Caso Bulli

El Bulli

Comenzando con la definición del plan estratégico de Ferrán Adrià. El Bulli basa su estrategia en la innovación y la creatividad. El Bulli no se asocia en ningún caso a comer lo mismo a lo que estás acostumbrado pero con calidad superior. Se asocia a ser sorprendido con la novedad, ya sea de formas, sabores o texturas, o incluso temperaturas.

Estrategias acertadas por Ferrá Adrià:

“La creatividad viene primero; después los clientes”. Esta frase no ha salido al azar de los labios de Ferrá Adrià. Adrià sabe de marketing y sabía bien lo que quería transmitir. Como he dicho en párrafos anteriores, el Bulli tiene claro que vende innovación y creatividad y así lo entienden los clientes. No se puede sorprender dando lo que se espera. Es, por tanto, la frase de Adrià una afirmación completamente coherente.

No repetir los platos que más gustan a los clientes, por muy contradictorio que parezca, es uno de los grandes aciertos del Bulli. Hacerlo sería ir en contra de los principios básicos y definidores de su estrategia global. El cliente no viene en busca de algo que sabe que le gustará, viene buscando ser sorprendido.

Otra estrategia totalmente acertada y conseguida es hacer sentir a cada cliente único. Lo consiguen gracias al numeroso equipo de camareros, al reducido número de comensales por noche y a la actitud cercana mostrada por Adrià en el restaurante. Tal como expresan muchos clientes en sus experiencias, los clientes tienen la sensación de ser personas únicas en el lugar.

Otro gran logro conseguido es hacer sentir al cliente que su cena es mucho más que eso, es una gran experiencia cultural y multisensorial. Lo consiguen con el Tour inicial por todo el restaurante, incluyendo la cocina, con la larga carta de platos a degustar, por la propia concepción de cada uno de éstos, con el protocolo de servicio de cada plato y con la duración de la cena (6 horas).

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