Emociones
Enviado por Vanesaaa • 23 de Noviembre de 2011 • 387 Palabras (2 Páginas) • 508 Visitas
1.- ¿Cómo aprendemos a “sentir” nuestras emociones?
Las personas incorporan sus emociones de maneras diversas: por la cultura, de acuerdo a la experiencia, con las propias vivencias y con la educación. Cada grupo humano educa en sus formas específicas de sentir, dicha educación se suele plantear desde la óptica de que lo importante es el grupo y no la persona y su sentir de cada momento. En base a esto, si un individuo tiene una emoción, que no coincide con el sentir socialmente aceptado, se intenta reprimir dicha emoción para que no sienta lo que está sintiendo e incorpore la emoción del grupo. Se enseñan las formas concretas de cómo sentir y cuándo sentir una u otra emoción, así se aprenden a manejar las emociones.
2.- ¿Qué son los sentimientos?
Constituyen los estados de ánimo que se generan como resultado de una emoción que impresiona y permite al sujeto que sea consciente de su estado anímico. Los sentimientos están vinculados a la dinámica cerebral y determinan cómo se reacciona ante distintos eventos. Se trata de impulsos de la sensibilidad hacia aquello imaginado como positivo o negativo. En otras palabras, los sentimientos son emociones conceptualizadas que determinan el estado de ánimo.
3.- ¿Las emociones configuran y dan sentido a nuestras vidas?
De acuerdo a lo dialogado en la sesión puedo decir que la carga emocional que vamos acarreando a través de las diferentes circunstancias que enfrentamos y los posicionamientos que asumimos, van marcando la pauta de los rumbos de nuestra vida; no obstante, cabe hacer referencia a la época que vivimos en la cual se privilegia la racionalidad y “ello produce, sin duda, una cultura moderna macrocefalica pero corporalmente raquítica y cardio deficiente, que considera posible el acceso objetivo, es decir, aséptico de sujeto, a un mundo o realidad que están allá afuera y del cual el sujeto es excluido para no contaminar los conocimientos puros” . De esta manera se puede advertir que se desecha lo emocional por considerarlo obstáculo para el pensar correcto y para el “buen” vivir, de ahí la necesidad de una pedagogía de los afectos que debe dirigirse a que todo ser humano alcance en su desarrollo la autonomía necesaria para discernir sus emociones y hacerse cargo de su administración, de acuerdo con los valores y creencias que ha adoptado en acción comunicativa con su colectividad.
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