ELOGIO DE LOS JUECES

“ELOGIO DE LOS JUECES” (PIERO CALAMANDREI)

Al realizar este escrito, es imprescindible  hablar de Piero Calamandrei (Florencia, 21 abril 1889 - 27 septiembre 1956).Discípulo de la escuela de Chiovenda, ha sido una de las figuras más eminentes del pensamiento jurídico italiano y uno de los más insignes exponentes de la escuela moderna de Derecho procesal civil, además de un renombrado abogado y hombre de Estado. Tuvo a su cargo la Cátedra de Derecho Procesal Civil de las Universidades de Mesina (1915-18), Módena (1918-20), Siena (1920-1024) y Florencia (1924-56), siendo rector de esta última Universidad desde el 26 de julio de 1943.

Para Calamandrei, todas las libertades “burguesas” (la teórica igualdad política de todos los ciudadanos), que arrancan de la Revolución Francesa, encuentran sus obstáculos no tanto sobre el plano político, sino sobre el plano económico, desplazando del uno al otro la lucha por la “libertad efectiva”.

         En su obra titulada “El elogio de los jueces”, es  un libro en el cual  se hace un reconocimiento a quienes asumen un compromiso moral con el ejercicio de la abogacía y la judicatura, reflexiona a través de sus capítulos, sobre la relación que existe entre jueces y abogados inmersos en un ambiente  jurídico denominado  Derecho, que se encarga principalmente de seguir el camino hacia la verdad y  la justicia. La relación que existe entre estas  dos partes coadyuvando en un sistema vivo, con factores cambiantes y que son bien estudiados y analizados por el autor antes mencionado.

Esta obra detalla el análisis de las dos partes antes mencionadas la abogacía y los encargados de administrar la justicia, así como las manera que tiene cada uno de los autores de estas dos partes que se llevan de la mano y la manera de  ver su distinta perspectiva así como las funciones de las mismas y las contrapartes de estas.

Primordialmente se refiere a las formas de cómo se desconocen los lineamientos que los juristas están obligados a saber, la argumentación forma parte inherente al papel y función de un abogado, puesto que de tal manera se pueden tener desaciertos en la manera de creer tener la razón pura de un caso en específico.

Separa a  las partes para poder realizar un estudio más objetivo, aceptando virtudes y defectos de cada una de ellas, así observando los comportamientos más frecuentes efectuados en su entorno natural y para finalmente poder formarnos un juicio de los integrantes de este sistema. Piero Calamendrei nos narra de forma breve como es que se han formado vicios de personalidad tanto en el juzgador como en los abogados, que si bien brotan de la misma raíz del Derecho y que una vez desarrollados se alojan en diferentes ramas, parecieran pertenecer a una especie tan distinta emanadas de un mismo semillero.

Según Calamandrei,  El abogado se distingue por la experiencia, en la que el juez; supera al abogado, quien es joven y efervescente, mientras aquel se encuentra provisto de la mesura que otorga la edad.  Es por ello, según el autor del que mientras un abogado nace, el juez se hace.

Sin embargo, el hecho de que abogado y juez provengan de una misma raíz, aunque las funciones de ambos personajes se desenvuelva en un mismo escenario, estas son distintas y complementarias para que un tribunal pueda impartir justicia.

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