El Criterio
Enviado por joselynmar • 25 de Octubre de 2012 • 2.412 Palabras (10 Páginas) • 316 Visitas
El Criterio
Introducción
Para el autor el criterio es un medio para conocer la verdad, la verdad en las cosas es la realidad. El criterio es, según su propio autor, un ensayo para dirigir las facultades del espíritu humano por un sistema diferente de los seguidos hasta ahora. Se trata, pues, de un método original y, en sus líneas esenciales, indispensable para aprender a pensar bien, o sea, para ejercitar la actividad intelectual, que conviene en orden a conocer la verdad o a dirigir el entendimiento por el camino que conduce a ella.
El pensamiento de Balmes oscila entre sus reflexiones en torno a conceptos clásicos de la teología occidental, como el bien, y las nociones científicas que aparecen a lo largo de su obra. Resulta sorprendente su voluntad de construir una teología positiva en diálogo con la ciencia más avanzada de su época.
Resumen
En que consiste el pensar bien. Que es la verdad
Se comienza haciendo una clara diferencia entre lo que es la verdad y en qué consiste el pensar bien, el pensar bien consiste o en conocer la verdad o en dirigir el entendimiento por el camino que conduce a ella.
La verdad también nos dice que es la realidad de las cosas. Si algo es real, existente, inmediatamente se convierte en verídico, sino caeríamos en un error. Todo esto lleva a que si conocemos la realidad de las cosas, o sea, la verdad, podremos pensar bien, de lo contrario no podríamos, ya que sería una pérdida de tiempo. Hay que conocer la verdad para pensar bien. Cuando también conocemos muy bien la verdad, esta nos lleva al entendimiento, que este se parece a un espejo donde podemos ver los con fidelidad los objetos como son en sí, pero si caemos en el error esto será una ilusión que realmente no existe
El pensamiento correcto es aquel que conoce bien la verdad y no el que, con aparente corrección, intenta hablar sobre ella.
La atención.
La atención, es la aplicación de la mente a un objeto. Lo primero que hay que hacer para poder pensar bien es atender bien. Pensar y atender son dos conceptos que van juntos, sin la atención estamos distraídos, con el pensamiento en otro lugar. Por ello es importante tener un costumbre de atender a lo que se hace, así comprenderíamos todo correctamente y no caeríamos en equivocaciones.
Existen unas ventajas y unos inconvenientes de la atención. La clave de la perfecta atención es tener un espíritu atento. Con ello conseguimos una mayor organización de ideas, distinguiéndolas con mayor claridad y acordándonos de ellas con facilidad. Pero si no atendemos, todo esto no será posible, tendríamos muchas confusiones de ideas y quizás perdiéramos cosas importantes por no utilizar la atención. Las personas que con un simple ruido se desconcentran son los que Jaime Balmes llama daguerrotipos. Por esta razón hace falta atender bien.
Elección de carrera.
Cada persona tiene que tener una profesión para la que tenga o se sienta con más aptitud. Esto es muy importante para escoger una carrera, para el futuro de una persona. La palabra talento para algunos significa una capacidad absoluta. Muy pocos son los que alcanzan una capacidad para todo. Es casi imposible tener talento para todo.
La intuición que nos indica la carrera que más nos conviene nos es dado por Dios a cada persona sino que la intuición de cada persona nos muestra el destino. El instinto que nos da es diferente dependiendo de la persona y hay que cuidarlo bien para no perder ese talento que nos han dado.
Conocimiento de la existencia de las cosas adquirido mediante por los sentidos.
Gracias a los sentidos podemos descubrir cosas nuevas, nos aporta un mundo de conocimientos de todas clases. Pero si nuestros sentidos no alcanzan aquello que deseamos conocer, entonces llega el entendimiento, y es así como se conoce la existencia de los objetos insensibles.
Para deducir de la existencia de una cosa de la otra lo único que podríamos utilizar sería la dependencia de los objetos y con esto podría haber una dificultad que es encontrar esa dependencia. Nos hace falta un conocimiento para ver todo de una cosa y como no puede ser posible nos conformamos con encontrar esa dependencia por su coexistencia o sucesión porque una depende de la otra. Pero esto no es seguro, ya que se podemos errar. También se debe tener en cuenta que la existencia paralela de dos cosas no puede probar que el uno dependa del otro. Ya que No por el sólo hecho de haber visto unidos alguna vez dos objetos podemos probar algo certero.
La lógica acorde con la caridad.
Aquí no habla de que existe una sabiduría de la ley que prohíbe los juicios temerarios, esta ley es la cristiana y es de prudencia y buena lógica. Los hombres juzgamos de una acción o intención por la apariencia y esto puede llevar a equivocarnos con frecuencia.
El mundo cree dar una regla de conducta diciendo “piensa mal y no errarás”. No hay que facilitar mucho de las palabras porque los hombres son muy malos, aunque ya sea por la experiencia nos dice que el hombre mientras más miente, este más verdades dice.
Existen tres reglas para juzgar la conducta de los hombres:
Una de ellas nos dice: no hay que fiarse de la virtud de los hombres, porque muy pocos son los que poseen virtud, la razón es clara, ya que el resistir a tentaciones muy impetuosas se exige una virtud firme y acendrada.
La otra regla nos dice, que para deducir la conducta de una persona se debe conocer antes su inteligencia, carácter y otras cualidades. El hombre es libre, pero está muy influenciado por la sociedad. Si un hombre está en un compromiso del cual es difícil salir sabemos que saldrá exitoso, pero hay que tener en cuenta la firmeza de su carácter.
Y la tercera regla habla sobre que debemos controlarnos a la hora de exponer nuestras ideas porque puede hacer daño a los demás. Hay que obrar como los demás y hay que tratar a la gente como nos gustaría que nos trataran a nosotros. Algo muy bueno que podemos hacer para no fallar es la reflexión, aunque a veces puede ser malo.
De la autoridad humana en general.
También nos habla de que existen dos condiciones necesarias para que sea válido un testimonio una es que el testigo no sea engañado y que no nos quiera engañar. Si una de estas dos condiciones faltara no se podría encontrar la verdad.
En el examen y aplicaciones de la primera condición: sabemos si el testigo ha sido engañado o no, prestando atención a los medios que ha podido disponer para alcanzar la verdad, estos medios se refieren como capacidades y cualidades personales que le hacen, o no, apto para el efecto.
El examen y aplicaciones de la segunda condición: para prevenirse del engaño
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