El Alma de una toga (ensayo)
Enviado por focotrejo • 18 de Abril de 2018 • Ensayo • 1.269 Palabras (6 Páginas) • 454 Visitas
El Alma de una toga,
Ángel Ossorio y Gallardo.
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Por Francisco Trejo Lázaro
Resumen
Ángel Ossorio y Gallardo fue un prominente abogado, funcionario público y político español, que con pasión vivió la abogacía y su deontología, quizá el mayor de sus legados es el “El Alma de la toga”, libro que a pesar de haber sido escrito a casi setenta años, su contenido permanecen incólume al paso del tiempo y sus puntos de visita son obligados para las nuevas generaciones de abogados.
Abstrac
Angel Ossorio y Gallardo was a prominent lawyer and public official Spanish politician who passionately lived the legal profession and professional ethics, perhaps his greatest legacy is the " El Alma de la toga (The Soul of the toga)", a book that despite having been written almost seventy years, it’s contents remain intact over time and check points are required for the new generation of lawyers.
P
ara muchos abogados el nombre de Ángel Ossorio y Gallardo tal vez no les diga mucho y es que las nuevas generaciones ya no fueron cimbradas con la fuerza que sólo sus palabras poseían. Los abogados, ya fueran novicios o experimentados, tarde que temprano se encontrarían ante un dilema ético cuya resolución dependía de conocer los valores, la impronta de Ángel Ossorio consistió en enunciar esos valores.
Ángel Ossorio y Gallardo nació en España en 1873 y en 1894 se graduó en derecho por la aquel entonces Universidad Central, hoy complutense de Madrid. Dedicado principalmente a la política ocupó varios cargos de elección popular, Concejal, teniente del ayuntamiento de Madrid, Diputado y Gobernador Civil de Barcelona. En el servicio exterior fue embajador de España en Bruselas, Francia y Argentina, en este último se exilió, al concluir la Guerra civil española y ahí permaneció desarrollando la docencia y otras actividades propias de la academia hasta su fallecimiento en 1946.
Usando primero la literatura como un medio de denuncia con un folleto llamado “Julio de 1909 declaración de un testigo”, donde daba su versión sobre su responsabilidad en los atentados ocurridos en Barcelona en la denominada Semana trágica de 1909, fue el principio de lo que sería su prolífica y variada obra como escritor. En 1891 escribiría un divertimento denominado “Manual del perfecto periodista”, a la que le siguieron varias obras de corte político entre las más sobresalientes, “Cartas a una señora sobre temas de derecho político” y “Cartas a una señorita sobre derecho civil”, que son críticas y puntos de vista sobre su bregar en la política. De su obra sobre la deontología y ética del derecho escribió el “Abogado” y su obra más celebrada “El Alma de la Toga” .
“El Alma de la Toga” cuyo título se refiere al atuendo que usan los postulantes en algunos sistemas judiciales, principalmente en Europa, fue puesta al público en 1919 y en esa obra se puede encontrar, a manera de ensayos y agudos divertimentos, todo lo que en opinión de Ossorio “da dignidad al ejercicio de la abogacía”, entre las ideas más destacadas están:
Todos son Licenciados en Derecho, pero no todos se dedican a la abogacía, por ende sólo podrán llamarse abogados los postulantes de tiempo (vida) completo(a) cuyos avatares se viven cotidianamente en los juzgados, tribunales cortes y demás
El abogado es un profesionista que actúa solo, a pesar de poderse asesorar de colegas, amigos, mentores etcétera, las decisiones en los asuntos las toma en solitario y las repercusiones hacia sus patrocinados siempre serán criticadas y cuestionadas por todos. Por ello debe de poseer una enorme fortaleza dotada de ecuanimidad para afrontarlas. Debajo de la toga habrá que llevar la coraza.
Los abogados deben desarrollar una “sensibilidad de la justicia” que es muy parecida con la que se juzga el arte. Así como es muy evidente lo que es arte, también es muy evidente la causa justa. Esta sensibilidad también ha de ser muy útil para saber cuándo las causas de los asuntos que le llevan no son justos y rechazarlos de inicio, un abogado no debe llevar causas que no sea justas para sus patrocinados, lo contrario sería apoyar un delito. Un abogado se cimienta en una recta moral más que en su gran ingenio.
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