ESTRATEGIAS , QUE CONTRIBUYAN AL FORTALECIMIENTO DE LA CONVIVENCIA PACÍFICA EN LAS FAMILIAS
Enviado por yaiditas • 23 de Septiembre de 2014 • Tesis • 2.591 Palabras (11 Páginas) • 507 Visitas
A BOLIVARIANA DE VENEZUELA.
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN.
U.E.A.P. “MORAL Y LUCES DEL TUY”
OCUMARE DEL TUY. ESTADO BOLIVARIANO DE MIRANDA.
4°Cs. SECCIÓN: TURNO:
ESTRATEGIAS , QUE CONTRIBUYAN AL FORTALECIMIENTO DE LA CONVIVENCIA PACÍFICA EN LAS FAMILIAS DE OCUMARE DEL TUY-EDO BOLIVARIANO DE MIRANDA.
ASESOR: INTEGRANTES:
PROF: DEISY PLAZA HECTOR. ORENSE
ALBERTO. SERRANO
OCUMARE DEL TUY MAYO 2014.
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
La sociedad vive un momento de crisis de valores, en todas partes se ve y se escucha que existe violencia, racismo, egoísmo, destrucción del ser humano y del medio ambiente, etc. Esto confirma que actualmente se vive una falta significativa de valores en los seres humanos.
Resulta evidente la importancia de los primeros años de la vida humana y el decisivo papel de las influencias educativas en esta etapa, por ser la primera infancia el período evolutivo más importante de los seres humanos, pues es durante esos primeros años de vida cuando se establecen las bases madurativas y neurológicas del desarrollo, que tendrán gran incidencia en el aprendizaje y en el desarrollo social posterior.
Es así que, la Educación Inicial es, posiblemente, el nivel educativo que mayor atención y dedicación merece, siendo las experiencias de los niños fundamentales para su progresión en las etapas subsiguientes de su formación. Tan trascendental labor se ve ensombrecida por fenómenos sociales presentes el contexto donde crecen los niños, niñas y jóvenes: entre ellos, la violencia.
Desde los orígenes de la familia como institución, los miembros de la misma han tenido que forjar una normativa familiar que permita regular no sólo el comportamiento de los que habitan en un mismo espacio, en este caso la vivienda o unidad familiar, sino también para poder garantizar unos principios mínimos de convivencia familiar.
Generalmente, la convivencia se vincula al cumplimiento de una serie de normas que facilitan el entendimiento entre los miembros que conviven. Por el contrario el incumplimiento de las mismas genera caos, desorden y conflicto. Nos parece muy importante detenerse en los ámbitos o circunstancias por los que suelen discutir los jóvenes con sus padres.
Tomando como referente el análisis de Elzo (2003) sobre los motivos de disputa entre padres e hijos son principalmente: la (no) colaboración en los trabajos domésticos, la hora de llegar a casa las noches de los fines de semana, la relación con los estudios, la relación con el dinero, por la hora de levantarse, por pasarse con el alcohol, por los amigos que tienen y, ya en los últimos lugares, y para un escaso 5% de jóvenes, por temas políticos y religiosos. Estos datos desvelan que los jóvenes demandan más autonomía en la gestión de su vida cotidiana.
Comúnmente, se acepta que la etapa de mayor conflictividad en las relaciones paterno-familiares se alcanza cuando los hijos llegan a la adolescencia. Aún así, el grado de conflictividad familiar va a depender de múltiples factores, entre ellos los valores, creencias, pautas de comportamiento y el papel que deben desempeñar los padres en la socialización de los hijos (Arroyo y Domínguez, 2001). A continuación se presenta la clasificación de conflictos elaborada por Hernández Prados (2004) a partir de los resultados obtenidos en la investigación: Los conflictos escolares desde la perspectiva familiar.
1. Familias sin conflicto familiar. A pesar de que algunos alumnos respondieron que en su casa no existen situaciones de conflictividad, el conflicto es inherente al proceso de convivencia. Por tanto, afirmamos que no existen hogares democráticos en los en no se produzcan enfrentamiento de intereses u opiniones.
2. Conflictos entre hermanos. Ha sido una de las cuestiones más trabajada en la conflictividad familiar, centrándose especialmente en la asociación de la cantidad de conflictos ISBN 978-959-16-0565-8 CONOCIMIENTO, EDUCACIÓN Y VALORES HERNÁNDEZ PRADOS, M.A. - 5 -
3. Conflictos en la relación paterna-filiar. La mayor parte de los conflictos familiar descritos en esta investigación hacen referencia a los mantenidos entre padres e hijos, señalando, entre otros los siguientes motivos de discusión: a) desobediencia, ya sea tanto por incumplimiento de una norma familiar, de una orden directa y puntual o por mal comportamiento; b) obediencia forzada en la que los hijos sienten que no pueden hacer lo que quieren; c) cuestiones académicas, especialmente por no hacer los deberes y las malas calificaciones; d) falta de autocontrol con las tecnologías, sobre todo con el teléfono, la vio de consola y la televisión; y e) comportamientos inadecuados de los padres, es decir, los hijos perciben ciertas conductas que les ocasionan malestar y acaban en conflicto como las conductas discriminatorias entre hermanos o no cumplir las promesas.
4. Conflictos con otros familiares. No siempre el conflicto se produce entre los miembros de una unidad familiar que conviven en el mismo hogar. En ocasiones el conflicto familiar es entre el niño y otros familiares considerados sus iguales (primos o sobrinos) o entre el niño y otros familiares adultos, sus abuelos o tíos.
5. Conflictos entre adultos de la unidad familiar. Este tipo de conflictos es más frecuente en las familias extensas en las que conviven padres, hijos y abuelos. No obstante, actualmente la necesidad de un doble empleo por unidad familiar obliga a los progenitores a tener que abandonar el hogar familia y delegar el cuidado de los hijos en generaciones anteriores (abuelos) o en personas desconocidas que contratan para ello. Esta situación entraña multitud de conflictos que demanda una orientación educativa específica Los conflictos son inherentes al ser humano. Forman parte de su naturaleza.
La orientación educativa familiar no sólo trata de enseñar al adulto cómo debe educar a sus hijos, sino también trata de formar a los adultos (padres o tutores) para favorecer la convivencia entre ellos (Vallina, 2004). Se trata de crear un clima familiar basado en unos valores mínimos de respeto, igualdad, libertad, justicia, apoyo o solidaridad familiar, comprensión, diálogo, etc. que sea caldo de cultivo para todos y cada uno de los miembros que componen la unidad familiar. Los padres también deben preocuparse de cultivar su “yo” para hacerse
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