Ensayo De La Vida
Enviado por ocenic • 25 de Agosto de 2014 • 486 Palabras (2 Páginas) • 181 Visitas
Desde esta perspectiva podría parecer que, a priori, el sentido de la vida es algo
meram
ente subjetivo pues para cada sujeto la vida o el ser se le presentarían con o sin sentido
indistintamente. Tendríamos que conformarnos con hablar meramente de un “sentido para
mí” o un “sentido para ti” sin poder hablar del sentido de la vida en general p
ara un ser
humano. En tal caso, parecería que caemos en un relativismo que anularía desde sus
comienzos las pretensiones de universalidad de la reflexión filosófica que ahora pretendemos
comenzar.
Sin embargo, es conocido que la fenomenología, estando inev
itablemente unida a una
perspectiva subjetiva (el yo que ineludiblemente se sitúa como polo noético en la relación de
conocimiento con el objeto), no ceja en el empeño de demostrar que lo subjetivo no tiene por
qué ser relativo. Un verdadero conocimiento d
e las cosas mismas parece que puede alcanzarse
desde una subjetividad concreta.
Pues bien, sabiendo que el sentido de la vida no puede ser sino el sentido que “para mí”
(sujeto cognoscente) tiene la vida, intentaremos mostrar cómo dicho sentido puede ser
c
ompartido intersubjetivamente y establecido como verdad objetiva para cualquier sujeto que
adopte una actitud racional de búsqueda con nosotros al tiempo que lee nuestro
razonamiento.
No tema el lector un artículo estrictamente fenomenológico. Intentaremos
hacer un
recorrido por las respuestas que los filósofos han dado a la cuestión del sentido de la vida y
reservaremos la perspectiva fenomenológica para las conclusiones, tratando de aunar muchos
de los grandes aciertos que los grandes pensadores han tenid
o al enfrentarse con esta
importantísima cuestión: ¿Tiene algún sentido nuestra vida? ¿O es todo un mero e inmenso
sinsentido?
Debemos comenzar por establecer qué significa el término “sentido”. Como en el tráfico,
el sentido de una calle es doble. Por un
lado, significa de dónde viene y, por otro, a dónde va.
Esto es, podemos recorrer una calle en un sentido o en el contrario. De modo que preguntarse
por el sentido de una calle no tendría “sentido”, sino que habría que preguntarse por el
sentido en el que
nos desplazamos por esa calle. Si vamos calle arriba o calle abajo, por
ejemplo. Pero en el caso de la vida, esta no tiene (como sí tienen las calles) una dirección
única, sino que la vida nos abre un abanico de posibles direcciones todas ellas con sus do
s
sentidos (o más de dos, claro). De modo que tomaremos la dirección temporal como la
dirección ontológica que vamos a seguir. Esto es, considerando el tiempo como dirección
...