Elogio De Los Jueces
Enviado por bertharamos • 28 de Noviembre de 2014 • 1.515 Palabras (7 Páginas) • 188 Visitas
“Elogio de los Jueces”
Piero Calamandrei
Este libro del ensayista Italiano Piero Calamandrei, nos trata de dar una visión mas amplia del complejo procedimiento judicial, centrándonos en dos partes fundamentales del proceso; como lo son el abogado y el juez. Valiendo de historias, reflexiones, y una gran experiencia; nos narra los líricos acontecimientos que estos dos seres encarnan. Cada uno desde sus posiciones sociales. Algunas veces aclamados, otras tantas odiados, pasa desde la emblemática postura del juez, inerte ante cualquier emoción, hasta la persona capaz de reír y llorar, que se ve detrás de la toga. Del abogado capaz, honesto, hasta aquel abogado arrogante y mentiroso.
Dos papeles tan entrelazados, pero a la ves muy distanciados socialmente. No ostenta la misma autoridad moral un juez, que un abogado. Sus Profesiones están entrelazadas, necesita tanto un juez del abogado, como el abogado del juez. Haciendo que la subordinación de cada una de las partes, se intercale a través del proceso. Es función de ambos atesorar cada uno de sus roles, verse como dos voluntades que chocan, que convergen, que dialécticamente, tratan de expresar lo que ellos conciben como verdad.
Es un supuesto del Estado, para garantizar la justicia dentro de un proceso judicial parte de la imparcialidad como cualidad fundamental de los jueces, teniendo como coadyuvantes la capacidad humana.
En México la discrecionalidad con la que cuenta un juez es bastante. Por lo cual garantizar las cualidades humanas del juez es primordial. Actualmente el sistema de México no prevé una valoración humana del juez. La ley orgánica del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, nos marca como requisitos los siguientes en su articulo 17:
Para ser Juez de Primera Instancia en las materias civil, penal, familiar, de Justicia para Adolescentes, y del arrendamiento inmobiliario, se requiere:
I. Ser mexicano por nacimiento, no haber adquirido otra nacionalidad y estar en pleno goce y ejercicio de sus derechos civiles y políticos;
II. Tener cuando menos treinta años de edad cumplidos al día de la designación;
III. Tener título de Licenciado en Derecho y Cédula Profesional expedida por la autoridad o institución legalmente facultada para ello;
IV. Tener práctica profesional mínima de cinco años, contados a partir de la obtención del título profesional en el campo jurídico, relacionada con el cargo para el que concursa;
V. Haber residido en el Distrito Federal o en su área Metropolitana durante los dos años anteriores al día de la designación;
VI. Gozar de buena reputación;
VII. No haber sido condenado por delito que amerite pena corporal de más de un año de prisión; pero si se tratare de robo, fraude, falsificación, abuso de confianza u otro que lastime seriamente la buena fama en el concepto público, lo inhabilitará para el cargo, cualquiera que haya sido la pena, y
VIII. Participar y obtener resultado favorable en el concurso de oposición y en los demás exámenes que establece ésta Ley, en los mismos términos de lo que ésta dispone.
Dicho ordenamiento, nos impone requisitos,pero unicamente para el ser judicial, olvidando el margen existente entre el hombre y el juez. Siendo esta ultima tarea imperante para garantizar la objetividad judicial. Haciendo de la confianza una trinchera importante en el juez,ayudando a la cohesión entre cada uno de los elementos humanos que integran el proceso. Evitando así que la sospecha limite el litigio.
Es inalcanzable, conseguir la plena objetividad dentro de un procedimiento debido al numero de participantes que este contempla; La injerencia humana ejerce presión a la realidad, convirtiendo la verdad, en una maquinación de versiones, dejando a cada uno de los interlocutores creerse dueños absolutos de la verdad, tal pareciera que se rigen por la premisa de Joseph Goebbels:
“Una mentira mil veces repetida....se transforma en verdad”
Cambiando los roles de los sujetos, donde el testigo se convierte, en un actor profesional, creador de mentiras y cuentos fantásticos que bien podrían dejar corto a Julio Verne, o bien aquel Indiciado, que pasa del Asesino cruel y despiadado, al ser desvalido por la justicia, blanco de todas las injusticias humanas existentes. Haciendo de la verdad un triedro(Actor-Juez-Indiciado), en que cada sujeto interpreta la verdad a su modo, partiendo de valores como la honestidad, y la ética. Desde su concepción, la realidad, toma distintos matices.
Estos acontecimientos, sitúan al juez, en una posición solitaria para recabar, datos, pruebas, versiones, verdades, evaluar las versiones y huecos a la verdad. Incluyendo a la omisión , como una injerencia directa dentro del proceso, donde el juzgador tiene que ser
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