El Positivismo
Enviado por hugodelasnieves • 28 de Mayo de 2014 • 2.166 Palabras (9 Páginas) • 180 Visitas
El positivismo fue traído por Gabino Barreda en época del general Díaz, estas ideologías expuestas y conocidas en Francia, fueron implantadas en México por el beneficio que representaban para los científicos. Estos formaban parte de la burguesía, así pues solo la se preocupaba por los intereses de este grupo y todo lo que se realizaba en cuanto al orden social era en su beneficio. Lo que este grupo quería evitar es que existiera en México una dictadura política; por lo que crearon los partidos políticos capases de vigilar al poder legislativo, así como la propuesta de la independencia del poder judicial. Al darse cuenta Díaz de que los burgueses no lo consideraban indispensable; comenzó a expandir su control a otros sectores de la sociedad.
Pero lo que menos querían fue lo que sucedió; no solo una dictadura político-social, también se consolido una dictadura económica. Así fue que el poder político quedo en anos de Díaz, lo que se busco en México fue el orden y el progreso de la sociedad. Pero todo se perdió en un individuo abstracto, por lo que el gobierno podía aplastar a cualquier mexicano que fuera en contra del orden – progreso.
Los científicos fueron el único grupo de los burgueses que no se rebelaron contra Díaz. Así los antiguos positivistas fueron resumidos en este grupo, y ellos controlaban la educación y sus sistemas por lo que el retraso educativo fue creciendo a lo largo del tiempo, esta es la razón por la que el pueblo de México fue condenado a trabajar de manera empírica y con los más atrasados procedimientos, a ser siempre discípulo, empleado o siervo de maestro, del patrón o del capataz, es lógico que la sociedad buscara su libertad. Se vislumbraba ya el inicio de la revolución; sin embargo lo que buscaba la burguesía, quitando a los científicos, era un cambio de gobierno no del fin de la dictadura social, pero para lograr su objetivo tuvieron que recurrir a los campesinos y a otros sectores de la sociedad, y al recurrir a estos sectores olvidados, no solo se dio una revolución política, sino que también social. Es por esto que los lemas de la revolución eran: sufragio efectivo, no reelección, por parte de los burgueses y tierra y libertad o la tierra es de quien la trabaja por parte de los campesinos y de la sociedad marginada.
El positivismo había alcanzado el progreso y por tal motivo ya no era funcional. Las ideas barredianas fueron seguidas por sus discípulos, pero estos solo tomaban una parte de su doctrina. Por lo que era rechazado de manera inmediata todo lo que no se pudiera comprobar a través del método, y por lo tanto era tachado de metafísico y desechado. Por esta razón, todo se había agotado nadie podía pensar otra cosa que no fuera lo material y lo tangible.
La nueva generación pensaba que el positivismo mexicano se había convertido en una doctrina pedagógica y que sus estrechos límites tenían que ser superados por la moral, el arte, la literatura. Etc. Esta nueva generación se daba cuenta de que el orden y el progreso no se podían lograr con la misma fórmula; u orden o progreso. Pues la ciencia plantea problemas no soluciones, es guerra no orden.
Así la nueva generación di origen al ateneo de la juventud, la nueva generación de pensadores; pues ya las tesis positivistas habían llegado a un relativismo, solo lo experimentable es verdad, y cada hombre tiene una experiencia diferente de lo que vive, por lo tanto todo será relativo.
Así la generación cuyos principios eran los de barreda se enfrentaban a otra que no aceptaba las tesis barredianas, una generación que se levantaba contra el positivismo por diferentes caminos. Esta nueva generación, no se conformaban con un cuerpo de doctrinas que pudiera resolver todos los problemas. El ideal de estos era “la restauración de la filosofía, su libertad y de sus derechos”, era una verdadera revuelta contra el dogmatismo positivista que había limitado al filosofo, y esas artes olvidadas por la falta de comprobación empírica, fueron retomadas por el Ateneo de la juventud.
El Ateneo se dedico a infundir en la cultura mexicana el amor a Roma y a Grecia así como el amor a la literatura y a la cultura española, esto a diferencia de los positivistas, los cuales expresaban su desprecio hacia la cultura latina , el pueblo griego es, para los ateneístas, un modelo a seguir, ya que ellos eran capaces de mirara atrás para crear la historia, miran hacia el futuro y crea las utopías, este pueblo también, miraba hacia la utilización de la imaginación y ensalzaban al maravilloso espíritu humano.
Así que para 1910 el esfuerzo por reorganizar las estructuras educativas llegaba a su coronamiento con la fundación de la Escuela de los Altos Estudios, fundada por Justo Sierra, y con ello se inauguraba una nueva etapa para la historia de México.
En la lucha que se daba en los tiempos de Juárez y Díaz el positivismo pudo triunfar, ganando frete a los liberales y católicos, por que el positivismo expresaba una ideal social que todos anhelaban: el orden. Pero ahora surgía una generación formada en el positivismo, sin embargo, tenía también un descontento; pues el orden propuesto por el positivismo, sin embargo tenía también un descontento; pues el hombre propuesto por el positivismo era, un orden había ido reduciendo las libertades en provecho de un grupo cada vez más estrecho. El positivismo que había justificado el orden deseado por la sociedad mexicana, no justificaba ya la permanencia del mismo, una vez que la sociedad mexicana ya no estaba interesada en el, había pasado de ser una solución a ser un obstáculo. La situación de crisis social había desaparecido; la nueva crisis planeaba sus propias tesis. El positivismo había sido una doctrina constructiva, había servido para forjar el orden anhelado por la sociedad; pero una vez terminada su labor se tranquilizo. El orden sostenido no era ya el de la burguesía mexicana, ni era lo que deseaban las clases marginadas; los primeros querían, como ya lo dijimos, un cambio político, los segundos una cambio social.
Se seguía hablando de orden, pero ya no había nada que ordenar: de progreso, pero ya no había nada que hacer. Se sentía la necesidad de una doctrina que fuera capaz de poner en marcha al interés humano. Así como para combatir el desorden fue necesaria la adopción de una filosofía como el positivismo, ahora para combatir este orden que obstaculizaba la evolución de la sociedad, era necesario adoptar una filosofía que apoyase el cambio, en esta filosofía seguida por Sierra
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