solo tiene dependencias de las cuales es esclavo como: comer, dormir, beber, etc. De ahí que una persona siendo humana sea independiente como puede ser un dios. Fuera del estado, el hombre solo estaría a merced de la contingencia exterior, es decir, en dependencia absoluta con respecto a lo que él no controla ni puede controlar, con lo cual se condenaría a la situación del animal, lo que haría quedar siempre por debajo del hombre, eso es una manera de decir que es imposible de controlar el entorno, si eres pobre, pobre serás ya que no tienes posibilidades de dejar de ser pobre. Pero si sucediera el caso contrario y un hombre fuera individualmente autosuficiente, se basta así mismo para su realización, dejaría de serlo pues se habría convertido en algo más: un Dios. El hombre no es ni un animal ni un Dios, su condición natural lo hace un ser intermedio entre la dependencia absoluta del animal y la autosuficiencia absoluta de los dioses. El hombre puede ser autosuficiente con otros hombres, necesita de la comunidad para lograrlo, acaso la independencia relativa, la que le corresponde a su naturaleza, que no es propiamente animal ni divina, sino tan solo humana…

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