Epicteto “Enquiridión o manual”

EPICTETO “ENQUIRIDIÓN O MANUAL”

La idea o tesis a la que hacemos hincapié en este ensayo y a la cual se defenderá es de que el estudio de la filosofía no es un fin en sí mismo, sino que es un medio necesario para aprender a vivir conforme a la naturaleza debemos aprender a comportarnos por encima de todo, a los principios que hacemos alusión, es decir, distinguiendo lo que depende del albedrío de lo que no depende de él, y actuando en consecuencia, preocupándose por lo primero y despreciando lo segundo.

Epicteto describe en su manual que hay ciertas cosas que dependen de nosotros mismos, como nuestros juicios, nuestras operaciones. Otras hay también que no dependen de nosotros como por ejemplo: el cuerpo, las riquezas, la reputación, el poder; en una palabra todo aquello que no es de nuestra operación.

En un apartado nos dice de forma concreta y especifica:

“Lo que depende de nosotros es libre por su naturaleza, y no puede ser impedido ni forzado de ningún hombre, y, al contrario, lo que no depende de nosotros es servil, despreciable y sujeto al ajeno poder” (epicteto: 04.3).

Menciona también que se desean grandes bienes, se tendrá que privar y evitar de ciertas cosas, y por consiguiente se quieren obtener mas bienes, cuando ya se tiene una riqueza, el resultado, será, la perdida de la libertad. Hace hincapié sobre el fin del desea, el cual se refiere a obtener lo que se desea y el fin de la aversión, es huir de lo que se pretende evitar.

“Si quieres ser dichoso, nunca repugnes a lo que no depende de ti; mas transfiere tu odio contra lo que resiste a la naturaleza de las cosas que dependen de tu voluntad. Demas de esto, no desees por ahora nada con pasión; porque so deseas las que de ti dependen, advierte que no estás bastantemente instruido de lo que es necesario para desearlas honestamente. Por lo cual, si quieres hacer bien, acércate a ellas de manera que puedas retirarte cuando quieras. Pero todo esto se ha de hacer con medida y discreción” (Epictetio: 04. 4)

Antes de tomar alguna responsabilidad o trabajo debemos examinarlo muy bien. No son las cosas las que atormentan al hombre, sino las opiniones que se tienen sobre ellas. Por ejemplo la opinión falsa que se tiene sobre la muerte es la que la hace horrible, y como modelo de una buena opinión acerca de la muerte esta Sócrates.

“Propio de ignorantes es de culpar a otros de las propias miserias. Aquel que así mismo se culpa de su infortunio comienza a entrar en el camino de la sabiduría; pero el que ni se acusa ni a los demás es perfectamente sabio” (Epicteto: 04. 5)

No te alabes jamás de ajenas excelencias: Con esto queremos decir que no debemos gloriarnos de cosas que nosotros no hemos realizado por nosotros mismos ya que muchas veces poseemos cosas que no nos pertenecen y nos gloriamos o alegramos por obtenerlo cuando no ha sido nuestro.

Hacemos alusión al apartado de abajo no queramos que las cosas sean como nosotros deseamos, es mejor adaptarnos a como las cosas lo son y a saberlas llevar, porque de esta manera seremos felices.

“Nunca pidas que las cosas se hagan como quieres; mas procura quererlas, como ellas se hacen. Por este medio todo te sucederá como lo deseas y serás feliz”. (Epicteto: 04. 6).

Jamás digas que has perdido alguna cosa, sino siempre di que las has restituido. Un gran ejemplo es cuando pierdes a un ser querido, es decir, no digas que lo has perdido si no que esta persona a sido restituida a quien te la había dado.

Cuando quieras adelantar en el estudio de la virtud, aparta del entendimiento estos pensamientos podemos poner por ejemplo: Es decir si no tengo cuidado de mi negocio no tendré con que subsistir.

Otra cosa que podemos poner por ejemplo: si pretendemos o si un padre pretendiera que su hijo no cometa falta alguna, son ridículos, porque se quiere que el vicio no sea vicio, por lo cual, si se tienen ganas de no ser jamás frustrado en los deseos, no desees sino aquello que depende de ti.

“Acuérdate que conviene, que representes la parte que te ha querido, dar el autor de la comedia. Si es corto tu papel, represéntale corto; y si es largo, represéntale largo. Si te manda hacer el papel de pobre, hazle naturalmente lo mejor que pudieres. Y si te da el de príncipe, el de cojo o el de un oficial mecánico, a ti te toca el representarlo y al autor el de escogértele”. (Epicteto: 04. 9).

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