Delitos Flagrantes

¿Es justa la justicia? Es la primera pregunta que nos planteamos después de ver el documental francés “Delitos Fragrantes”. Así pues, el filme nos muestra la cruda realidad que se vive en el territorio francés. Se graban las secuencias en las que se produce el proceso de detención de gente acusada por delitos menores. Podemos observar que se trata de un enfrentamiento cara a cara, el fiscal con el acusado, y en el cual la cámara permanece inmóvil a lo largo del cortometraje.

Al principio del documental, podemos observar como aparece la imagen del Palacio de Justicia de Francia, cosa que nos conduce a pensar que es éste el verdadero protagonista de toda la historia y donde se lleva a cabo todo el drama. Aun así, el rodaje del documental en su mayoría se lleva a cabo en una sala a puertas cerradas, donde se da un enfrentamiento cara a cara entre los fiscales y los acusados, y en cual la cámara que graba todas las secuencias de manera estática e imparcial.

Pero el hecho de que la cámara permanezca inmóvil no le quita atributo a la hora de convertirse en una protagonista más de la historia. Esto quiere decir, desde mi punto de vista, que en muchas ocasiones y en muchas de las comparecencias que se dan, la cámara coge el papel de “falso cómplice”, como podemos observar en muchos casos en los que los acusados hacen sus declaraciones dirigiéndose a la cámara o haciendo gestos hacia ella, lo que nos lleva a pensar que para los acusados la cámara supone un objeto que, en cierta manera, les ayuda o les intenta ayudar mientras declaran ante el fiscal, como si ésta infiriera en el resultado final de su proceso. A pesar de ello, la cámara no supone desde mi punto de vista ninguna ayuda para los acusados, ya que por mucho que se dirijan a ella intentando ganarse una confianza no existente, éstos ignoran que no tienen necesidad de buscar ningún apoyo fuera de la legitimidad que les otorga la ley.

Centrándonos de nuevo en la presencia de la cámara, ante ésta se desvelan las circunstancias y autores de cada delito, cosa que nos conduce a representar la situación que se vive en esa ciudad. El debate producido entre el/la fiscal y el acusado resulta bastante interesante. Una forma de subestimar estos casos yace en el hecho de que los acusados en muchas ocasiones se mantienen fríos y callados ante la explicación del fiscal, en cambio, muchos otros intercambian sus palabras con el fiscal con una forma irónica y a su mismo tiempo cómica. Esto nos lleva a pensar que esos extremos de personalidad difieren en el hecho de una representación de la justicia que se da en el país. Una justicia imparcial y desproporcionada, e intentan explicar desde un punto de vista podemos decir que irónico, la cruda realidad, la forma en que la justicia trata y castiga a los detenidos.

Asi pues, también sorprende el hecho de que un documental tan simple y monótono, ya que se representa la misma situación a lo largo del mismo donde únicamente cambia el detenido, puede captar de tal manera la atención del espectador. Es decir, el hecho de que la cámara capte la imagen en la que únicamente aparecen el funcionario de la ley cara el detenido, hace que el espectador

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