Avatares: Analogías en la búsqueda del ser maestro

Avatares:

Analogías en la búsqueda del ser maestro

“Educar no es dar carrera para vivir, sino templar

el alma para las dificultades de la vida.”

Pitágoras

La profesión de ser maestro lleva consigo un sinfín de perfiles, todos útiles, todos necesarios, todos disponibles para ser usados por y para la educación, es un collage de roles, de vidas, de personajes que son inherentes a sur ser, ya sea por sus experiencias, por su estilo o metodología o simplemente por el ejercicio de su profesión.

Lo cierto es que no solo la personalidad de cada educador es quien define estas facetas a la hora la ejecución de su labor, pues las “mascaras” que debe utilizar son propias de cada escenario, de cada público y de la intención para con este, es por eso que hablamos de que son innumerables las analogías, las comparaciones, las hipérboles referentes al educador porque son tan infinitas y tan comunes como los son las emociones y los pensamientos a los que se enfrenta cada vez que se dedica a moldear, a esculpir, a libertar o a instruir mentes y conocimiento, del mismo modo y con tal fuerza puede ser la resistencia o dificultad para enseñar hoy en día ya que la humanidad ha evolucionado y se ha transformado a tal grado y con tal rapidez que exige de los maestros una esencia poli y pluri-facetica y no una estática e inmutable como los de antaño, demandado de ellos cada día una metamorfosis constante cual gusano de seda que se engulle hasta hartarse las hojas de la primavera (conocimiento) para así envolverse en su capullo (reflexión y comprensión) y poder así irradiar con toda su pavorosa elegancia la transmisión de su belleza; entonces bien sea el nombre que se le dé, es decir, un árbol, una estrella, un héroe de leyenda, un artesano o un marciano, todas podrán ser objeto de comparación para con los maestros y ninguna ofendería la profesión ya que una de las virtudes y las obligaciones de estos, y es que al igual que como en la guerra y el amor todo se vale, en este panorama es igual, y ¿es que no es una guerra constante contra la ignorancia la vivida por ellos? Y ¿no es un amor infinito lo que los impulsa llegar a tales límites? Así que cualquier “artimaña”, cualquier disfraz, cualquier piel es válida, para alcanzar el objetivo, y si como hay ocasiones en las que serán reyes también otras serán bufones, pero no importara el nombre que se les dé, no serán etiquetados por un modo de actuar ya que por la más noble de las tareas no se busca el reconocimiento y tal como algunas analogías tienen su origen en la biblia, la profesión también y es que “están aquí no para ser servidos sino para servir” y con gran orgullo si puedo aclarar.

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