DONDE HAY DERECHO HAY FUERZA
Enviado por nancy.estrada • 9 de Junio de 2018 • Ensayo • 1.785 Palabras (8 Páginas) • 122 Visitas
DONDE HAY DERECHO HAY FUERZA
Si tomamos una postura escolástica, tal como lo que sostiene Santo Tomás de Aquino, que dio la ley humana de la ley natural, que se puede resumir como señalamos seguidamente, hágase en la tierra como en el cielo, frente la postura de Norberto Bobbio que se expresa el derecho como una obligación clara, expresa y exigible, es decir una obligación que señala expresamente quién cumple, cómo cumple, y cuándo cumple, tenemos necesariamente que señalar que en el primero se coloca a la ley como un elemento más de la naturaleza, y dejando de lado la postura del derecho natural que señala que los hombres como seres tienen derechos intrínsecos, y por el contrario retomando la idea de derechos universales, que se entiende como derechos fundamentales de todos los seres, especialmente los humanos como reyes de la creación, colocaríamos entonces la fuerza del derecho en la creación de Dios, pudiéndose extraer las reglas y principios generales del derecho de la sencilla observación natural; mientras que para el segundo, la fuerza del derecho es una necesidad que es necesaria para hacer cumplir las obligaciones civiles de las personas.
Sin embargo la verdadera fuerza del derecho moderno, se encuentra mediada por actos de fe, ya que se entiende que el derecho es la solución para todos los conflictos, y por tanto se vuelcan a lo jurídico cada vez más elementos, y a su vez dentro del derecho se busca cada vez más volver punibles conductas, que por su naturaleza no deberían ser penales, pero que buscan entonces cada vez más la máxima expresión del castigo como expresión de la venganza. Decimos entonces que el derecho es un acto de fe, porque incluso se busca solución en el derecho de aquellos conflictos que no tienen solución jurídica, como por ejemplo aquellos actos contra las buenas costumbres, o contra la moral, no importando la ambigüedad de las conductas que se intenten de regular, como bien lo hecho de la dogmática jurídica, frente a qué bienes jurídicos realmente se protegen en tipos penales, tales como la violación de símbolos patrios, los actos inmorales e impúdicos en vía pública, por la vulneración de la paz y la tranquilidad, por lo tanto desde una postura del derecho natural tal y como la que propone Tomás de Aquino, se encuentra una postura en el mundo moderno que se pueden marcar desde las palabras de los clásicos de la siguiente forma:
La verdadera ley es una recta razón congruente con la naturaleza, general para todos, constante, perdurable, que impulsa con sus preceptos a cumplir el deber, y aparta del mal con sus prohibiciones; pero que, aunque no inútilmente ordena o prohíbe algo a los buenos, no conmueve a los malos con sus preceptos o prohibiciones. Tal ley, no es lícito suprimirla, ni derogarla parcialmente, ni abrogarla por entero, ni podemos quedar exentos de ella por voluntad del senado o del pueblo, ni debe buscarse, un Sexto Elio que la explique como intérprete, ni puede ser distinta en Roma y en Atenas, hoy y mañana, sino que habrá siempre una misma ley para todos los pueblos y momentos, perdurable e inmutable; y habrá un único dios como maestro y jefe común de todos, autor de tal ley, juez y legislador, al que, si alguien desobedece huirá de sí mismo y sufrirá las máximas penas por el hecho mismo de haber despreciado la naturaleza humana, por más que consiga escapar de los que se consideran castigos. (Cicerón, S.F. Pág. 39)
Entendiendo este fragmento en la actualidad, podríamos señalar que desde los clásicos de se pensaba el principio de igualdad, el cual entonces se podría entender desde la postura de Tomás de Aquino cuando señala a la ley natural como fuente de todo derecho, que entonces la fuerza del derecho está dada por la condición de los hombres deben ser iguales, independientemente de las voluntades del legislador, del juez que interpreta la ley, y de la sociedad en general, teniendo entonces la fuerza del derecho como un asunto de coacción interna, ya que al decir Cicerón que al huir de la ley, se huye de sí mismo, coloca toda la fuerza del derecho en el fuero interno de la persona, del cual está no puede huir, así logré escapar del castigo humano.
Por lo tanto señalamos anteriormente el problema de la obediencia el derecho, y de la fuerza del derecho, es un asunto intrínsecamente relacionado con la conciencia de la persona, y con su convicción de que estas normas son aquellas que deben protegerle, y ordenar la sociedad, y que al obedecerlas, se garantiza a si mismo, no sólo su seguridad sino la de sus iguales, partiendo del hecho de que la misma ley tratará de manera equitativa y equidistante a las personas que puedan tener conflictos entre sí.
De ahí que esta pérdida de la fe en el derecho, determine la entrada en crisis de estas instituciones, ya que al no cumplirse ya no la norma, sino el castigo que la violación de la norma conlleva, de alguna manera implica el regreso a un estado de naturaleza, y por tanto, que se tome la protección de la ley, y de la sociedad en general en propia mano. Coloquemos por ejemplo los casos recientes en los que se ha demostrado que las personas entienden la propiedad como sagrada, tales como fueron los casos de los fleteros lesionados y asesinados por sus víctimas en la ciudad de Medellín, que muestran a las claras, como el hecho de atentar contra la propiedad privada, convierte a aquellos que atentan contra esta en una suerte de Hommo saccer; es decir se convierten en personas a quien en principio su vida no debe ser tocada, pero que en caso tal de que alguien atente contra ellas, de alguna manera, incluso matándoles, pero nadie será sancionado, ni tendré importancia alguna lo que ocurre con ellas.
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