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El Criterio


Enviado por   •  20 de Marzo de 2012  •  1.162 Palabras (5 Páginas)  •  576 Visitas

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CAPÍTULO II. LA ATENCIÓN

Hay caminos que nos llevan al conocimiento, pero también hay obstáculos. El objetivo del arte de pensar bien es enseñar a remover estos obstáculos para seguir el camino correcto.

Definición de la atención. Su necesidad:

Se le llama atención a la aplicación de la mente a un objeto. Para pensar bien, hay que entender bien.

Sin la atención, nos encontramos distraídos y por lo tanto no entendemos claramente lo que se nos está mostrando. Es importante tener el hábito de atender adecuadamente a lo que se está estudiando o haciendo, de caso contrario, se nos pasan por alto cosas esenciales o interesantes.

Ventajas de la atención e inconvenientes de su falta:

Cuando somos atentos aprovechamos más el tiempo, percibimos mejor las ideas, y las recordamos con mayor facilidad.

En cambio, cuando no atendemos, nuestro entendimiento divaga y percibimos ideas diferentes, difusas e incongruentes.

Cómo debe ser la atención. Atolondrados y ensimismados:

La atención debe ser suave y relajada para poder hacerse cargo de diferentes cosas. Esta atención no consiste en no pensar, sino en pensar en cosas más ligeras y sencillas.

Los atolondrados y los ensimismados carecen de atención ya que sus pensamientos vagan externamente e internamente.

Las personas atentas son más amables y corteses ya que estos atienden a lo que las otras personas dicen.

Las interrupciones:

Es importante tener la atención fuerte y flexible al mismo tiempo, ya que si por alguna razón somos interrumpidos mientras pensamos, no se nos vaya la idea de la mente.

CAPÍTULO XIII. BUENA PERCEPCIÓN

La idea:

Las dotes de los pensadores son: percibir con claridad, juzgar con verdad e inferir con solidez.

La percepción es el acto interno con el cual nos hacemos cargo de un objeto, siendo estas una imagen, representación, etc. Percibimos lo agradable y lo desagradable, lo esencial y lo accidental, la moral, etc.

Para pensar bien no es necesario saber si la idea es distinta de la percepción o no, o si la idea nos vino de un modo u otro. Quien piensa no puede estar pensando en qué piensa y como piensa, ya que si lo hiciera, el objeto del entendimiento se cambiaría.

Reglas para percibir bien:

Si atendemos bien y aprendemos a desglosar las características que se adaptan al objeto dado, percibiremos con claridad y viveza.

Para que haya una percepción intelectual es necesario que se conozcan todas las condiciones de las cuales no puede faltar ninguna para que sea el objeto. Esto lo explica la definición.

Escollo del análisis:

Para analizar adecuadamente es necesario recordar que la mayor parte de los seres son un conjunto y por eso, el mejor modo de percibirlos es observando de una vez todas las partes y relaciones que los conforman.

El tintorero y el filósofo.

La lectura nos cuenta una historia sobre un tintorero y un filósofo. El tintorero estaba preparando las tintas en la caldera usando elementos desagradables para el olor y aspecto, y por esto el filósofo concluyó que la tela se iba a desperdiciar. Días después el filósofo regreso a la tienda a ver las telas y se dio con la sorpresa de que estas tenían colores hermosos. Ese día el filósofo comprendió que no solo debería ver las cosas separándolas, sino que también debería analizar lo que pueden hacer juntas.

Objetos vistos por una sola cara:

Los entendimientos se echan a perder si miramos los objetos por un solo lado, ya esto nos conduce a resultados extravagantes

Inconvenientes de una percepción demasiado rápida

A percibir muy rápido corremos el riesgo de ser inexactos. Las personas inexactas comunican todo

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