Caso N°1: Sistema de Pensiones

Caso N°1: Sistema de Pensiones

El aquejo que la sociedad con el sistema de pensiones ha estado en “boca de todos” desde hace un buen tiempo; los distintos segmentos del país han manifestado su descontento de manera abierta, mediante marchas y campañas, con este sistema que hoy no está proveyendo jubilaciones dignas, ni aliviando la pobreza de la población. Consecuente a esto, numerosos políticos, pensadores y actores sociales, han ido formulando posibles soluciones a este problema que atenta contra la credibilidad en el Estado, y afecta a todos los ciudadanos por igual.

De todas las posibles soluciones al sistema de las AFPs, han sido planteadas en este caso tres reformas a éste, que tienen por objetivo subir el actual monto de las pensiones (alrededor de doscientos mil pesos) a una nueva suma de dinero que debería poder solventar con necesidades de un jubilado.

Tomando en cuenta las ideas y pensamientos del destacado filósofo moral fundador de la Economía Neoclásica, Adam Smith, quién en su escrito de la “Teoría de Los Sentimientos Morales” habla de la simpatía de los individuos con el resto, el poder la justicia y la benevolencia, así como también el interés particular de cada persona, sería correcto afirmar que la mejor propuesta es la opción “C”. Dicha opción consiste en elevar al doble la cotización personal, pero repartir este nuevo 10% en dos partes; una porción iría destinada al Fondo Solidario de Pensiones, y la otra iría a sus cuentas individuales, a menos que se requiera ese 5% para financiar los objetivos del Fondo Solidario. De esta manera, teniendo una fracción de este dinero destinada a parar en el Fondo Solidario, se podrán obtener recursos para entregar mejores pensiones, y crear un pilar de ahorro colectivo solidario que al mismo tiempo que mejorará las pensiones, con esos fondos, también permitirá hacer más equitativas las pensiones de los trabajadores que cotizan a la fecha. Esta opción permite aumentar la riqueza del pensionado, quien sufrió una disminución de su nivel de vida al jubilar, de manera que aumenta su bienestar y se siente más cómodo en la sociedad: “… la humanidad se inclina más a simpatizar con nuestra alegría que con nuestra tristeza, hacemos ostentación de nuestras riquezas y ocultamos nuestra pobreza. No existe nada más mortificante que Sentirnos obligados a exhibir nuestra miseria públicamente… Más aún, es principalmente debido a estos sentimientos propios de la humanidad que buscamos la riqueza y evitamos la pobreza...”^[1] A su vez, con el Fondo Solidario se está prestando beneficio a toda la sociedad, cosa que es primordial teniendo en cuenta que no es posible construir una sociedad en donde no existan vínculos o en donde todos están prestos a perjudicarse:“… el hombre, que sólo puede subsistir en sociedad, fue capacitado por la naturaleza para vivir en la situación para la cual fue creado. Todos los miembros de la sociedad humana necesitan ayudarse entre sí y de igual forma se encuentran expuestos a perjuicios mutuos. Cuando la ayuda requerida se proporciona recíprocamente a través del amor, de la gratitud, la amistad y la estimación, la sociedad prospera y es feliz. Sus distintos miembros están ligados entre sí por lazos placenteros de amor y afecto atraídos por un centro común de ayuda mutua”^[2].

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