Crisis De Paradigmas Y Aporética
Enviado por JorgeUrizen • 8 de Junio de 2014 • 3.574 Palabras (15 Páginas) • 263 Visitas
Aproximación al problema
Para expresar toda forma de conocimiento el hombre siempre ha buscado un procedimiento o fundamento que apoye sus ideas. Las ideas son diversas, pero siempre inmersas dentro de un código, un lenguaje, un concepto abarcador de lo que se ve, lo que se expresa y lo que se piensa. Dentro de todas éstas expresiones la historia queda sobrepasada con sus contenidos y formas de expresar la manera de ver su mundo en su aspecto particular o general. Sin quererlo buscamos llenar ese vacío que momentáneamente logramos abarcar. Con esto podemos afirmar que todo conocimiento es particular y certero en lo que trata de expresarse, pero siempre y cuando nos remitamos a su propio paradigma, ya que la historia, las maneras de pensar y el transcurso de esta misma va variando según sus propias necesidades, según su cultura y su forma particular de abordar un problema.
El pensamiento, entonces, ha ido evolucionando y sin querer menospreciar al pasado lo vemos como algo mejor, que muchas veces no cumple con el objetivo de serlo, sino más bien de adaptarse a las nuevas necesidades. Es entonces cuando se expresa y se forma el estado de legitimación de cada saber, ya que, para que éste sea reconocido debe ser consecuente con lo que quiere expresarse, pero también con la visión epistemológica preponderante que haga de significante de lo que es realmente razonable o verdadero. No podemos negar, sin embargo, que se rompen esquemas y que cada vez se preocupa más el hombre por la originalidad de su conocimiento, a diferencia de otras instancias en donde gobernaba la universalización de las ideas por sobre una interpretación más subjetiva. Es el dogma entonces quién en primera instancia será el protagonista de este escrito, es desde él de donde partiremos hacia la idea de una época moderna hacia adelante, sin menospreciar, obviamente todo pensamiento anterior ni sus bases.
Es entonces al hablar de conocimiento en donde no podemos separar de él su medio inmerso, su cultura, su época, su historia, etc. Ya que sin esto solo nos remitiríamos a formar un relato inerte del acontecimiento social e histórico. Para hablar de dicho o cierto problema debemos entrar y ahondarnos en su paradigma, lo cual, nos dará la herramienta perfecta de comprensión y acertividad con respecto a cualquier tema determinado, tratando así, de no pasar por alto ninguno de sus aspectos. Es en éstas instancias entonces en donde el conocimiento se vuelve conjetura y no es precisamente necesario que sea verdadero, sino, simplemente en parte sin reducir su capacidad de transformación o interpretación contingente.
El problema que se nos presenta no es para nada menor, ya que, abarca todos los estadios de nuestra propia vida y nuestra propia cultura e historia, que vamos escribiendo mediante nuestro devenir. Es entonces cuando todo conocimiento y quién lo posee, al parecer, se vuelve dueño de la razón, aunque ésta esté siempre en un constante cambio y en una constante interpretación o posibilidad.
Para abordar este ensayo, no podremos solo incluir el método filosófico, ya que la separación entre la filosofía y la ciencia o más bien llamado el método positivista es de primordial relevancia para comprender la crisis en la que se encuentra inserto el conocimiento, y como su desarrollo histórico ha ido evolucionando.
Podríamos preguntarnos, entonces, en que influye la Aporética en este ensayo, sin embargo ella cumple con un rol crucial, sobre todo en lo que respecta a un conocimiento contingente. Es ahora cuando vemos el resultado de siglos de confrontaciones y como el apoyo a métodos absolutos a ido de fracaso en fracaso. Vemos como una época post-moderna con sus nuevos sistemas y códigos nos invade sin que podamos discernir en qué momento o lugar sucedió tal acontecimiento. No sabemos el por qué las cosas han cambiado tanto, ni como nuestra cultura se transforma y se homogeniza evolucionando en algo que llaman “la masa”, y que sin quererlo ni saberlo somos llamados como parte de esas masas de nuevas culturas, con nuevos horizontes y sistemas. Sin quererlo ni saberlo nos hemos transformado en animales sin convicción y el conocimiento es cada vez menos representativo o abarcador en un ambiente en donde la crisis gobierna todo sistema que quiera hacerse el poseedor de la verdad, llevándolo a su propia crisis.
Hacia una noción de modernidad
Si bien podemos apreciar en esta época una especie de divorcio entre la tradición y un nuevo, y masivo sistema de pensamiento basado culturalmente en el pensamiento predominante de la producción y el consumo. En el sentido epistemológico hay una homogeneización de la conciencia y los saberes masivos o las verdades universales. Por su parte el sociólogo francés J. Baudrillard entiende por modernidad "una forma de civilización característica, que se opone a la tradición, es decir, a todas las otras culturas anteriores o tradicionales; frente a la diversidad geográfica y simbólica de estas, la modernidad se impone como una homogeneidad, irradiada mundialmente a partir de occidente que
connota globalmente toda una evolución histórica y un cambio de mentalidad. Culturalmente, entonces existe un cambio significativo en la forma de ver el mundo y las sociedades van evolucionando al ritmo de una producción masiva enfocada en los bienes de consumo. Con esto nacen nuevos conceptos; como es el caso de la obsolencia programada, que planifica una fecha de vencimiento en los productos tecnológicos, con esto se da un impulso a las modas y antiguas tradiciones europeas, por ejemplo, basadas en ocupar ropa de herencia, van cambiando en función de un sistema que poco a poco va cambiando las conciencias de las personas. Una clara herramienta de este cambio es la publicidad y su fuerte masificación por su poder fáctico e ideológico sobre la conciencias de las culturas que poco a poco van convirtiendo sus formas y gustos particulares en enfoque de bienes masivos.
En el sentido epistemológico y de conocimiento contingente podemos ver como poco a poco van naciendo nuevos sistemas de pensamiento tan poderosos que son hasta capaces de mover naciones y formar guerras por su carácter dogmático, universal, intransigente e incluso en algunos casos irracional.
El factor principal, sobre todo en el aspecto filosófico se enfoca paralelamente a la idea de Copérnico al dar un giro a la centralidad del universo. Donde antiguamente se veía a la tierra como centro bajo el alero de un pensamiento medieval teocéntrico. El llamado giro copernicano, consiste entonces en desligar el papel central de la tierra con respecto al universo y dando paso a una idea mucho más justificada que usa como fundamento el que el sol sea el centro y los demás planetas giren en torno a él. De la misma manera y desligando
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